Veinticinco años llevaba sin ver al Gitano. No lo reconocí. Dijo su nombre, lo saludé afectuosamente mientras pensaba –joder, macho, sí que ha tenido contigo el tiempo una fiera venganza- y nos dimos cuenta de que no teníamos nada de qué hablar.
Veinticinco años llevaba sin ver al Baturro. Lo saludé afectuosamente mientras le decía –joder, macho. Estás igual- y nos dimos cuenta de que no teníamos nada de qué hablar.
Tres años estuve en el mismo colegio en Valencia, tres años donde cursé segundo y tercero de BUP y COU. Años cruciales, de los que dejan marca. Allí hice buenos amigos, tan buenos que todavía lo seguimos siendo. Allí coincidí con Alejo, Pato, Luis Santángel, Maroto, Ojos, G. y la Sierpe y formamos un grupo que, salvo alguna disputa cruzada, se mantiene. Fueron buenos años. Somos buenos amigos. No puedo tener mal recuerdo del colegio.
Con cierto retraso este fin de semana pasado el colegio nos citó para conmemorar las bodas de plata desde que salimos de allí. Podría discutirse si veinte años son o no son nada. Lo que es indiscutible es que veinticinco años sí que son muchos. Sobre ochenta alumnos terminamos. Moviendo Roma con Santiago fuimos localizados cuarenta. Unos treinta acudimos a la cita. Profesores, de los cuales sólo uno me había dado clase, también acudieron unos cuantos. El programa de actos decía reunión, eucaristía, comida, visita al colegio y partido de futbito para los más intrépidos.
El cura que ofició la misa comenzó la homilía diciendo –queridos concelebrantes. Queridos profesores. Queridas profesoras. Queridos ex alumnos. No dijo queridas ex alumnas. No procedía. Es lo que tenían los colegios de curas. Poco antes había tenido lugar la reunión. Pelo, poco. Canas, muchas. Kilos, unos cuantos. Por una parte estaban los que jamás habría sido capaz de reconocer. Otros apenas habían cambiado. El resto, pues entreverados. Nosotros, salvo Alejo que salió escaldado del colegio pues decía que los curas le tocaban el culo, fuimos todos.
Nunca había estado en ningún evento similar. La verdad es que, aparte de que hubiese sido de mala educación no responder a la invitación, lo que te mueve es la curiosidad, ver cómo están los que fueron tus compañeros. Dicen que dos hombres al conocerse lo primero que se miran es el pelo o el no pelo. Pues algo así ocurrió. Y una vez satisfecha la curiosidad, ¿qué? Pues nada. Si has estado veinticinco años sin preocuparte por mucha gente no es por casualidad. Y entonces te refugias en tus amigos, en los de siempre. Ya el viernes salimos a cenar unos cuantos. Y volvimos a reírnos y a disfrutar como toda la vida, culpando de todos nuestros traumas, males y complejos a la educación judeo cristiana que recibimos. Y en la comida igual. Y te sigues reafirmando en que la amistad es un sentimiento, un sentimiento a veces aletargado pero que se regenera inmediatamente. Y con eso me quedo de la celebración. ¿Nostalgia? Sí y no. Puede que sea verdad que veinticinco años son muchos pero, con la gente que quieres, veinticinco años no son nada porque han sido todo. Y lo seguirán siendo. Lo seguirán siendo.
martes, 2 de febrero de 2010
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20 comentarios:
Sólo puedo decirte que aplaudo tus conclusiones y que, de alguna manera, me veo reflejada en ellas. Y a veces no hacen falta veinte o veinticinco años para darte cuenta de que ya no tienes nada de que hablar con alguien que ha sido tu amigo o tu compañero en un momento dado de tu vida.
Yo también te quiero compañero de pupitre de ilegible letra.
G.
PD: El futbolín del Pato existe y lo pasamos bien. Tu abandono me hizo formar pareja con el Pato. Vencimos sin dificultad a la insólita pareja Sierpe-Olivetti que, en las imágenes del día, rivalizaba en surrealismo con la de Luis Santángel en la capilla del colegio.
Si pienso en una reunión de ex-alunmos pienso en EGB, del instituto no, tal vez porque en lugar de en 4 años, lo hice en 6 y como para decidir a qué promoción apuntarme. Además de pasar de "puntillas" (por las aulas, de ahí de repetir 1º y 2º) y sin hacer ni grandes ni pequeños amigos
Pero la verdad es que, no iría... tengo amigos desde el colegio (y como colegio me refiero a primaria) y ahora están en facebook, yo no, no trateis de buscarme (je) y me comentan que hay un grupo de alumnos del CP Joan Maragall y que ahí han dado con gente con la que hace años no tenían contacto... Personalmente me da grima pensar en aquellos horrorosos años. Si se convocase una reunión no asistiría, ni siquiera por curiosidad (que mató al gato) Y como bien dices, con quien ha valido la pena, ya he seguido manteniendo el contacto...
¿Sierpe y Olivata de pareja? Habría sido más decente pegarle a un niño. O a un viejo.
Hablando de la Sierpe, me está gustando bastante "El mal de Portnoy". Igual tenemos que fichar a Philip Roth para la causa.
Que sepas, Pi, que no eres la única que no estás en Facebook. A mí tampoco me hallarán.
Estas reuniones te aumentan la moral o te echan por tierra el ánimo.
Me alegro de que estés en el primer grupo.
Yo tampoco pensaba que me pudiera interesar el asunto del facebook pero aparecí por allí sin querer a través de Mª Jusús y sin comerlo ni beberlo he reencontrado varios antiguos compañeros y amigos.
Que nadie diga "nunca jamás"
Arrieros somos y en el camino nos veremos.
Yo estoy haciendo mi class reunion particular a través del facebook, al menos es más higiénico.
"El mal de Portnoy" lo abandoné un poco cansado de anecdotas infantiles y preadolescentes que incluso yo podría superar, este Roth es un poco viejo verde.
Y volviendo sobre el primer párrafo es hora de poner de nuevo el vídeo que creo que te mostré cierta vez
http://www.youtube.com/watch?v=l-ITv4OBV9c
El año pasado recibí una invitación de mi facultad para celebrar los 10 años de nuestra licenciatura. La verdad es que mis amigas y yo decidimos ir pero fuimos tan pocos quienes nos animamos que al final se canceló el evento por falta de aforo. Qué pena!
También está el tema de ver cómo las pijas de clase, ésas que iban para ricas y famosas y que dejaron de saludar en cuanto terminó la última clase, ahora se dedican a doblar camisetas en Zara y tuercen la cara por vergüenza, no por altiveza. Claro que en un pueblo como Ponferrada no hacen falta reuniones para verlo, basta con darse una vuelta por el centro.
Y ahora que lo pienso, en tu colegio pocas pijas habría...
Pijas no pero pijos sí. No vinieron. Un drama, desde luego.
Lo del Facebook no me hace falta, además que no tengo tiempo y tengo malas experiencias internautas. Nunca perdí la pista de quien no quise perderla. Siempre me esforcé por no perderla.
Seventy four, seventy five. No es la primera vez, Sisterboy. Ese estribillo no se olvida.
Del libro me gusta cómo está escrito, su vehemencia, su fuerza. Llevo sesenta páginas. Y lo del sentimiento de culpa me gusta. Igual me canso, pero por ahora no. Y si superas sus experiencias adolescentes, al menos lo que llevo leído, debes de tener la médula seca.
yo este año fui a los 20 años de Biblioteconomia (esa gran carrera!!), y la verdad es que me gustó. volver a ver a mis compis, recordar anecdotas y cenas y esas chorradas. yo si perdi el contacto con ellos al marcharme de zgz (si lo mantuve con las del instituto, que eran las amigas con las que salia y sigo saliendo cuando voy).
no se, yo creo que no está mal al menos para un rato. nos veremos en la de los 25 años, y tan a gusto.
tambien me gusta el facebook asi que en esta entrada no estoy de acuerdo contigo en casi nada...pero tan amigos, no?
Tres años después de terminar el colegio, lo visito una vez al año (partido anual de baloncesto), y... presta a esgaya...
Tan amigos, sí. Por supuesto.
¿Presta a esgaya? Álex, por favor, que soy valenciano madrileño de Cuenca.
Prestasgaya*
Que mola muncho.
Reconozco que también estoy esperando a tener una vida "presentable" antes de acudir a una de esas reuniones
jamás me he reunido con mis compañeros de la facultad ni creo que lo haga. Con los del instituto una vez y no sé si repetiré. Eso si, con los del colegio (yo por colegio entiendo la EGB) habré hecho cerca de 500 cenas.
A la primera acudimos casi todos, unos 50, pero poco a poco muchos se fueron descolgando y hemos quedado un grupo de unos 10 irreductibles con algún fijo discontinuo. Básicamente somos los que ya ibamos juntos en el colegio solo que ahora hemos añadido a los maridos, las mujeres y los niños.
Indudablemente al Roth que hay que leer es a Joseph.Sobrevalorado Philip lo soportará,que ya ha vendido toda la mercancía.
De la EGB sólo conservo un amigo, pero vale por todos. Además lo tenemos muy bien organizado. Hablamos mucho, aunque sólo nos vemos un par de veces al año: en la Behobia San Sebastián y en la San Silvestre Vallecana.
Se aceptan consejos y sugerencias sobre Joseph Roth. Y pido perdon por mi ignorancia.
Cuatro padrenuestros y un avemaría.
Sugerencias nada originales: Fuga sin fin, La marcha Radetzky y La leyenda del santo bebedor. En realidad son los únicos que me he leído...pediría perdón por mi ignorancia,pero me falta humildad.
Era yo.
...ahora y en la hora de nuestra muerte, amén.
Por lo que he leído tu amigo Roth no sé si fue santo, pero bebedor un rato.
La Marcha Radetzsky. Filarmónica de Viena dirigida por Lorin Maazel. Día de año nuevo con mi padre entrando a gritos en la habitación donde mi hermano y yo teorizamos sobre resacas -venga, arriba, que esto no os lo podéis perder.
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