miércoles, 27 de agosto de 2014

Gorrino's cup


La Gorrino’s cup no aparece en el programa de ferias y fiestas de la capital del secarral y es extraño ya que se trata de una de las actividades más importantes que se celebra durante las mismas. La Gorrino’s cup es una competición de fútbol sala que organiza la cuadrilla de Gonzalo y del hermano de Kas y en la que toman parte, por invitación, equipos locales que fueron y que ya hace mucho que dejaron de ser, al menos en teoría. Este año se disputó la cuarta edición y el comité organizador tuvo a bien invitar a un equipo de leyenda y verdadero depositario de la esencia del fútbol sala durante años en la capital del secarral: el Atlético Cruzada (¡a por los herejes!).

Mi padre dejó de fumar por imperativo médico a finales de los ochenta y, desde entonces, nunca se ha definido como un ex fumador sino como un fumador que no fuma. Pues algo así nos ocurre a nosotros, que somos jugadores de fútbol sala que no jugamos. La comparación no es demasiado válida puesto que un ex fumador puede volver a fumar cuando quiera mientras que si nosotros no jugamos es porque no podemos. Y la realidad siempre se impone sobre nuestra vocación, por mucho que se nos vayan los ojos cada vez que vemos un balón o una pista de fútbol sala. Pero cuando nos invitaron a la Gorrino’s cup la ilusión pudo con la realidad y aceptamos sin dudarlo.


Qué porte. Qué clase. No estábamos todos los que éramos pero sí que éramos casi todos los que estábamos (faltaba Andrés). Obsérvese la estampa clásica, con la parte trasera cruzada de brazos y la delantera agachada, no como los futbolistas de ahora que posan de cualquier manera. Sirva como entretenimiento el adivinar quién de los miembros del equipo jugó con faja y cuántos miraban a la cámara guiándose por la voz del fotógrafo puesto que sin gafas no ven un pijo. Y he de pedir perdón por la falta de uniformidad del equipo ya que a todos nos tocó rebuscar por los cajones y cada uno encontró lo que encontró. Pero el psicólogo sí que iba impecable. Porque nuestro equipo no siempre tuvo entrenador pero el psicólogo no falló nunca. Y también estuvo en la Gorrino’s cup.

Bien, cuatro equipos tomaron parte en la edición de este año de la Gorrino`s cup. Uno de ellos, los Minardi, todavía está en activo, había ganado las tres ediciones anteriores y dudo mucho que alguno de sus miembros hubiese cumplido ya los treinta años. Entre los otros dos equipos no creo que más de tres hubiesen cumplido los cuarenta. Y nosotros sólo teníamos a dos miembros de menos de cuarenta y cinco años. –Nos habéis engañado. Encima se hace el sorteo y nos tocan los Minardi. –Pues vaya.

La táctica estaba clara. Un porcentaje importante del equipo es colchonero y cholista convencido, por lo que plantamos el equipo y venid si os atrevéis. En el primer minuto se produjo la jugada que pudo ser clave puesto que, en una combinación, Kas se quedó contra el portero y la tiró fuera. Ahí la tuvimos. Una pena. El resto del partido mantuvimos el tipo y jugando con oficio (por primera vez en nuestra vida, como dijo Kas), y con Gabi parándolo todo, pues llegamos al final con empate a cero de manera muy digna y sin parte de bajas. Penaltis. Respetando la tradición tiraron Andrés, Kas y Fer. Andrés y Kas marcaron. Fer apuntó a Saturno y le dio a Saturno. Ellos metieron los tres. Estábamos eliminados.

-Perros. Sois unos perros- repetía el psicólogo una y otra vez. No voy a decir que estábamos tristes porque tampoco era para tanto. Habíamos muerto en la orilla que era mucho más lejos de donde pensábamos morir. Además, estábamos enteros. Y pasados los primeros momentos empezamos a reírnos hasta que alguien nos comunicó una noticia fatal:

-Tenéis que jugar el partido por el tercer y cuarto puesto.

-¡No jodas!

-Perros. Sois unos perros.

-A ver, que toca motivación.

Negociamos para que el partido fuese más corto. Aceptaron. Plantamos el equipo de nuevo que ni el Cholo. La jugada clave volvió a ocurrir en el primer minuto. Herman me metió un balón, me giré y tiré por el primer palo. Tal y como salió de mi pie pensé –era por el otro palo. El portero me la paró sin problemas. –Era por el otro palo. Era por el otro palo. Este fallo me perseguirá mientras viva. Luego Gabi siguió parando pero no fue suficiente. Nos metieron uno. Y luego otro. Más tarde Fer recortó pero, al final, dos a uno. Cuarto lugar en la Gorrino’s cup. –Perros. Sois unos perros. Pesar y desolación en el equipo, como puede comprobarse en la foto que nos sacaron con nuestras bebidas isotónicas en la mano.


Y eso que aún no sabíamos el tamaño de las agujetas que se avecinaban. Lo sospechábamos, pero, al menos yo, no pensaba que fuesen a ser tan brutales. La realidad le dijo a la ilusión lo que es. Menos mal que se lo dijo un día después (y dos y tres y cuatro). Pero salimos vivos. Estamos magullados pero enteros. Tentamos a la suerte y podemos contarlo. Perdimos, sí. Quedamos últimos, Pero la ilusión le puede contar a la realidad lo bien que nos lo pasamos. Lo que no sé es si podrá decirle si volveremos. Todavía no lo sé. Aunque empiezo a sospecharlo.

6 comentarios:

J.P. dijo...

Qué bueno.
Y ya sabes lo que siente Torres cuando tira a puerta. (Era por el otro palo).

El Impenitente dijo...

Será por eso por lo que me siento tan unido a Torres, aunque él prefiere darle al portero.

Slim dijo...

contento deberias de estar de no lesionarte! que el fútbol es peligroso, y el fútbol-sala más!

El Impenitente dijo...

Pues sí. Fútbol sala sin lesión. Temporada ciclista veraniega sin caídas (y sin pinchazos). Y el domingo pasado, rodando tranquilamente y a ocho kilómetros de casa (estas cosas pasan siempre en el quinto pino) esguince grado Annapurna. Ea. Tengo el tobillo como una bota pero ya no me duele demasiado. Mañana saldré. Los constipados y los esguinces se curan corriendo. A mí me ha funcionado siempre.

Anónimo dijo...

Impenitente, muy buena crónica de la Gorrino´s Cup.
Una pena los fallos, pero como bien dices, cual Atlético Cholista, si fallas la que tienes, luego lo acabas pagando!!!
Me lo pasé muy bien y las agujetas XXXXXXXXXXL de 5 días ya están olvidadas. A esperar a la edición del 2015, donde seremos un año más viejos.
Kas

El Impenitente dijo...

El que perdona, pierde. Lo que pasa es que me da miedo entrenar para el año que viene. Nos puede dar algo.

Y el año que viene, efectivamente, seremos un año más viejos. Confío en que nuestros rivales no sean un año más jóvenes.