lunes, 22 de noviembre de 2010

Iniesta de mi vida

Siempre pensé que jamás vería a España ganar el Mundial de fútbol. Cuando Casillas levantó la copa sentí que nunca se me caería la sonrisa de la boca en lo que me quedaba de vida. Lo que no sabía es que aquel triunfo podía tener efectos colaterales y que estos me podían hacer incluso renegar. Lo que no sabía es el efecto que puede causar en un niño de seis años todo lo que se vivió aquellos días.

Mi crío está obsesionado con el fútbol. Pero obsesionado. Me despierta a las cuatro de la mañana para preguntarme cómo ha quedado España contra Portugal. Hasta ahora, influido por sus primos, hacía la colección de cromos de fútbol. Y la hacía él. Sabía los que tenía y los que le faltaban. Se hacía sus listas y se encargaba de pegar los cromos. Todavía no tiene muy claro lo de cambiar y se piensa que todos los cromos son de todos pero, bueno, ya aprenderá. O si no aprende mejor. Ahora sigue con la colección. Pero ahora se la estudia. Y me pregunta. Y no para de preguntarme. ¿Y cuántos goles lleva Fernando Llorente? ¿Y cuántas veces ha regateado Villa al portero? ¿Y cómo quedaron el Real Madrid y el Atlético de Madrid la primera vez que jugaron? ¿Y cuántas veces ha llegado el Hércules al descanso ganando? ¿Y quién es el número dieciséis del Zaragoza? ¿Y por qué España no está en el álbum? En este cromo que se ve a un jugador del Málaga con uno del Racing, ¿cómo quedaron en ese partido? ¿Y por qué el Valencia juega contra el Manchester si no está en el álbum? Y, claro, a los seis años la figura paterna aún sigue siendo un referente. Con seis años mi hijo todavía respeta a su padre. No puedo responder -¿y yo qué sé? Ni idea. Él me pregunta porque espera que yo le responda. Y tampoco voy a ir todo el día con el Google a cuestas, así que, a su batería de preguntas respondo como puedo –diez. Tres. Ganó el Atleti cinco a cero. Ocho. Juan Señor. Porque España es diferente. Tres a cero. Porque los del Manchester son muy feos y muy malos. Espero que no se acuerde de mis respuestas en el futuro y no las compruebe. Me caeré ante sus ojos como un castillo de naipes marcados.

Y no son sólo los cromos. También juega al fútbol en el colegio, si consideramos jugar a un montón de niños corriendo detrás de un balón. Y el tío lo vive con mucha intensidad. De hecho, cuando va por la calle, de repente amaga, finta y tira. Él solo. El otro día lo vi un tanto apesadumbrado.

-¿Cómo vais con el fútbol?
-Mal. Hemos perdido los tres últimos partidos.
-¿Y cuántos habéis jugado?
-Tres.
-Vaya.
-Es que el árbitro el otro día nos anuló un gol.
-Ya aprenderás hijo mío que no hay árbitro bueno. No hay árbitro bueno.

Y como lleva tan mal lo de perder pues tiene que desquitarse. Y se desquita en casa. Y ahí ves al padre y al hijo jugando en el pasillo con un balón de trapo. Su portería es la puerta de casa. Y no entiendo cómo podemos entrar y salir por ella pues yo siempre que le doy a la puerta es poste. Siempre. Toda la portería es un poste gigante. Y si, por un casual, doy en el mismísimo centro geométrico de la puerta entonces simula la repetición de la jugada en la cual se ve la clarísima falta que le he hecho antes de marcar. Y, claro, siempre me gana. Y lo malo no es que me gane. Lo malo es que, tal y como marca el gol de la victoria sale corriendo, se pone de rodillas, se revuelca por el suelo, se quita la camiseta y la tira. Y yo, que eso de perder lo llevo regular, me quedo mascullando –la leche que le han dado al mocoso éste. Y luego, cuando ya me siento, pasa por mi lado y me da una colleja –a ver si espabilas, chaval, que eres un perdedor. Y es entonces cuando tengo que contar hasta mil y repetirme un millón de veces que soy una persona adulta y que no voy a ponerme a la altura de un niño. Soy una persona adulta. Una persona adulta. Soy una persona adulta. Pero siempre termino gritando –en qué hora, Iniesta. En qué hora.

10 comentarios:

Slim dijo...

anda que no se nota ni nada que estas disfrutando!!

Arual dijo...

Jajaja, orgulloso papá, suscribo a Slim!!!!

Anónimo dijo...

pues yo ando con la colección de cromos de fútbol para el niño y la de Hello Kitty para la niña, así que calcula el nivel de estrés que padezco los fines de semana cuando salimos de la papelería con nuestros sobres.

El mío (de 5), no entiende bien porque nuestro equipo a veces es España y a veces es la Real. Tampoco estamos en al más adecuada ubicación para demasiadas explicaciones al respecto.

Jaramiel

Juan Rodríguez Millán dijo...

Joer, qué sonrisa me has puesto con esta entrada... Débil que es uno, que siempre sonríe cuando ve a un niño ilusionado aunque esté a cientos de kilómetros de distancia y ni siquiera le conozca...

No me hables de árbitros... Al menos a vosotros os empiezan a compensar, pero a mí el día que empiecen no van a poder parar...

G. dijo...

Algo parecido me pasó el viernes en casa de mi amigo J.

Acabada la cena, su hijo T., de 8 años, me retó a una partida de botones, juego al que yo le había iniciado este verano. Él llevaba al Barça y yo al Valencia. Mi táctica del 2-2-1 con Albelda, Bruno, Joaquín, Mata y Soldado (Moyá de portero. Así son sus botones)no tenía problemas para poner constantemente en apuros a sus Xavi y compañía. Pese a sus infinitas triquiñuelas y consentidos penaltis en mi contra no me dio la gana dejarme ganar. El empate a 3 le dejó relativamente contento. Relativamente. Abrió una caja, se anudó un mando a la muñeca, me ofreció otro y me retó a la Wii. Mi selección japonesa fue aplastada, cautiva y desarmada. Tres veces, tres. 5-1, 5-0, 5-0, frente a unos finlandeses que corrían como demonios y tenían nombres preciosos. Las celebraciones de T. eran similares a las que cuentas de tu hijo.

Le dije, anda T. que voy a charlar un rato con tu padre, y le pasé mi mando a otro incauto de mediana edad que, 4 partidas más tarde, se reincorporó a la mesa con cara de portero maltés.

El Impenitente dijo...

Bueno, no voy a negar que hay veces que me río mucho.

Hello Kitty es parte de la familia. Y también tenemos el álbum. Aunque por ahora mi cría se conforma con que le diga -qué bonito- cada vez que me enseña los cromos.

Respecto al tema de España y la Real...pues qué quieres que te diga. Háblale a tu hijo de Artola, de Urruti, de Arconada, de Satrústegui, de Zamora, de Perico y Xabi Alonso, de Beguiristáin, de López Rekarte, de Bakero, de López Ufarte, de Peio Uralde, etc.

Juan, el arbitraje de este domingo fue un ejemplo de imparcialidad. Que el árbitro llevase el escudo del Atleti es un detalle sin importancia y que no debe mal interpretarse.

G., es que el nombre de T. imprime carácter. Que se lo digan a Zarraonaindía.

Qué bonitos son los apellidos finlandeses: Kohlemainen, Ritola, Nurmi, Viren, Vainio, Brygare, Jaervinen. Buenos tiempos.

Podríamos alternar los mundiales de futbolín con la Wii. Yo sólo he jugado un par de veces al chisme ese y tiene toda la pinta de ser un vicio de la leche.

SisterBoy dijo...

No te quejes, yo era igual pero a mi me sucedió a la inversa, todavía me dura el trauma del Mundial 82, al menos tu nene tiene un buen recuerdo infantil de la roja (en mi caso fue "la arroja")

J.P. dijo...

Si estuvieras en Facebook te pondría un "Me gusta".

Es evidente que aún no le has dicho o intuído que eres del Atleti.
Creo que es el momento, o madurará y te dirá "Papá por qué cojones eres del Atleti", o peor, "Papá, quién cojones es ese que sólo sabía sacar córners".

O mejor, "Papá, ojo cómo las clava C.Ronaldo"...

El Impenitente dijo...

Yo también comencé con trauma. Jugamos un partido de desempate contra Yugoslavia para clasificarnos para el Mundial del 74 en la RFA. Perdimos uno a cero con gol de Katalinski.

Me alegro de que te haya gustado, J.P., aunque tu comentario me hace sospechar que si estuviese en Facebook en el resto de mis entradas hubieses escrito: No me gusta.

Respecto a las afinidades de mi hijo, el otro día, como ya escribí, tuve mi primera conversación de hombre a hombre con él y en ella le dije que en esta vida puede ser cualquier cosa salvo médico, drogadicto, vikingo o culé.

Carlos Esteve Rozas dijo...

Qué grande lo que cuentas!Qué grande!

Como Iniesta.....y el fútbol...y España