viernes, 26 de agosto de 2022

Serás como una luz que alumbre mi camino

A mí me gusta ir por Villarrubio y por Almendros. Y es por una razón sentimental: por ahí íbamos siempre cuando éramos pequeños. Ir por Saelices es igual de rápido y más cómodo, pero esa carretera no me dice nada. La otra, sí. Por muy estrecha que sea y por mucha curva que tenga. A la ida, por no discutir, me fui por Saelices. A la vuelta, como iban medio dormidos, me salí por Villarrubio. Cuando quisieron protestar, ya era tarde.

Yendo por la antigua nacional, ya dentro de Villarrubio, vi el siguiente cartel:

Clavé el coche. Di marcha atrás (hay poco tráfico por esa carretera). Era cierto lo que acababa de ver. “Ruta Nino Bravo”. Vaya. En Villarrubio tuvo Nino Bravo el accidente. Igual habían creado una ruta en su memoria y aquí estaba una estación. La última. Tendré que averiguarlo, pensé.


Poco después, frente a la harinera, junto al desvío, vi otro cartel. La ruta estaba en el pueblo. Han hecho un paseo de gravilla blanca cercado por unas barandillas de madera y con carteles cada cincuenta metros. Aparqué el coche. Ana y mi hijo se quedaron (principios de agosto a las seis de la tarde. Más cerca de los cuarenta que de los treinta grados). Mi hija y yo salimos a rendir tributo.


En los carteles está la biografía de Nino con muchas fotos y, luego, letras de canciones (yo habría puesto algunas otras). Tal y como íbamos andando, mi hija dijo:

 

-Esto hay que hacerlo con música.

 

Y puso en el móvil “Un beso y una flor”.

 

Pocas canciones hay tan buenas como “Un beso y una flor”.

 

Poquísimas letras se han escrito mejores que la de “Un beso y una flor”.

 

Esta ruta hay que hacerla con música y cantando. Allí, los dos, donde ni las chicharras se atrevían a estar, de día viviré, pensando en tus sonrisas.

 

El final de la ruta está al otro lado de la carretera. Hay más carteles y una cruz donde fue el accidente.

Al llegar allí, le dije a mi hija -pon “Te acuerdas, María”.

La única canción posible.


En aquel lugar.


En aquel momento.

2 comentarios:

F. Sanfélix dijo...

Hoy sólo nos queda el recuerdo
Y el murmullo del viento que sigue diciendo
¿Te acuerdas, María?

María, María.

El Impenitente dijo...

Qué noche más triste cuando me dijiste que tú te marchabas (María, María).