domingo, 19 de mayo de 2019

Diferente a todos

Antoine le ha dado al Atlético de Madrid lo mejor que tenía. Dudo que lejos de Simeone pueda superar el rendimiento que ha ofrecido junto a él, pero qué más da. Poco importa si deja un vacío, emocional y deportivo, talla XXL. ¿Duele? Claro, pero no más que en otras ocasiones, para qué nos vamos a engañar, porque en materia de desilusiones, palabras huecas y promesas que no valen nada, los atléticos ya son veteranos de Vietnam. Tienen el cuerpo cosido de puñaladas y repleto de cicatrices, así que saben que no hay mal que cien años dure, pero sí cuerpo que lo resista. Así que, sin anestesia, al grano: el que no quiera estar en el Atlético de Madrid, fuera. Esa camiseta no es mejor que ninguna otra, pero sí es especial. Y no debe lucirla quien crea que su vida puede ser mejor en otro lugar, porque si el Atleti te elige y tú no estás por la labor, mejor irse. Sin rencores.

Gracias por todo, Antoine. Ahora los que te han querido de manera incondicional volverán a hacer lo que llevan haciendo durante toda la vida: reconstruirse y reinventarse para salir adelante. Para otros, una fatalidad. Para la gente del Atleti, otro día más en la oficina. Inercia. En eso consiste un relato de vida experto en nadar contra corriente y vivir en campo contrario. Eso es el Atleti. Un sentimiento inexplicable que está por encima de jugadores, entrenadores y directivos, se llamen como se llamen. Y su único patrimonio es su gente. Esa que siempre se queda. Esa que no tiene cláusula de rescisión. Esa que nunca abandona. Esa que sabe que el Atleti no es mejor que nadie, pero es diferente a todos.

Copio parte del artículo que Rubén Uría tituló “Mejor que nadie, diferente a todos”. Lo escribió tras el anunció de Griezmann. No se puede contar mejor.

P.D. No todas las marchas son iguales.

Muchas gracias, Diego. Muchas gracias, Juanfran. Vosotros sí que dejáis hueco. Vosotros sois de los nuestros. Suerte.

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