Las pasadas Navidades se programó en el secarral un ciclo de películas (cuatro) relacionadas con el pop y el rock, sin ánimo de lucro y sin el conocimiento de la SGAE. Me acerqué a ver una de ellas de nombre “Across the universe”. El título prometía. ¿Que qué me pareció la película? Mala de cojones. Era un video clip efectista sin pies ni cabeza con unos personajes (que se llamaban Jude, Lucy, Maxwell, Sadie, Jo-Jo, Prudence) empeñados en demostrar al público que acababan de salir de un congreso de majaderos. ¿Que si me gustó? Mucho. Sonaron sin parar canciones de los Beatles. No paré de cantar. Y aún podría haberme gustado más si “I am the walrus” no la hubiera interpretado Bono en su estado natural (haciendo el mendrugo), si no hubiesen sonado ni “Let it be” ni “Hey Jude” (los Beatles eran tan buenos que, puestos a hacer canciones malas, hicieron las peores) y luego pues, bueno, algunas que eché en falta (“I me mine”, “You won’t see me”, “I saw her standing there”, “I feel fine”, “Glass onion”, “Savoy truffle”, "Fixing a hole", etc.). Si a los compradores de vino se la dan con queso a mí me la dan con música. Y no sé si es un problema o no. Al final se trata de disfrutar y yo disfruto mucho, pero habiendo música de por medio pierdo enseguida el criterio. Muchas veces me planteo si las películas de Woody Allen son buenas o no. A mí me encantan, pero no sé si es por lo que son o por la música que suena, que siempre es fabulosa y me abre en canal preparado y dispuesto para absorber y disfrutar lo que me echen (abro paréntesis, uno más, pues llevo días relamiéndome contemplando el final de “Poderosa Afrodita” y su “When you’re smiling”). Y no sólo me ocurre con el cine. Cuando voy de compras detrás de Ana arrastrando los pies, tal y como entramos en Zara Home, donde cuidan muy mucho la música que ponen de fondo, doy un respingo y me sale el decorador que jamás tuve dentro y todo lo encuentro elegante, encantador, adorable, minimalista, divino y zen. Ya digo que toda esta reflexión es una tontería, que en el fondo se trata de disfrutar y darle importancia a esto es una memez, pero me sigue llamando la atención la fuerza que puede llegar a tener la música, que no sólo es capaz de llevarte donde nada ni nadie podría llevarte nunca, sino que te puede hacer perder el criterio de las cosas, que tiene el poder con su barniz de desvirtuarlo todo y hacerte pensar, creer y sentir lo que quiera. La paradoja de Lennon cambiando nuestra vida mientras repite que nothing’s gonna change my world.
martes, 17 de enero de 2012
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12 comentarios:
Me pasa lo mismo con Love Actually me encanta esa peli pero no creo que sea por la historia sospecho que es por su música...
bonita canción, a ver si te gusta esta versión que a mi me encanta:
http://www.goear.com/listen/abc0eb8/across-the-universe-beatles-fiona-apple
a mi me gustó hasta la historia de la película, tan contenta estaba con la música. lo de zara home no lo he probado, pero yo bailo hasta con lo de Mercadooona, Mercadona! asi que imagina!
la música alegra el alma, y a los que no, ellos se lo pierden.
No sé si trataste en este blog aquello de las nanas que cantabas a tus críos y de cómo, al repetirlas una y otra vez, conseguías mejorar tu interpretación de modo prodigioso. Igual no fuiste tú pero alguien lo dijo.
Pues bien, tendrías que escuchar mi versión de "Across the Universe" cantada a Mini G. (o "g minúscula" si nos ponemos académicos de la lengua). He encontrado mi tono, mi ritmo, mi estilo. Canto "...images of broken light, which dance before me like a million eyes..." y Mini G. sonríe exultante y plácido. Se duerme ipsofáctamente y no me importaría que tardase más en hacerlo pues podría seguir matizando mi interpretación, acompasando cada vez mejor mi respiración.
En ocasiones susurro la tradicional nana japonesa "Edo no moriuta". De gustos heterodoxos como su padre, también le gusta el "What Deaner was talking about" de los Ween. Pero "Across the Universe" nunca nos falla.
Jai Guru Deva. Om
Yo no cantaba nanas. Me llevaba a pasear a mis críos con el carro cuando eran muy pequeños y les iba cantando, habitualmente canciones de Roberto Carlos. En mi caso no cantaba cada vez mejor pues canto impresionantemente bien (aunque sea la única persona en el mundo que se ha dado cuenta) pero si que, conforme avanzaba en el paseo, me iba creciendo y terminaba diciendo de manera muy sobreactuada -tú eres realmente el más cierto en horas inciertas.
De todas formas, y no es por desengañarte, g minúscula terminará por pedirte que le pongas la canción que esté de moda porque a los gañanes del Madrid les gusta. La vida es así. Aunque, en mi caso, de vez en cuando brilla el sol. A mis críos les gusta Diana Ross. Y mi crío me pidió el otro día "River shiver" de Pomplamoose.
Es buena la versión, Slim (aunque espero no te importe que me quede con la original. Para mí "Across the universe" no es una canción. Es...otra cosa). Y vete a Zara Home. Seguro que te gusta.
Yo sé que cantas muy bien pues hemos hecho unos duetos que ya quisieran la Barbra y el tontolaba de Bono.
Pero yo canto mejor que tú. Mejor incluso que el mismísimo Tutto Maroto.
Maroto no es que cante mal, es que te arruina las canciones. Dejé de escuchar a Radio Futura porque en vez de a Auserón le escuchaba siempre a él. El daño que se ha hecho y el daño que nos ha hecho.
Y eso de que cantas mejor que yo habrá que verlo. El próximo futbolín, song contest. Empezaremos, como siempre, con el gran Peppino:
http://www.youtube.com/watch?v=0DMbujByiyU
Ma tu
non sai cos'e' l'amor
perche'
non sei felice ancor.
Quiero ir a Roma y a Le Cinque Terre. ¿Cuándo viajaremos juntos, amicísimo, cantando a grito pelado por la autoestrada transalpina?
Dimmi quando tu verrai. Dimmi quando, quando, quando.
Hablando de Bono deberías oir la versión que hizo de Satellite of love, esa salía en Million dollar hotel, una película tan mala que ni aunque hubiera sonado el original de Lou Reed podría enmendarse.
http://youtu.be/8q1zWNITuyg
Hizo Lou Reed una gira no hace demasiados años en la cual salía al escenario acompañado únicamente, si no me falla la memoria, por un violoncello. Pasaron por Valencia. El titulo de la crónica del concierto en un periódico local fue: El hombre que vino del lado salvaje para aburrirnos.
Has pensado correr con música.
Si, es un poco hortera pero podrías alcanzar metas nunca imaginadas.
Correr con música te priva del placer de tu propia compañía. A veces la soledad es un bien escaso y hay que aprovechar las oportunidades.
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