Recuerda que eres humano

Cumplir años tiene sus cosas malas y sus cosas buenas. La relación de las malas nos llevaría unos cuantos lustros confeccionarla. Las buenas no sé cuáles son. Tal vez, cuando uno llega a determinada edad, pues sí es agradable. Se me ocurre ahora el cumplir la edad de jubilación, por ejemplo. O, en el caso de los corredores, la edad que te permite pasar de una categoría a otra, pues pasas de ser el más viejo a ser el más joven. Porque esto de correr parece cada vez más que no es tanto el entrenar como el resistir. Y con cuarenta y cinco pasas a ser Veterano C (no sé qué suena peor, si la cifra, lo de veterano o lo de C). Y vas a correr una media del circuito de la Diputación, con mil quinientos tíos (y tías) inscritos (e inscritas). Y corres más o menos en el nivel de siempre. Y al llegar a meta, pues…


Como trofeo es horroroso, pero dentro de la categoría de trofeos horrorosos es de los más bonitos del mundo. El podio sigue siendo mi lugar natural. La leyenda continúa.