viernes, 23 de junio de 2023

Volverá de otra manera

Hay una página en Twitter llamada “Historias de la literatura” en donde se cuentan anécdotas de distintos autores. Esta página (como muchas otras) me obliga a retractarme públicamente de una frase que dije en su momento (siempre se había pensado que el ser humano es estúpido por naturaleza y las redes sociales lo ha demostrado). Es posible encontrar un número suficiente de hombres justos (lo que ganan las personas de una en una) en cualquier lugar. Pido perdón por haber sido tan obvio y tan demagogo, y paso a contar lo que realmente quiero contar, que es que esta mañana, en la página que he citado al principio del párrafo, he leído una historia preciosa con Franz Kafka de protagonista y que no puedo dejar de reproducir. 

Esta historia cuenta cómo Kafka se encontró con una niña en un parque (el parque Berlín) que lloraba porque había perdido a su muñeca. Al día siguiente la niña recibió una carta en la cual su muñeca perdida le pedía que no llorase, que simplemente se había ido para viajar y ver el mundo y que la iría escribiendo contándole sus aventuras.

Las cartas se fueron sucediendo hasta que, finalmente, la niña recibió una en la que la muñeca le confesaba que estaba vestida de novia ya que se iba a casar. No podría volver a escribirla, pero, le pedía, -nunca olvides cuánto te quiero y te extraño.

Pasaron los años. Kafka murió. Y la niña, ya adulta, un día encontró una nota que decía:

Todo lo que amas probablemente se perderá. Pero, al final, el amor volverá de otra manera.

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