domingo, 20 de noviembre de 2016

Kilómetro nueve

Muy poca historia esta vez, tristemente. Estaba bien de forma y bien de peso. Había seguido el plan a rajatabla, con unos días mejores que otros, pero muy animado al final. El día prometía. Hemos salido Garraty y yo juntos. Bien. A la altura del kilómetro cuatro llevábamos un grupo numeroso delante que obstruía el paso. Lo hemos sorteado como hemos podido. A partir de ese momento se ha empezado a manifestar un dolor intenso en la cara interna de mi muslo derecho, supongo que en el abductor. Y me he asustado. Todos los dolores los tengo en la pierna izquierda y nos llevamos bien. Pero la pierna derecha nunca me duele. He seguido. El dolor iba en aumento. En el siete he levantado el pie. El dolor no cedía. En el ocho he parado. Un alma caritativa ha aparecido con un bote de Réflex. He vuelto a arrancar. Pero no. No. No era dolor sólo. Por ahí dentro algo estaba a punto de romperse. En el kilómetro nueve he visto a Juan Luis climaterio y me he salido. A él le ha tocado soportar mi disgusto y mi tendencia al drama. Y ya está. No hay más. Me duele. Estoy tumbado y me duele hasta al respirar. No sé lo que tengo. Me toca entrar en la espiral de médicos y fisios y ver qué y por qué. Y volver. Volver al asfalto. Volver al maratón. Mi segunda retirada y las dos en un maratón. De la primera ya me desquité. De la segunda… esto no puede quedar así.

4 comentarios:

GARRATY dijo...

Es una pena porque hubiera sido muy bonito entrar en meta juntos.

Si el Maratón no nos diera de vez en cuando una cornada no sería luego tan estupendo superarlo.

Paciencia y a recuperar bien. A estas alturas no tienes nada que demostrar pero va a ser glorioso cuando lo hagas.

El Impenitente dijo...

Se ve que sólo podemos entrar juntos en los majors, porque éste era el maratón del equilibrio. A partir de ahora me esperarás en meta.

El maratón es la más grande, para lo bueno y para lo malo. En cualquier otra ocasión hoy me dolería la pierna. Pero hoy la pierna es lo que menos me duele.

Y sí. Paciencia. Pero tengo unas agujetas pendientes. Unas agujetas que no sé si serán gloriosas pero que, cuando lleguen, me sabrán a gloria.

Slim dijo...

bueno, pero lo más importante ¿ya no te duele?

El Impenitente dijo...

No me duele, aunque se manifiesta. Puedo correr aunque, cuando he forzado, he tenido que levantar el pie. A ver si esta semana comienzo a ver la luz y me empiezo a plantear metas.