miércoles, 29 de enero de 2020

El maravilloso mundo de hacer listas. Hoy: Burt Bacharach

Burt Bacharach tiene la bonita costumbre de dejarme estupefacto. Nunca llegó y dijo -hola, soy Burt Bacharach y éste es mi repertorio. No. Siempre estuvo agazapado. Y se ha entretenido en todos los años en que llevo escuchando música en dejar caer sus canciones para que las fuese encontrando. El ritual siempre fue el mismo. Suena una canción en mitad de distintas situaciones. La canción no busca protagonismo. Pero lo encuentra. Algo salta. Alerta. Escucho la canción. Busco datos para identificarla. Título. Cantante. Y detrás, Burt Bacharach. Sonriendo. Lo he vuelto a hacer. Y yo, rendido. Cabrón. Te quiero.

Burt Bacharach tiene noventa y un años. Está vivo, pero ya en la lanzadera. Se morirá y todos querremos hacerle un homenaje y demostrar que somos los más conmocionados y los más conmovidos. Podría esperarme. No pasaría nada. Pero es que el otro día me entretuve en hacer una lista de las veces que Burt Bacharach me sonrió burlonamente mientras yo tenía los ojos como platos. Nueve veces. Y la lista me quema. Me adelanto a los homenajes. Te doy las gracias en vida.

Radio 80. Mi hermano la llamaba Radio Fósil. Hace mucho que esta emisora desapareció. Fue absorbida y su programación cambió. En aquella emisora, que alternaba con Radio 3 en nuestro equipo de música, Dionne Warwick aparecía con cierta asiduidad. “Do you know the way to San Jose”. Y fue sembrando. “Always something there to remind me” (mejor que la version de la gran Sandie Shaw). Y se hizo sitio. “Walk on by” (he de reseñar la versión de Gloria Gaynor, que tuvo su hueco en cierta fase de mi vida). Y, sin gran estruendo, Dionne se quedó con mi corazón para manejarlo a su antojo. “Never fall in love again”. ¿Y quién estaba detrás de todas estas canciones?

Otro hallazgo, entre muchos, que debo a Radio 80 fue Herb Alpert & The Tijuana Brass. “This guy’s in love with you”. Y así como no me atrevo a competir con Dionne (ni con los que vienen después), con Herb sí que me atrevía y esta canción me he visto muchas veces cantándola con ella (todas ellas) cayendo rendida a mis pies. La música de Burt Bacharach y mi voz. Su encanto y mi voz. Nunca pasó pero que la realidad no moleste a nuestros sueños.

Pasó mucho tiempo hasta que Burt volvió a aparecer, Y lo hizo con fuerza. Incluso le dediqué una entrada. “Any day now”. Elvis Presley. Aquella noche inolvidable en el bar de la piscina de la Aldea. No vueles, mi hermoso pajarillo.

Antes he confesado mi amor por Dionne Warwick. Y si lo de Dionne es amor, lo de Marilyn McCoo es amor y medio. Persiguiendo a Marilyn (la voz solista de The Fifth Dimension) descubrí a Laura Nyro (le debo una entrada entusiasta y vehemente) y, de vídeo en vídeo, llegué a “One less bell to answer” (cuyos primeros versos dicen -una llamada menos que atender, un huevo menos que freír. El letrista habitual de Burt Bacharach era Hal David. Se supone que era bueno. Entre el huevo sin freír y aquello de- tal y como me levanto, y antes de maquillarme, rezo una pequeña oración por ti- tengo mis dudas). Y aquí me quedé.

Something big”. Esta canción tiene la culpa de esta entrada. Llegó hace dos semanas. Se va a quedar. Lo sé.

Y termino con un clásico o, por decirlo de otra manera, con el clásico: “The look of love”. Hay mil versiones de esta canción. Es un estándar. Manida. Sobada. Cansina. O no. Dionne es el amor. Marilyn, amor y medio. Gladys Knight es otra cosa. El triamor. El hexaamor. El decaamor. Aquel vinilo doble de grandes éxitos de Gladys Knight and the Pips que me regaló Ana hace ya…mucho. Allí, Gladys, como sólo ella sabe cantar. Y detrás, Burt. Sonriendo. Y con los ojos llenos de lágrimas, como tantas otras veces, cabrón. Te quiero.

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