viernes, 10 de agosto de 2012

La insoportable levedad de ser un rancio de cojones

Me voy unos días de vacaciones. Veréis que he dicho días y no diítas. Y que he escrito vacaciones y no vacas. Porque yo digo días y vacaciones, como también digo fin de semana y no finde. Si hay una pregunta que me pone a prueba es -¿estás ya de vacas o sólo de finde? Porque lo que me pide en ese momento el cuerpo es sacar un lanzallamas y carbonizar al instante al cretináceo de enfrente. Pero no. Todavía me contengo. Y respondo educadamente, enfatizando mucho los términos vacaciones y fin de semana. Aunque cada vez me cuesta más. Porque llegará el día en que me preguntarán -¿qué vas a hacer estas vacas?- y yo responderé –entregarme a la policía después de haberte cortado todos los tendones, haberte desollado vivo y revolcado en sal, haberte escrito en el cuerpo con un hierro al rojo vivo Real Academia Española de la Lengua que limpia, fija y da esplendor, haberte arrancado los ojos, la nariz y los dientes y haberte mutilado los brazos y las piernas a la altura de los codos y de las rodillas. Pero no temas, que las orejas no te las arrancaré. Ni te dejaré sordo. Porque quiero darte la oportunidad de que aprendas que no se dice diítas sino días, de que no se dice finde sino fin de semana y de que no se dice vacas sino vacaciones y te lo repetiré tantas veces como haga falta hasta que se te quede grabado en la sesera, ¿te enteras? Llegará ese día. Y casi estoy deseando que llegue.

Así que me voy unos días de vacaciones. Si no vuelvo es que estoy en la cárcel.

2 comentarios:

SisterBoy dijo...

Excelente, si algún día nos conocemos ya se que dos frases no debo pronunciar.

3'14 dijo...

es k lo pones tan a güebo!!! XD
K te vayan bien las vacas! A mi aun me kedan unos diitas y un par de findes.