sábado, 15 de octubre de 2022

Churro

Siempre se pasan al castellano. Automáticamente. Y me molesta. En serio. No me siento cómodo. Ellos hablan en valenciano y, al hablar yo (en valenciano), la conversación pasa rápidamente al castellano. Puede parecer deferencia. Respeto. Y no dudo que lo sea. Pero siempre he pensado que hay algo más. Mi valenciano es el que es: un castellano traducido literalmente. Y mi acento es el que es: el de un madrileño del Secarral. Churro, que dicen por aquí. Y sí, por mucha voluntad que ponga, mi valenciano chirría. Y habrá deferencia, educación y respeto. No lo dudo. Y también pienso que hay respeto a su propia lengua y que no soportan que llegue un churro distorsionando, perpetrando. Y por eso me molesta además. No sólo porque me sienta incómodo haciéndoles que cambien la lengua. También siento que me están señalando. Y que me están llamando churro con todas las letras.

No me quería ir a casa. Eran las dos de la mañana. Habíamos salido los tres por el Cedro y, a las dos, se fueron. Y no tenía ganas de irme. Seguir solo de fiesta no dejaba de parecerme un poco patético (si tengo complejos ahora, con treinta y pocos…), pero es que no me apetecía. Y me fui a Velvet. Y me pedí una cerveza. Y, con mi cerveza, escuchaba la música (que desconocía, para variar) y miraba a la gente. Tenía a mi lado a un grupo de chicos y chicas muy bullanguero. Se me dirigieron dos de ellos en valenciano. Les contesté en su lengua. Me incorporaron a su grupo. Charlé con unos y con otros. Pasé un buen rato hasta que ya nos despedimos. Y todo lo que hablé aquella noche con ellos fue en valenciano. Todo. Aquella noche no fui churro.

Mucho se ha escrito sobre el efecto que el alcohol produce a la hora de hablar lenguas foráneas (y muy poco sobre lo que atrofia el oído, por cierto) y en aquel rato el teorema volvió a demostrarse (una vez más). Y, ¿fue sólo efecto del alcohol? Supongo que sí. No me ha vuelto a pasar. Pero es igual. Porque aquella noche no fui churro. No lo fui. Aquella noche fue...el meu moment.

2 comentarios:

Tomoya I dijo...

Pentecostés está sobrevalorado como favorecedor del don de lenguas. Un par de cervezas, cacaus i olives i ho tens fet, nano.

El Impenitente dijo...

Cervezas, cacaus, olivas y Velvet. En Velvet sólo pasaron cosas buenas.