miércoles, 15 de octubre de 2008

Será que uno no siempre se engaña a voluntad

Ya ha comenzado la demolición del estadio de Vallehermoso. Pensaba que ya no quedaría ni el recuerdo pero, cuando lo he leído, se me ha hecho un nudo en la garganta.

Nos juntamos unos cuantos de la cuadrilla de la capital Secarral de comida recientemente. Retornamos a nuestros orígenes y nos preparamos un perol de arroz con costillas. Estábamos adorando al perol mientras se preparaba el guiso con nuestros botellines, charlando. Apareció Francesco con un cd recopilatorio setentero tardío español obsequio de un periódico. Lo puso. Como tenemos una edad provecta y somos de cantar fácil pues allí, muy entonados, que si Elsa Baeza, que si Miguel Bosé, que si Camilo Sesto (siempre me traiciona la razón y me domina el corazón), que si Pablo Abraira y sus problemas disfuncionales (mujer, me estás pidiendo amor y yo no puedo darte nada. Mujer, no sigas, por favor, porque la llama del amor no enciende pólvora mojada), que si Tequila…

En éstas empezó Humet con su “Terciopelo” (quiero sentirte presente bajo mis dedos en celo. Quiero encontrar en tu vientre terciopelo ardiente).

Humet.

La de años que llevaba sin pensar en Humet.

Y mientras los demás seguían cantando me quedé encogido en mi silla recordando cuando en el coche amarillo de Luis Santángel cantábamos a voz en grito que al sueño americano se le han ido las manos y ya no tiene nada que ofrecer. Grandes momentos en el coche de Luis Santángel, jugándonos la vida en cada uno de sus adelantamientos, todos suicidas.

Y en la garganta se hizo el nudo.

Y empecé a odiar a mi memoria, como la odio ahora. La memoria es como los guerrilleros vietnamitas, que cavaban un hoyo, se metían dentro, camuflaban el agujero y, al pasar los enemigos, salían de mitad del camino y a tiro limpio. No hay día sin tregua y, en todas partes, de cualquier rincón, un disparo bañado en nostalgia y a zozobrar y a recordar. A veces pienso si podría haber vivido de otra manera de saber que todo lo que hice y no hice se me iba a aparecer tantas veces durante el resto de mis días. Supongo que habría hecho lo mismo. Quizá no sabía que las cosas se podían hacer de otra manera. No lo sé.

Pero la angustia sigue por dentro, que diría Humet.

Y así nos va (que también decía Humet. Y como me parece un buen remate, termino).

16 comentarios:

Álex dijo...

Supongo que si te digo que no conozco a Humet me mentarás a la madre, así que no lo diré.

SisterBoy dijo...

Coño Pablo Abraira GAVILAN OOOOOOOOOOOOO PALOMAAAAAAAAA POBRE TONTO INGENUO CHARLATAAAAAAAAAN

A Humet no le he reconocido hasta que he visto el video y he recordado que era Joan Batista Humet. :)

http://es.youtube.com/watch?v=t0z2bYdD9DA

Anónimo dijo...

Tus conexiones neuronales, cariacontecido mío, parecen la ruta Ho Chi Minh en sus peores días. Malditos charlies.

¡Ah, cuántas veces estuvimos a punto de engrosar las estadísticas de accidentes de la Nacional 340! ¡Qué siniestra lucía la "L" en el coche de Luis Santángel!

Por cierto, exijo prueba de ADN. Humet es clavado a Marcel Marceau.

http://es.youtube.com/watch?v=t0z2bYdD9DA

3'14 dijo...

Lo que nos faltaría ahora sería encerrarnos todos en una casa durante un fin de semana y tragarnos un programa especial por TV tipo: Lo que vivimos aquellos maravillosos años, y después someternos a un experimento de electroshock para borrarnos la memoria.

A veces pienso si podría haber vivido de otra manera de saber que todo lo que hice y no hice se me iba a aparecer tantas veces durante el resto de mis días. Supongo que habría hecho lo mismo. Quizá no sabía que las cosas sé podían hacer de otra manera. No lo sé. Simplemente brillante. Es cierto, hay cosas que para cuando las conocemos, ya es demasiado tarde.

El Impenitente dijo...

Eres muy joven, Álex. Y Humet no es heavy. Ego te absolvo.

Amada mía, adúltera. Mi gran amor, mi niña mimada. Todas las canciones de Abraira sonaban igual, pero eran muy graciosas.

Pues sí que se parece a Marcel Marceau. Y no se me ocurre ninguna parida.

No sé quién decía que teníamos que vivir dos veces: la primera para tropezar, para equivocarnos. La segunda, para acertar. No estoy muy convencido de que a la segunda acertásemos.

elbé dijo...

Algo bueno tenía que tener ser un zoquete sin casi memoria. Y no creo que acertáramos tampoco a la segunda.

SisterBoy dijo...

Abraria tenía una que se llamaba "Un duro de amor" y la gente le tiraba duros al escenario cuando la cantaba. Que chunga la gente de entonces pardiez (y de ahora y de siempre)

Anónimo dijo...

ZYGMUNT BAUMAN
La sociedad de la incertidumbre (fragmento)

" Vivimos inmersos en ese desierto de incertidumbre, pero todavía cabe salvar un punto de referencia: la difícil aceptación de una responsabilidad acompañada de la perenne preocupación por haber completado un error. La voz de la responsabilidad se hace pues perceptible sólo en la disonancia de las opiniones, mientras el consenso y la unanimidad anuncian la tranquilidad del cementerio. "

cucumber dijo...

De Juan Baustista Humet oí yo creo que la primera cancion dedicada a una mujer perdida, yo creo que jonkie, que se llamaba Clara, y empezaba algo asi.." clara, distinta clara..) jope, estoy buscando la letra y no la encuentro..pero era total.

cucumber dijo...

ya he encontrado el video,
http://es.youtube.com/watch?v=t0z2bYdD9DA.
Tienes razon en la nostalgia, es como un susto que te da alguien detras de una puerta.Continuamente oigo canciones en la radio que me recuerda epocas muy lejanas, les cuento algo a mi familia y me miran sin entender nada. pero eso esta alli,es mi pasado.

SisterBoy dijo...

A un tal Proust le dió por comerse una magdalena y se lió parda

El Impenitente dijo...

Pobre Marcel, qué malito estaba siempre.

Y no sé yo si a la tercera lo haríamos mejor.

El consenso y la unanimidad anuncian la tranquilidad del cementerio o que nos encontramos en una asamblea del partido comunista búlgaro hace treinta años.

En lo de la incomprensión familiar no eres el único. Hace bien poco íbamos en el coche y empezó a sonar por la radio la primera parte del "Shine on you crazy diamond" de Pink Floyd. Ahí estaba yo, con lágrimas en los ojos, -fíjate como entra la guitarra ahora. Mira como cambia el bajo. Y cantando -remember when you were young, you shone like the sun. La respuesta fue -qué canción más larga. ¿Es que no se acaba nunca?

Anónimo dijo...

Tuve que contenerme cuando leí en tu escrito “A veces pienso si podría haber vivido de otra manera de saber que todo lo que hice y no hice se me iba a aparecer tantas veces durante el resto de mis días”….”La memoria es como los guerrilleros vietnamitas”…Pero hoy, otro día más, vuelvo a leer tus comentarios y me colocas “Shine on you crazy diamond" de Pink Floyd.

La has cagao, la hemos cagao….Me sumergo en una nostalgia mañanera. No hay defensa de barricada, no puedo hacer otra cosa que abandonarme. Y ahora soy yo, la que está enterrada hasta las cejas.

Tienes razón, está música dura siempre.

SisterBoy dijo...

DIOOOOOS ¿Pero que ha pasado? ¿Lo has visto? Tenía dudas de si comprarlo menos mal que no lo he hecho. Hablamos mañana despues del partido del Barça

El Impenitente dijo...

Disfruta de ese momento, Marina. Húndete en el barro y revuélcate. Y no temas que mañana hablaré de una de mis carreras. Pensaba escribir sobre la gran victoria del Atleti sobre el imperio del mal, pero me temo que no será este año cuando lo haga. Ni este lustro. Ni este siglo. Ni este milenio.

Son muchas las canciones que en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza. Pero muchísimas.

No he visto el partido. Lo he escuchado. Otra vez en el primer minuto. A punto ha estado de que nos metan otro gol de falta como el de Messi. Y luego el final del partido. Para morirse. Para renegar. Mañana lo comentaremos, aunque igual me dedico a hablar de fútbol sala. O de badminton. O de curling.

Manuel Ryder dijo...

Que guapa tu historia del Opus y el rosario en la furgoneta, que risas tio!
Te invito a pasarte por mi blog, un saludo...