jueves, 19 de noviembre de 2009

Puente de Aragón

Cuando volvíamos del colegio a mediodía, casi siempre sobre el puente de Aragón, nos cruzábamos con Mª Luz y con su amiga María. Ellas nos decían hola muy sonrientes. Nosotros decíamos hola muy sonrientes. Ellas estaban preciosas con sus uniformes. Nosotros estábamos horrorosos con nuestros granos y nuestras nueces prominentes. Mª Luz era amiga de Maroto. Los demás nunca habíamos hablado ni con ella ni con su amiga María, pero decíamos hola muy sonrientes. Nos gustaba Mª Luz. Era ideal para Maroto. Ambos formaban parte de una asociación de jóvenes cristianos. Todos los sábados por la tarde se reunían. Nosotros le preguntamos a Maroto que qué hacían en esas reuniones. Maroto nos dijo que celebraban la Eucaristía y comentaban la Palabra. Nosotros le dijimos que una leche, que a nosotros no nos la daba, que allí iban a pillar y ya está. Maroto se enfadó y ya no dijo nada. Eso es muy propio de Maroto. Cuando quiere se encierra y es absolutamente hermético. De hecho considera una debilidad el mostrar los sentimientos. Sólo le he visto conmoverse con los nísperos y con el Levante (bueno, y cuando España ganó el Europeo de fútbol también se lo pasó en grande chapoteando en la fuente de la plaza del Cedro junto a Sanfélix y junto a mí). Aunque, al final, tuvimos razón. Pero no se lio con Mª Luz. Mª Luz era guapa. Mª Luz era dulce. Mª Luz era simpática. Mª Luz era candorosa. Mª Luz nos gustaba. Y él se lio con Mamen. Con Mamen. Mamen no nos gustaba. Con esa voz de cazalla. Con esas manos que podían triturar tres nueces a la vez sin pestañear. Con esa pinta de coger una jabalina y lanzarla a setenta metros. Con Mamen. Maroto es el hombre que más daño se ha hecho a sí mismo. Maroto nunca ha hecho otra cosa que hacerse daño a sí mismo porque jamás quiso hacernos caso. Cuánta paciencia hemos tenido siempre con Maroto. Qué cruz tuvimos siempre con él. Qué cruz.

10 comentarios:

M. dijo...

Una matización. Nosotras estábamos preciosas con nuestros uniformes. Vosotros estábais horrorosos con vuestros granos y vuestras nueces. Pero G. estaba guapísimo con su nuez proporcionada, su ausencia de granos, su pelo a lo Jackson Five y su incipente descreimiento hacia la Palabra.

Qué guapo ha sido siempre. Incluso en el difícil 1984, año de inefables estilismos.

Ana dijo...

Seguro que Mamen tenía más tetas, esa es la única razón.

El Impenitente dijo...

Como ponga alguna foto del año 84 de G., mi querida M., creo que rectificarías tu comentario inmediatamente.

¿Que si Mamen tenía más tetas? Bueno, sí. ¿Que si esa es la única razón? Hombre, no sé, yo...

Slim dijo...

queremos ver la foto! queremos ver la foto! queremos ver la foto!

Juan Rodríguez Millán dijo...

Yo me apunto, quiero ver esa foto, je, je, je... Cualquier juicio emitido antes de eso, sería una temeridad por mi parte...

SisterBoy dijo...

Yo tengo una foto del 84 que parezco un aspirante a ingresar en la mara Salvatrucha. Prometo ponerla.

Yo es que oigo hablar de Maroto y me viene a la memoria esto, es inevitale

http://www.youtube.com/watch?v=YiUjvlt3Lq8

Altosybajos dijo...

Joder con Maroto y que sútil has estado Ana.
Los uniformes siempre tienen un atractivo especial pero las razones de peso desequilibran la balanza.

El Impenitente dijo...

Pues no sé si sería una mala idea hacer una cadena maléfica de esas y colgar cada uno una foto del año ochenta y cuatro (al menos los cuarentones). Por muy guapos que quisiéramos estar, estaríamos horrendos.

No conocía lo de Maroto. Me he reído mucho. Pobre muchacha.

Yo me quedo con los uniformes. Y me he acordado de aquella canción de José Mª Granados y sus Mamá, cuando decían aquello de "las carpetas en el pecho protegiendo su pudor".

3'14 dijo...

¿En la cadena de fotos del 84 para las trentaicincoañeras vale colgar una foto del 89 con camiseta de manga corta y hombreras incluidas de un volumen que alcanzan hasta las orejas? si es que si nos lo proponemos, nosotros ponemos ser nuestros enemigos número 1

El Impenitente dijo...

Por supuesto que vale. ¿Nuestros peores enemigos? ¿Y lo que nos íbamos a reír?