martes, 25 de octubre de 2011

Confesiones

Una de las muchas cosas malas que tiene el ser un listo listísimo es que las poses elevadas y puristas se han de mantener. Esto ocurre cuando se es más joven, pues con la edad los complejos tontos te los vas quitando de en medio, pero a los veintipocos años, por aquello de ser consecuente y de que nadie te pudiera decir nada, fijamos el listón del me gusta–no me gusta a un nivel altísimo, estando bien orgullosos de su altura, teniendo después la obligación de respetarlo. Lo que pasa luego es lo que pasa, que realmente nuestro listón está al nivel del suelo, si es que tenemos listón, y empezamos a albergar una colección de confesiones inconfesables que no cabrían ni en Siberia.

Una de mis confesiones inconfesables fueron las Bananarama. A finales de los ochenta la factoría Stock, Aitken & Waterman estaba sacando canciones como churros que sonaban todas iguales y que la chusma compraba con frenesí. Los enteradillos observábamos el fenómeno mirando por encima del hombro y con media sonrisa irónica ladeada. Las Bananarama me helaron la sonrisa. Sus canciones me gustaban. No podía ser. La tierra tembló bajo mis pies. Me tragaba “Rockopop” sólo para ver si salía algún vídeo suyo. Mis hermanas se reían de mí. –Qué pasa. Vosotras no lo entendéis, pero yo sólo estoy tratando de descubrir si las Bananarama son racionalistas o empiristas. –Sí, sí. Empirismo puro. Y es que aquellos vídeos me hipnotizaban. No es que ellas me gustasen (que me gustaban mucho, especialmente las tres. Luego una se casó con el de los Eurythmics, dejó el grupo y formo un dúo de nombre Shakespeare`s Sisters al cual también seguí la pista de manera clandestina) sino que realmente aquellos vídeos, aquella sucesión de imágenes me fascinaban, me dejaban estupefacto. Canciones como “Shy boy”, “Love in the first degree”, “I want you back” o “I heard a rumour” (las he enlazado porque así, con la tontería, volvía a ver los vídeos) me parecían himnos. Sabía que eran canciones muy horteras, muy pachanguetas, muy simplonas pero a mí se me llevaban por delante. Sacaron un “Grandes éxitos” y yo me moría por comprármelo. Y no me lo compré. No me atreví. Pudieron mis complejos. Lo que pude odiar mi listón.

Unos cuantos años después salimos mi amigo G. y yo a dar una vuelta cervecera. A la par que admirábamos camareras mirábamos a una pantalla gigante donde proyectaban un vídeo de Metallica. El vídeo era de una actuación suya y la cámara iba de izquierda a derecha y de derecha a izquierda (igual eso se llama travelling) y ellos se dedicaban a hacer posturitas delante de la cámara. -Un poco gañanes sí que son. -Ya te digo. -El movimiento ese de cámara me recuerda a los vídeos de Bananarama. Aquí. G. se calló. -G., hay una cosa que nunca te he dicho. A mí los vídeos de Bananarama me encantaban. -Y a mí. -Eso de ser listos listísimos era una mierda. -Pues sí. -Qué tontos hemos sido. -Mucho. Pero mucho. Llegué a casa y se lo conté a Ana. -Tú fíjate. Mil años siendo amigo de G. y hasta hoy nos habíamos ocultado el uno al otro nuestra devoción por Bananarama. -Yo me grababa los vídeos y luego los veía una y otra vez. -¡Ay, la leche! A la mañana siguiente, tal y como abrieron El Corte Inglés, nos fuimos a la sección de discos e hice algo que tuve que haber hecho muchos años antes: me compré el “Grandes éxitos” de Bananarama. Llegamos a casa y lo pusimos una y otra vez. Las canciones habían envejecido fatal pero no nos importó. Era algo de justicia. Luego vinieron mi hermana pequeña y mi cuñado a casa. Les enseñé el disco y les dije –sí, nos lo hemos comprado. ¿Pasa algo? Mi cuñado, tan anarquista y melenudo en su juventud (ahora, por supuesto, es un burguesito de tomo y lomo) se empezó a reír y nos contó que en un laboratorio donde estuvo becado había creado con otro compañero la Facción Bananarama y a todo el que llegaba nuevo le examinaban sobre el grupo antes de aceptarlo en el laboratorio. Mi hermana se lo quedó mirando con gesto entre extrañado y sorprendido. Yo no dije nada. Fui al equipo de música, puse “Love in the first degree” y nos pusimos a bailar. Al principio éramos tres. Terminamos siendo cuatro. Come on baby, can’t you see? I stand accused of love in the first degree.

10 comentarios:

3'14 dijo...

Que grande eres contando historias. Pero, ¿De verdad os pusisteis a bailar? Hasta ahí el relato me parecía tan verosímil... (aquí iría un je,je o una símbolo que representa una cara sonriente, y si me apuras, hasta un guiño, pero como se que te da mucha rabia pues no lo pongo, va, que la entrada se merece todos mis respetos)

Nunca he sido capaz de distinguir quien era quien de las Bananarama, sin embargo, sin ser una seguidora del grupo, todas sus canciones me suenan.

Me has tentado y he estado viendo vídeos en youtube, ¡¡¡Dios, cuanto daño causó la estética ochentera!!!

Y entre los enlaces que has colgado debería estar el hit hit hit: http://www.youtube.com/watch?v=qhTMAT8zhO8&feature=fvst

Arual dijo...

Porque estoy en la ofi que sino me pongo a ver los vídeos jajaja!!!

Te confieso una ahora mía: me chiflaba Juan Luís Guerra y su disco "Bachata rosa"..... cómo te quedas?

El Impenitente dijo...

De Juan Luis Guerra "Como abeja al panal". Totémica.

No puse "Venus" por respeto a los Shocking Blue.

No me dan rabia los simbolitos esos de paréntesis, dos puntos y demás. Otra cosa es que piensa que el día que escriba yo uno de esos de repente escribiré también ke, genial y no volveré a utilizar los símbolos ¡ y ¿. Cada uno tiene sus cadauneces.

Sobre los ochenta, y como dijo una vez Sisterboy, menos mal que hay vídeos porque si lo contásemos nadie se lo creería.

J.P. dijo...

Todavía te veo con un iPijos y con las bananamaranarama de tono.

Slim dijo...

las bananarama son..geniales! ;-)

3'14 dijo...

Slim, y si esto fuera el feisbuk te pondría un "Me gusta" :D

El Impenitente dijo...

Slim, Pi: cincuenta flexiones cada una.

Me alegra leerte, J.P. Veo que comienzas a superar el duro golpe que te supuso la muerte de Steve Jobs, el hombre que dio sentido a tu vida y que llena tu tiempo.

SisterBoy dijo...

Yo siempre he dicho que yo no vivi los ochenta, yo vivi en los ochenta que no es lo mismo. Me pasé toda esa década escuchando música de los setenta y criticando de los modernos para luego escuchar en secreto discos de Ultravox y Duran Duran, ¡ay que pesados son los principios!.

Ra está en la aldea dijo...

Bananarama son maravillosas pero las Shakespeare's sisters son geniales. Stay es una canción conmovedora.

El Impenitente dijo...

Si tuviese que hacer una comparativa entre Bananarama y las Shakespeare's Sisters, todos los argumentos serían favorables a las hermanas de Shakespeare. Todos menos uno: que no son las Bananarama. Y contra eso no se puede luchar.