martes, 10 de diciembre de 2019

Me gustan los carteles con los textos en cirílico o en alemán

Tenemos este cartel en la cocina de casa. Fue un regalo navideño de Adela. El de la camiseta roja creo que es Vladimir Kuts, leyenda del fondo soviético y mundial en los años cincuenta (aquí un artículo sobre él buenísimo). Me gusta pensar que es él. Pero aunque no lo fuera. Es en “La soga” donde uno de los personajes dice (cito de memoria) –no le haga caso. Sabe que no elige las palabras por su significado sino por su fonética. Este cartel no se hizo un hueco en casa por su significado. Lo hizo por su sonoridad, por su luz, por sus colores, por lo que irradia. Y por su texto en cirílico, que es parte del cartel. Parte de lo que es. Parte de su belleza. Y no por lo que dice. No sé lo que dice. A quién le importa lo que dice.

3 comentarios:

GARRATY dijo...

O sea, que a Ana le gustó el cartel por (inserte aquí el motivo que fuera) y tú viste la única oportunidad de tener colgados en casa a unos señores corriendo.

Anónimo dijo...

Google Lens (gran invento) me ha hecho encontrar la respuesta ;-) https://momentosdelpasado.blogspot.com/2018/10/carteles-sovieticos-de-propaganda.html?m=1

El Impenitente dijo...

Fue una concesión, sí. Me aproveché, además, de que Adela sea prima suya. Sigue pendiente mi vieja pretensión de colocar dos murales en casa: uno con el gol de Pantic en la final de Copa de la Romareda en el 96 y otro con el 8:90 de Beamon.

Gracias, anónimo. Qué buenos los carteles. Por la fecha no debe de ser Kuts, pero no dejaremos que la realidad estropee una ilusión.