martes, 23 de julio de 2019

La felicidad y sus atajos

Sería un chaval. Estaría leyendo. Debió aparecer la palabra misantropía (o misántropo) en el texto. La busqué en el diccionario. Me gustó la palabra. Me gustó su significado. Me quedé pensando. -La misantropía es el camino más corto para alcanzar la felicidad. Me quedé muy a gusto con mi pensamiento. Seguí leyendo.

En esta vida, pienso, al final de lo que se trata es de ser feliz. Por la razón (o razones) que sea elegí un camino más largo para llegar a ella. Me hice un ser social. Está mi familia. He hecho amigos en cada circunstancia de mi vida. Estoy bien. No me quejo. No me arrepiento.

Recientemente un amigo, que tiene a la cincuentena aproximándose a gran velocidad, me preguntó qué cambios había notado yo desde que soy cincuentón. Como tengo alguna entrada escrita al respecto puse pose de gran orador y recité lo que escribí en su momento. Terminé. Me callé. Y luego añadí -y también que el número de personas que no me parecen unos gilipollas cada vez es menor.

Siempre se está a tiempo de coger el atajo.

2 comentarios:

GARRATY dijo...

Pensaba que ibas a disertar sobre la felicidad a través del running.
Vaya un coach motivacional estás hecho si despachas el tema en un par de párrafos y no nos enlazas los otros posts. Así no hay forma de vender humo y tendrás que seguir trabajando de verdad el resto de tus días.

El Impenitente dijo...

A diario veo a algunos que no es que vendan humo. Es que se lo compran. Nada que hacer. Seguiré trabajando.