martes, 31 de enero de 2012

Lamento no morro (Tu quoque?)

Lo de educar a los hijos más o menos lo tenemos claro. Más o menos. Tal y como nacieron nos sentamos con ellos y les hablamos muy seriamente: vamos a ver, que sepáis que somos de los que pensamos que en esta vida se trata de ser felices y procuraremos, en lo que esté en nuestra mano, ayudaros en ese camino. Iremos a vuestro lado como pastores con un bastón y si hay que dar un bastonazo en el suelo, lo daremos. Y el camino de vuestra felicidad lo terminaréis eligiendo vosotros aunque, y aquí tomé yo la palabra, con condiciones, claro, que no todo va a ser tan idílico. Queda terminantemente prohibido que en esta vida vuestra seáis merengues, culés, médicos, periodistas, abogados ni drogadictos. Y tú, hija mía, que sepas que si eliges el camino del convento me harás muy feliz (qué mal lo voy a pasar con mi hija). El caso es que no hemos empezado con buen pie pues mi hijo cada día es más del Barça y empiezo a pensar que esa guerra la tengo perdida aunque aún no me he rendido. Todavía es muy pronto y siempre me quedará en la manga el as del chantaje. Y por lo demás, pues ahí vamos, paso a paso, día a día.

Dentro de su educación está el tema de sus referentes culturales. Aún son muy críos pero hay que estar en guardia. La música que suena cuando vamos en el coche no es cualquiera. Los libros que hay en casa y que sus padres leen no son cualquiera. Lo mismo con el cine. Una de las razones por la cuales considero que somos una generación de supervivientes es porque conseguimos sobrevivir al “Un, dos, tres”. Te pasabas la semana escuchando cómo todo el mundo repetía la frasecita o el estribillo de algún personaje que salía allí. El bombardeo fue atroz y, aunque con taras, logramos salir adelante. Y ahora mismo vivimos en una época que no es mejor que la nuestra. Hay que estar en guardia. Hay que estar atentos. No se tata de imponer mis gustos, no. Se trata de protegerlos no de lo que no me gusta sino de lo que me repele, de mis fobias. No es lo mismo (aunque lo parezca). Los referentes culturales de mis hijos son uno de los pilares de su educación y ahí estoy, con el bastón en la mano, presto y dispuesto, repartiendo garrotazos a diestro y siniestro.

Juega el Real Madrid un partido en Málaga y marca un gol. Dos de sus jugadores lo celebran haciendo el canelo. Nada nuevo bajo el sol. Jugadores del Real Madrid haciendo el canelo es una redundancia. La prensa lo celebra como si fuese una gran noticia. Es el baile de una canción que se ha hecho popular en Brasil de un tal Michel Teló. Se avecina el peligro. Contemplar a mi hermano y a un amigo del secarral (FV) deleitándose con el vídeo con la babilla colgando me puso en alerta. Luego la actitud de otros adultos levitando al escuchar la canción de marras me hizo preocuparme más aunque, bueno, hemos sobrevivido a infinidad de canciones horrendas con bailecito que se pusieron de moda así que podremos con ésta. Lo que me asustó fue hablar con amigos cuyos hijos habían sido abducidos por la canción. Y no eran casos aislados. Eran clases enteras. Cursos enteros. Incluso mis sobrinos, mis propios sobrinos también habían sido arrastrados. La situación era límite. Estaba con el ordenador. Llegó mi crío. Lo cogió. Puso el Youtube. Escribió Michel Teló. Seleccionó la canción. Empezó a sonar y la cantó en perfecto portugués dándolo todo. No podía ser verdad. No podía ser verdad. –Hijo mío, tú no me puedes hacer esto. Tú no puedes. Ven. Ven conmigo. Mira, aquí tienes discos de Antonio Carlos Jobim, de Sergio Mendes, de Jorge Ben, de Elis Regina, de Joao Gilberto. Mira, aquí tienes discos de Toquinho, de Vinicius de Moraes, de Chico Buarque, de Caetano Veloso, de Miucha. Mira, aquí tienes discos de Roberto Carlos, de María Bethania, de Baden Powell, de María Creuza, de Astrud Gilberto. Todos estos músicos son brasileños. Todos estos músicos me gustan. Todos estos músicos son referentes para tu padre. Tu educación musical es muy importante para mí. No puede ser que el primer gañán que venga de Brasil tire por tierra mi labor de años. No me puedes hacer esto. No me lo puedes hacer.

Pues sí que ha podido. Y sin el menor remordimiento. Y todavía podía ser peor. Ya no se conforma con ganarme al fútbol en el pasillo haciendo trampas. Ahora también, el muy cabronazo, acompaña cada uno de sus goles cantando y haciendo el bailecito. Y su hermana le acompaña en los cánticos y los bailes. Acabo de empezar y ya siento que he fracasado como padre. Envaino el bastón. Haced lo que os dé la gana. Y las tablas de multiplicar que te las repase Michel Teló.

20 comentarios:

Arual dijo...

Jajaja!!!! Qué bueno!!!

Slim dijo...

te iba a escribir pero me he puesto a bailar...jajaja

es broma. yo también la odio. sobre todo desde que Ximo, mi monitor del gimnasio, nos la pone para hacer abdominales.

El Impenitente dijo...

Pues no es mala idea ponerlos a hacer abdominales cada vez que empiecen.

Camilo dijo...

Ayer mismo me puse yo la canción en el you tube para comprobar por qué todo el mundo estaba tan empanao con ella. La canción tiene su aquel pero a mí me gustó mucho más el ambiente, tanta tía buena contoneándose. Quizá la música sea un terreno perdido pero, hombre, piensa que en otras cosas salen ganando. Habrá diferencia entre Los Soprano y Alf...

Anónimo dijo...

La euforia es universal...mis hijos han elaborado una coreografía propia (oprque gracias a Dios lo de "ai se eu te pego" creen que es soltar un guantazo). En fin Impenitente, encomendémonos para que por lo menos aborrezcan Sonrisas y Lágrimas :)

Anónimo dijo...

Se me había olvidado rubricar mi tontería (pero es que es fobia lo que siento con Julie Andrews y los trajes de tirolés)
Jaramiel

el Sr. Skywalker dijo...

Piensa que podía haber sido peor: el pequeño de mis pequeños Jedis se sabía el chiqui chiqui con su coreografía y todo... ¡Con tres añoooos!
Pero no te preocupes, que Dios es justo y les hará pagar con la misma moneda cuando sean padres.

3'14 dijo...

Yo ya claudiqué el día que mi hijo se convirtió en el fan número uno de Disney. Concretamente de las princesas disney... si hasta fuimos a Eurodisney!!!

La cancioncita esta es un producto más, como el mozalbete este, pues otro tanto... Es la primera vez que la escucho, bueno... la oigo... ventajas de tener un hijo antifutbol, aunque arrastro otras penitencias... Las monster high están haciendo muuuucho daño.

El Impenitente dijo...

Unas amigas de Ana, Petrarca, estuvieron en Río de Janeiro no hace mucho y salieron de fiesta. Por lo que comentaron las discotecas que frecuentaron eran así, en cantidad, en calidad y en proporción. Y no se hacían acompañar por sus cirujanos plásticos de cabecera. Hazte el ánimo.

Ya que citas "Sonrisas y lágrimas" comentaré que lo de do es trato de varón...bueno, vale, tal vez tenga un pase. Pero lo de re(s) es ¿selvático animal? ¿Selvático animal? Entonces, cuando los navarros cantan aquello de las vacas del pueblo ya se han escapao (riau, riau), ¿se han escapado de dónde? ¿De la selva? Amos, no me jodas.

Skywalker, vale que la venganza es un plato que se sirve frío, pero si he de esperar para vengarme a tener nietos preferiría un plato más templado.

Mi cría alterna a las Princensas Disney con Michel Teló. Sin embargo no le gustan las Monster High. Igual nos saltamos esa fase. Se me hace raro que nos saltemos una fase. Pensaba que mis críos no se perdían una.

Anónimo dijo...

En un doblaje para Latinoamérica, que por causas que no voy a explicar me tuve que tragar varias veces, dicen "...RE, un rey muy encantador MI amor es para ti FÁcilmente te daré"...Sin comentarios.
Jaramiel

3'14 dijo...

¿Anoche no salía el pollo este en el Hormiguero? No lo ví, solo lo leí en la programación de TV... A ver si ahora se me va a aparecer por todas partes... Mientras no sea como Bitelchus... Vamos a probar a ver... ¡¡¡MichelTeló, MichelTeló, MichelTeló!!!

El Impenitente dijo...

Explícalas sólo si son toleradas para todos los públicos.

Salió en "El hormiguero", sí. Todo el día estuvo mi crío pendiente. No se lo perdió, no.

3'14 dijo...

http://www.lavanguardia.com/musica/20120203/54248353290/asi-se-baila-ai-se-eu-te-pego-en-las-discotecas.html

Lo que yo te diga... ahora se me aparece por todas partes... o ya estaba pero yo no me había fijado. El caso es que, como escribas más entradas como esta yo aviso: dejo de leerte, pero ya, eh???

El Impenitente dijo...

Pues me da que la canción va a llegar hasta el verano, así que piensa que "Los pajaritos" fue peor. Igual te sirve de consuelo.

SisterBoy dijo...

Ahi voy yo, si sobrevivimos a Los Pajaritos, Saturday Night, Macarena y Asejeré también sobreviviremos a esto.

Por cierto que para mí el l,2,3 se terminó cuando pusieron el segundo canal en Canarias y me puse a ver La Clave, luego claro no tenia ni ida de quién era La Bombi ni Charito Muchamarcha.

El Impenitente dijo...

Pues a mí el Aserejé me gustaba. El baile no, pero la canción sí.

En mi casa el "Un, dos, tres" era innegociable. Y no te creas que me importaba. La sintonía de "La clave" me parecía un muro infranqueable. Era siniestra, desde luego.

G: dijo...

Ay, los referentes culturales. Cuánto cariño ponemos en ellos y qué frágiles son.

El Impenitente dijo...

¿Frágiles? Eso nunca. Jamás olvides aquello que enlazaste y que debe ser la máxima de nuestra vida -mis referentes culturales son mejores que los tuyos.

G. dijo...

Me refería a la fragilidad de su implante en nuestros herederos. Por lo que cuentas en tu entrada, tu querida colección de referentes cariocas, paulistas y tribalistas, es obviada por los seguidores del gañán de turno.

Yo, sin ir más lejos, sorprendí el otro día a "g minúscula" aplaudiendo la cotidiana aparición televisiva del enajenado Camps.

Pero no desesperemos. A nosotros nos costó mucho hacernos con nuestro listado y ni a los 18 meses sabíamos quién era Chomsky ni a los 5 años escuchábamos a Baden Powell.

Y sí, por siempre jamás, mis referentes culturales son mejores que los tuyos.

El Impenitente dijo...

Pensemos que es una carrera de fondo en la cual perderemos todas las batallas y también perderemos la guerra pues terminarán teniendo sus referentes culturales que serán peores que los nuestros como también los de nuestros padres son peores que los nuestros.

Lo de enajenado se ajusta perfectamente a la realidad de Camps. ¿Nadie quiere lo suficiente a ese hombre para obligarle a que se calle y desaparezca?