jueves, 7 de julio de 2011

Todo sobre mi mosca

La vida media de las moscas oscila entre quince y treinta días (que ya es oscilar. No está mal darse un margen de error del cien por cien). Yo creía que no vivían más de dos. Toda la vida soportando las moscas pensando –bueno, sí, amárgame la siesta pero tú mañana estarás muerta si no hoy; todos los veranos volviendo a Valencia desde el secarral con unas cuantas moscas en el coche que siempre se cuelan no sé por dónde por más que procuro que no se metan y a las que no hay manera de echar y de las que siempre pienso –míralas, no quieren morir sin ver el mar. Tal vez no lleguen. Aguantad, bonitas. No os muráis todavía. Y ahora van las muy cabronas y resulta que se tiran viviendo un mes, que les da tiempo a ver el mar, a aprender a nadar, a hacer surf y a volver para contárselo al resto. Y el resto son muchas. Muchísimas. Tenemos un problema en el secarral. Frente al pueblo, los corrales de ganado y la nave de los pollos son una fuente inagotable. Y si la primavera ha sido lluviosa podemos presumir de tener todas las moscas del mundo. Todas. El secarral: capital mundial de las moscas. Aquí sí que la cerveza te la ponen con tapa pues tenemos que tapar las cervezas para que no se las beban las moscas. Cuando G. y yo nos sentábamos juntos en COU nos entreteníamos poniendo nombre a cada mosca que se colaba en clase. En el secarral agotas el santoral antes de decir buenos días. Y no hay lírica que valga. Escribió Machado y cantó Cortez –yo sé que os habéis posado sobre el juguete encantado, sobre el librote cerrado, sobre la carta de amor, sobre los párpados yertos de los muertos. Sí Machado, sí, sobre la carta de amor, sí. Y también sobre la mierda. Y sobre todas las cosas. Están en todas partes. Las moscas no son familiares. No son entrañables. Son repugnantes. Son molestas. No son graciosas. No evocan nada. Y cumplen siempre aquello de que cada vez que matas una vienen cincuenta al entierro. Cincuenta a las que les queda un mes de vida. No se van a morir hoy. Ni mañana. Y cada vez son más. Y cada vez son más grandes. Y vuelan pesadamente. Y cada vez que nos miran comienzan a relamerse. Como escribió Coppini, como cantó Coppini –como no encuentre las llaves (¿qué llaves?) van a empezar a comerme.

11 comentarios:

Don Ramón dijo...

Hay momentos en que las moscas hacen gestos de quererse arrancar la cabeza como desesperadas de ser moscas.

G. no recuerda haber bautizado ninguna mosca. Pero es verosímil.

El Impenitente dijo...

Tu memoria me pertenece, G.

Slim dijo...

pues imaginate una mosca que ademas de lo pesada y lo molesta, muerde y pica!! y no es un dibujo animado, es la mosca negra, que en zaragoza hay una plaga!! en serio lo digo!

Juan Rodríguez Millán dijo...

Y con esta reflexión acabas de hacer una oda a la mosca puñetera. Qué bicho más odioso. Porque además es pesado. Si se limitara a volar... Pero no. Se posa. La echas de un manotazo que siempre falla. Y vuelve a posarse en el mismo sitio. Será estúpido el bicho.

El Impenitente dijo...

Pues habrá que hacerle también una oda a la mosca negra, que muerde, pica y da esplendor.

SisterBoy dijo...

Ya hiciste una cierta vez a la mosca verde

El Impenitente dijo...

Buena memoria, SisterBoy. Y ahora que ando escaso de ideas tal vez la rescate. Las moscas llaman a las moscas.

Álex dijo...

No las soporto, no sé qué utilidad tienen (los mosquitos al menos transmiten enfermedades) y deben ser uno de los bichos más estúpidos que existen. Mira que les abro la ventana para que se larguen a otro sitio (siempre se cuela alguna aunque esté todo cerrado) y las muy imbéciles insisten en golpearse contra el cristal una y otra vez hasta que las golpeo yo con el periódico.

El Impenitente dijo...

De lo que se deduce que te compras el periódico y ya sabemos con qué finalidad. La letra con sangre entra.

el Sr. Skywalker dijo...

Con que las moscas viven dos o tres días...

A ver si aprendemos a no creernos todo lo que nos dicen, como cuando el gobierno dice que estamos empezando a salir de la crisis.

No me digas que ESO también te lo creíste.

El Impenitente dijo...

Estando en la construcción lo de la crisis no me lo tienen que contar. Si quieres lo cuento yo.