sábado, 22 de mayo de 2010

Quisiera llegar a ser inmortal. Y entonces, morir

Tomo prestado del blog de Juan un cuestionario. Hace tiempo que no hablo de libros y me apetece. Además, me sigue resultando difícilmente resistible el no responder preguntas con ánimo ciertamente pretencioso. Me gusta sentirme como Parvulesco, el personaje de "Al final de la escapada".

Comenzamos.


¿Cuál es la obra que más veces has leído?

Me quedan demasiados libros por leer por lo que no acostumbro a releer. Aunque, de vez en cuando, vuelvo a leerme el final de “La verdad sobre el caso Savolta” de Eduardo Mendoza. Y un par de capítulos de “Edad prohibida” de Torcuato Luca de Tena que marcaron a fuego mis quince años. Nunca dejaré de tener quince años.


¿Cuál ha sido el último libro que has dejado a medias?

Esto de la presbicia es una puñeta. Estoy con “Nostromo” de Conrad pero voy lentísimo porque la letra es pequeña y ahora me quito las gafas, ahora me las pongo. Si, además, leo a salto de mata, antes de acostarme o cuando me toca esperar en jornada laboral, pues así no hay manera de avanzar. Y no es Conrad un autor de ahora sí, ahora no, ahora espérate. Me lo dejaría para el verano y sus vacaciones, pero ahí tengo esperándome, también a medias, “La montaña mágica” de Thomas Mann. En fin, que me dejaré “Nostromo” para cuando ya sea un hombre de mediana edad camino de la senectud con carnet, es decir, con lentes progresivas.


¿Qué te suele llevar a preferir una lectura en vez de otra?

Los autores. Tengo mis autores de cabecera. Y me gusta leer la biografía de los mismos y me fío de sus preferencias. También me fío mucho de las recomendaciones de los amigos cuando comparto con estos gustos. A veces llego a situaciones ridículas. No leía a Turgeniev simplemente porque se llevaba mal con Dostoievski. Una amiga bloguera, Ángela, (¿dónde estás?) me lo recomendó y le hice caso e hice bien en hacerle caso.


¿Recomiendas libros con frecuencia? ¿Qué libros recomiendas más?

Es un error recomendar libros, pero me equivoco a menudo. Procuro decir –éste libro me gustó- y no –léete este libro. Te gustará- pero no siempre lo consigo. Con los libros, con la música, con todo soy demasiado vehemente.


¿Qué libros recomiendo más?

Mis favoritos: Dostoievski, Gogol, Faulkner, Steinbeck, Conrad, Cortázar, Vargas Llosa, Cervantes, Valle-Inclán, etc.


¿Cuál fue el último libro de poemas que leíste?

El último y casi diría que el único: “Paulus e Irene” del gran Sergio Algora.


¿Cuál es tu momento preferido del día para leer?

Cualquiera, aunque, por circunstancias, cuando más aprovecho y, por tanto, disfruto, son los sábados y los domingos desde las siete de la mañana hasta que se despiertan mis críos (algo que casi nunca sucede después de las ocho).


¿Recuerdas el primer libro serio o adulto que leíste?

“El cantar del Mío Cid”. Tendría yo siete u ocho años. Imagino que sería una edición juvenil. Fui un niño muy repelente.


¿Te gusta ir al teatro? ¿Y leer teatro?

Me gusta ir al teatro pero no voy nunca. Leer teatro sí que lo hago. Me gusta mucho Casona. Y Chejov. E Ibsen. Y Jardiel. Y Valle-Inclán. Y Mihura. Y Oscar Wilde.


¿Lees libros con frecuencia que no sean literatura (filosofía, divulgación, biografías, guías de viaje, cómics...)?

Consulto libros de estructuras y prontuarios con frecuencia, pero a eso no lo llamaría yo leer. La verdad es que no. Sólo leo literatura. Los listos listísimos somos así.


¿Prefieres comprar los libros o aprovecharte de las bibliotecas? ¿Te gusta curiosear en los mercadillos de libros (Feria del libro, libreros antiguos y de viejo...)?

Prefiero comprarme libros e ir haciéndome yo mi propia biblioteca. Y un libro no entra en mi biblioteca hasta que ha sido leído. Y nunca voy a buscar libros, sino a encontrarme con libros. Frecuento librerías o ferias de libro de ocasión y me encanta hurgar hasta que descubro una perla en el barro.


Cuando acabas un libro, ¿cuánto tardas en empezar otro? ¿Lees puntualmente o siempre tienes un libro entre manos?

Cuando termino uno empiezo otro. Siempre tengo un libro esperándome. Bueno, en realidad más de uno.


¿Has escrito alguna vez algo que considerases literatura? De hacerlo, ¿tendrías algún género al que te inclinases más?

He escrito y sigo escribiendo, pero cuando uno lee a sus autores favoritos y después lee lo que ha escrito pues lo último que se me ocurriría es llamar literatura a lo mío.

Sobre géneros, escribí poesía (o algo así) y ahora mato el gusanillo con el blog y algún esbozo de relato (o algo así).


¿Qué libro deseas leer y jamás lo has hecho?

Son muchísimos los libros que no he leído y me apetece leer, pero ya irán cayendo, ya. No hay prisa. Aunque ya que estamos me gustaría leer, y no sé si alguna vez lo haré, los siguientes dos libros: “El Atlético de Madrid: así se conquistó la Copa de Europa” y “Biografía de El Impenitente, campeón olímpico, mundial y europeo de los ochocientos metros”.


Un best-seller que no tengo el más mínimo interés en leer.

Desde que me leí “El código Da Vinci” renové mis votos y creo que jamás volveré a leer un best seller posterior a mil novecientos setenta, entendiendo por best-seller lo que se entiende por best-seller, es decir, el libro que se ha leído el que no lee nunca y por ello se cree un intelectual. Los listos listísimos seguimos siendo así.


Un libro que nunca terminaré.

Nunca quizá sea exagerado, pero “La Habana para un infante difunto” de Cabrera Infante desespera esperando.


Un libro infumable.

Cuatro libros recuerdo que hube de terminarme pues me fueron recomendados encarecidamente y que hubiese quemado innumerables veces: “Como agua para chocolate” de Laura Esquivel, “Primer amor, primer dolor” de Martín Vigil, “La casa de los espíritus” de Isabel Allende y (me esconderé bajo la cama) “Leviatán” de Paul Auster.


Un libro que me sorprendió.

“Los viajes de Gulliver” de Jonathan Swift. Pensé que me iba a encontrar con un libro infantil de aventuras y me encontré con una novela ácida y crítica de un sarcasmo demoledor que, por supuesto, me encantó.


P.D. Mientras rellenaba el cuestionario estaba espotifando con Nina Simone. Qué mujer. Qué mujer. Ya tiene las malvas criadas pero creo que si hubiese llegado y me hubiese dicho -Impenitente, ¿te quieres casar conmigo?- le habría respondido que no. Entonces ella hubiese cantado "Iwish i knew how it would feel to be free" y le habría dicho -hazme tuyo.

18 comentarios:

Slim dijo...

ni siquiera releías de pequeño? yo tengo libros que me he leido un millon de veces. algunos (los que tenia en Jaca) me los leia todas las vacaciones. otros los releia cuando no tenia ninguno nuevo. me gustaba mucho releer.
es curioso porque ahora lo hace mi hija y me sabe malo, siempre le estoy diciendo que tiene que leer otras cosas, y ella se empeña en leer siempre los mismos libros.

Juan Rodríguez Millán dijo...

Pues diciéndolo un listo listísimo, me apunto algunos nombre y títulos que citas. Que me he identificado con eso de que digas "ese libro me gustó" y me ha encantado lo de encontrar perlas en el barro. Sin ánimo de decir que aquí hay barro, claro...

SisterBoy dijo...

Buen cuestionario, lo usaré proximamente aunque antes tengo que escribir sobre el final de Lost

El Impenitente dijo...

Me gusta la expresión "me sabe malo". No la había oído.

Algo que también acostumbro a releer (siempre en verano) y que olvidé citar son algunos relatos de "La vuelta de Don Camilo" de Giovanni Guareschi. Me gusta más "La vuelta de Don Camilo" que "Don Camilo". Y quien no llora leyendo "Conseja de Santa Lucía" no tiene sentimientos ni nada que se le parezca.

Unknown dijo...

¿Quién fue el desconsiderado que os recomendó-compró, con toda su ilusión el libro de Cabrera Infante? Me has roto el corazón....., tener que enterarme así.

El Impenitente dijo...

El libro de Cabrera Infante, Guillermo está junto a los de Capote, Truman (tengo la biblioteca ordenada por orden alfabético de autores. Maniático que es uno) a ver si se le pega aunque sea un poquito y me lo puedo terminar.

Ahora, fue un regalo muy bonito que nunca olvidaré

G. dijo...

Este domingo a las 7 de la mañana me acordé de ti. Me dolía la espalda, me levanté y me puse a leer. Pensé que no era el único extravagante que a esas horas estaba enfrascado en la lectura. Ayer fue a las 5 y media cuando no podía estar más en la cama y me puse a leer. Hoy el Myolastán, cómo lo quiero, ha venido en mi auxilio y vuelves a estar solo entre los raros.

Ostras, te has metido con Auster. Te van a llover improperios, pero no de mi parte.

Qué ajado está mi caso Savolta. Qué cariño le tengo.

Sugerencia: Tienes que dedicarle al Indio una entrada.

Arual dijo...

Me sabe malo es una expresión muy mañica, yo también la uso.
Tengo pendiente este meme de hace tiempo, a ver cuando me pongo.

El Impenitente dijo...

No sé si el Indio fue buen o mal profesor. Si sé que las clases de 2º de BUP de Lengua y las de COU de Filosofía con el Tudi son las que recuerdo con mayor nitidez de toda mi época escolar.

¿Raro por levantarme a leer? Hubo una vez que me sentí mucho más raro. Volvía un domingo por la tarde de verano a Valencia desde el secarral. Iba solo. Venía por la antigua nacional, no por la autovía. Pasado Contreras de repente el coche se paró. Me eché al arcén y llamé a la grúa. Me dijo que tardaría media hora. Puse los triángulos y me subí a un terraplén junto al coche a esperar leyendo con mi chaleco reflectante naranja. Recuerdo que estaba leyendo entonces "Demonios" de Dostoievski (si recomendase libros lo recomendaría). Cuando llegó la grúa su conductor se me quedó mirando como si fuese marciano.

G. dijo...

No te llamaba "raro" por levantarte a leer. Sí por hacerlo a las 7 de la mañana un domingo, aunque entiendo que ése es el infrecuente momento de silencio en tu casa.

Puedes creer que te envidio la costumbre madrugadora. Pero no debemos llamar pereza al esfuerzo tremendo que debo hacer para levantarme antes de las 8. Si te parece bien le llamaremos hipotensión, ese lastre.

El Impenitente dijo...

Si tú quieres que le llamemos hipotensión le llamaremos hipotensión. En el secarral a la hipotensión la definen como "ser más perro que la grama" pero es que allí tienen muy poco tacto, ya sabes.

Alex Maladroit dijo...

Soy demasiado Littera-Nazi para leerme esto entero, nunca me suele gustar lo que a los demás. Aunque coincido contigo en lo de releer, no tiene sentido, ¡ya sabes el final!.

G. dijo...

El final es lo de menos, Alex.
Pero mira, en eso coincides con Eduardo Mendoza que ahora nos ha salido diciendo que Kafka es un escritor pésimo porque en la primera frase de sus libros ya te explica toda la novela y entonces ¿para qué seguir?

Y ahora tendría que decir qué es entonces lo importante en la literatura, pero tengo prisa y me voy. Que lo diga el Impenitente que para eso estamos en su casa y le encanta comerse el cabolo.

El Impenitente dijo...

Todo el mundo sabe que el Quijote, al final se muere. ¿Para qué empezar?

Y Ana Karenina termina arrojándose a las vías al paso del tren. ¿Para qué empezar?

La primera frase de "El túnel" de Sabato es -Bastará decir que soy Juan Pablo Castell, el pintor que mató a María Iribarne. Ya te han destripado en una frase la trama y el final. ¿Para qué seguir?

¿Es la clave de un libro el final? ¿Es "La colmena" un mal libro porque está muy mal rematado? Yo pienso que no. El qué y el cómo. El qué y el cómo.

Y yo no he dicho que releer no tenga sentido. Que no lo suela hacer no quiere decir que no tenga sentido. Hay libros que son verdaderos amigos y refugiarse en ellos me parece hermoso.

Y mi casa tiene todas las puertas y las ventanas abiertas.

Álex dijo...

Tomo nota de los viajes de Gulliver, es de esos libros que te parecen infantiles y te da cosa preguntar a algún adulto qué tal está, pero me fiaré de tu criterio.

Por cierto, mira a ver si consigues que el Levante no suba a Primera y tengo excusa para que me invites a una paella en Valencia.

El Impenitente dijo...

Deja que suba el Levante. Y no te preocupes por la paella, que Villarreal está muy cerca.

Y no conozco a nadie a quien no le haya gustado Gulliver.

Alex Maladroit dijo...

No me refería expresamente al final, sino a los acontecimientos alrededor del final, si ya los sé, me desmotiva. No me importa saber si muere o no, (prefiero no saberlo, eso sí), me fastidiaría más si me dijesen cómo y por qué ha muerto.

El Impenitente dijo...

Para mí la trama es importante pero no es lo único importante. Cuando lees a tíos como Faulkner te das cuenta que la historia es lo de menos, pues te la cuenta de tal manera que hace contigo lo que quiere. Hay escritores que escriben con pincel de un pelo y otros con brocha. Y tal vez los dos te estén contando una misma historia pero no es lo mismo.