Me gusta más envenenar manzanas que quitarles la piel.
Y mi ángel guardia quemará todas las pruebas que demuestren que un día estuve allí. ¡Qué bien sabe no existir!
No te gustan mis discos ni mi ropa. No te gusta mi forma de bailar.
El Capitán Mosca en el restaurante chino vigila a la mafia tras sus dos palillos.
Soy como una vieja atracción que un día sirvió para pasarlo bien.
Hay luz en la casa del fabricante de alas de mariposa. Ahora está eligiendo algunos colores que hagan juego con tu cara.
Y en el bar del aeropuerto todo el día viendo el NO-DO.
Pasarás la página y verás que estás preso otra vez en el más triste final, el más triste final, el más triste final de un cuento.
Tristemente, con esa mirada que hace que a los hombres les huela el sudor fuerte.
Queremos conocer dónde nos fabrican. Queremos conocer a quién nos fabrica.
Un telescopio poned, en su cabeza a rosca poned. Para ver lo que no hay que ver. Para ver lo que nadie vio.
Si tuvieras que comerte, ¿por dónde empezarías? ¿Qué parte comerías la primera?
Si te dejo pasar todo acabará mal. Te llevarás las cosas más bellas.
Una vez que puse mi mente hecha pedazos en la máquina de exprimir naranjas, salió un líquido blanco que servía como combustible para cualquier nave.
No, ninguno de nosotros estamos hechos con frío.
Y aunque nos creamos especiales todos preguntamos los nombres de las calles.
Estoy tan cansado de ser como soy. Todo lo que dije lo dijo alguien ya.
Llevo años planeando la caricia que aún no he dado.
Eres la capital del peor país del mundo. Todos los que allí viajaron estuvieron de paso.
Ya no como en el plato del perro. Por la noche vuelvo a tener sueño. Tengo un podio en mi casa, soy el primero cuando quiero.
Y lo que digo cinco veces es verdad.
Veinte años de "El escarabajo más grande de Europa". Diez años sin Sergio Algora.
martes, 17 de julio de 2018
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