Hoy juega España una de las semifinales del Mundial

No es que me conforme pero, para una vez que ocurre, habrá que reseñarlo.

Tengo cierto temor. En realidad tengo un pavor horroroso. Primero perdimos con Suiza, un país en donde hablan muy raro. Luego ganamos a Honduras, Chile, Portugal y Paraguay. A todos estos, mal que bien, les entendemos. Ahora Alemania, con esa jerga ininteligible que será muy útil para escribir tratados filosóficos o para fabricar coches pero que no deja de ser una lengua de bárbaros y de paganos. Y no me gusta. No me gusta. Espero que el himno español, que no es más que una marcha militar alemana o prusiana o de por ahí sirva de antídoto.

Porque ése es realmente el otro fútbol, el combinar las supersticiones, el sentarnos en un sitio u otro de una manera u otra, la compañía, la ropa con la cual vemos los partidos, los fetiches que nos acompañan, los relicarios, las estampas. Todo eso es importante, fundamental. Y no sé los demás pero yo ya tengo el hato preparado. Será la primera vez que España juegue una semifinal pero lo que funcionó en octavos y en cuartos va a volver a funcionar. Ya pueden los alemanes hablar en el idioma que quieran y jugar al fútbol como quieran. Con toda mi parafernalia y con Villa vamos a ganar. Seguro.