miércoles, 20 de septiembre de 2017

Vengo bordeando la orilla más seca

Nos escapamos este verano un día a Madrid mi hermano, sus dos hijos, el mío mayor y yo. Nos fuimos al Calderón. Teníamos que despedirnos. Estaban regando el césped. Las gradas se veían cuidadas. No parecían tener mucha confianza en empezar la temporada en el Wanda y tenían el estadio a punto. Dimos la vuelta al campo por dentro. Nos sentamos en la zona del Frente Atlético. Guti maricón. Nos sentamos en los banquillos. Bajamos a los vestuarios. Confieso que lo que más ilusión me hacía era hacerme una foto en el lugar que Fernando Torres ocupaba en el mismo pero a final de la temporada pasada lo habían desmontado. No hubo foto. Una pena. Estuvimos en la sala de prensa. No respondimos preguntas. Previamente habíamos estado en el museo. Emocionante. Si hubiera sido el museo de cualquier otro equipo de fútbol habría pensado –vaya puta mierda- pero el rojo y el blanco distorsiona mis entendederas. Las pasiones no se explican. Veía los trofeos y recordaba a Hugo Sánchez, a Alfredo, a Schuster, a Futre, a Simeone, a Pantic, a Kiko, a Miranda, a Falcao, a Forlán, a Godín. Hice fotos a las camisetas de Torres y de Pantic. Me relamí viendo imágenes de goles legendarios. Pero he de admitir que lo que más me emocionó del museo fue lo siguiente: 


“Buena Disposición”. Nacha Pop. Nacho García Vega. El Atleti. Se me vino el año 82 de golpe. Siempre tendré dieciséis años.

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