viernes, 5 de febrero de 2016

Brasas, viernes y sobres de azúcar

Justo al lado de nuestra nave hay un bar. Todas las mañanas, a eso de las nueve, preparan las brasas y empiezan a asar carne para el almuerzo. Y huele en toda la nave. Y, a la hora de almorzar, saco mi manzana o mi pera y me la como oliendo a chuletas asadas sintiendo pena de mí mismo. Salvo los viernes. Que se note que es viernes y no sólo por ser el día más traidor. Almuerzo valenciano reglamentario, con sus cacaos, sus olivas y su bocadillo de chuleta de aguja con patatas, de sepia a la plancha con mahonesa, de longanizas con pimientos o de lo que me entre ese día por los ojos. Porque la gente viene a Valencia y se sube al Miguelete o se va a ver a los elefantes al Bioparc, pero tendría que entrar en un bar de polígono y mirar el mostrador a la hora de almorzar. Ahí reside la esencia de la belleza.

Y las tertulias en los almuerzos. Trabajo, sí. Fútbol, sí. Y T. Me gusta sentarme cerca de T. No para de hablar. Sabía que el Valencia eliminaba a Las Palmas en la Copa porque había tenido ese “púlpito”. Y sus teorías. Les expliqué la mía de que la verdad no sólo se encuentra en las letras de los tangos, rancheras y corridos sino, especialmente, en los sobres de azúcar (a veces soy consciente de lo cansino que soy, pero no puedo evitarlo). T. respondió diciendo que eso era una gilipollez, que un día a la semana todos los que trabajan en la azucarera se encierran en una habitación, se fuman cuatro porros y empiezan a decir lo que se les ocurre. Toman nota y luego imprimen lo que más les gusta en los sobrecillos. –Mira, ésta se le ocurrió a un moro: a “Mohamed” Gandhi.

-¿Y ésta?

-Ése debe de ser el lateral derecho del Schalke 04. ¿Ves cómo se lo inventan? Qué verdad ni verdad.

Pues igual tiene razón. Y mi rostro ni me lo ha dado la vida ni me lo merezco. Pero el bocadillo de los viernes,sí.

2 comentarios:

kyezitri dijo...

Qué gran post, impenitente! A estas horas de la mañana me relamo imaginando los bocatas de los que hablas, mientras me das pena imaginándote abandonado y solo en una esquina de la nave con tu manzana...

El Impenitente dijo...

Vaya, me alegro de que te haya gustado. Y si alguna vez te acuerdas de mí a las nueve y media de la mañana, mejor que sea en viernes.