lunes, 10 de noviembre de 2008

Neuk ere bai

Ayer domingo se celebró la Behobia San Sebastián, la carrera popular más prestigiosa y entrañable, junto a la San Silvestre Vallecana, que se celebra en España. Por segundo año consecutivo por allí estuve y por segundo año consecutivo vuelvo maravillado y feliz de la vivencia, a pesar de que la carrera me fue peor de lo que esperaba. Ya me extendí el año pasado en mi otra vida tanto sobre la carrera como sobre la previa a la misma. Hoy quiero escribir sobre otro tema, aunque sea con unos cuantos meses de retraso.

El año pasado, poco después de la carrera, la organización nos envió a los participantes el siguiente correo:

Estimado/a atleta:

Hace varias semanas, recibimos una petición del diario "El Mundo" para que dos periodistas suyos participasen en la Behobia-San Sebastián, con el fin de hacer un reportaje de la carrera desde dentro, reflejando el ambiente que se vive entre los atletas populares. Nos pareció una buena idea y les dimos el visto bueno.

El resultado es el que figura en
http://www.elmundo.es/elmundodeporte/2007/11/12/masdeporte/1194894300.html

Que cada cual juzgue si se parece o no a lo que vio y vivió en la carrera. Nuestra opinión preferimos no exponerla, aunque nos sentimos utilizados para fines completamente ajenos al deporte y a lo que la carrera representa.

Aprovechamos la ocasión para agradeceros vuestra participación, y para pediros disculpas porque la web ha estado cerrada por un fallo del servidor durante casi dos días. Lo sentimos de verdad.

Un cordial saludo.

C.D. Fortuna


Cómo el artículo es largo no lo copio pero se puede (y se debe) leer en el enlace.

No tengo intención de hacer un retrato político-social del País Vasco. No tengo ni capacidad ni conocimientos. Pero he estado un par de veces en esta carrera y sé lo que he visto. Los que escribieron el artículo vieron sólo lo que querían ver y a partir de ahí llegaron a las conclusiones a las que querían llegar. ¿Eso es información? ¿Eso es periodismo? Eso es una puta mierda.

La Behobia San Sebastián es una carrera de veinte kilómetros que corren unas quince mil personas. La corren. Recorrer veinte kilómetros es ligeramente más difícil que bajarse a la calle y darse un paseo con una pancarta coreando consignas. Hay que prepararse. Hay que entrenar. Los que toman parte en una carrera son corredores. Evidentemente son personas con sus opiniones, pero corredores. La Behobia San Sebastián es, por tanto, una carrera, una manifestación deportiva.

Me gusta llegar a la carreras con bastante antelación, y más a una carrera como ésta. Tanto en el tren el año pasado como en el autobús este año ya convives con los atletas. Y luego, por la zona de salida, vives el ambiente, paseando y calentando. El español ni es un idioma minoritario ni es un idioma tabú ni un idioma residual. Las lenguas están para entenderse, no para diferenciarse. Cada uno se expresa como quiere en la lengua que quiere. No es requisito hablar euskera para correr la Behobia. Y yo escuché hablar español por todas partes y nadie me miró mal por hablar en español. Es más, la organización presume de que venga gente a correr esta carrera de todas partes de España. Si por megafonía dan orgullosos los datos de los participantes de todas las comunidades y todo. Señal de que no se avergüenzan.

Antes de la salida, por tanto, vi a mucha gente. ¿A todos? No. ¿Vi a gente con camisetas con fotos de presos o con leyendas reivindicativas políticas a favor de la independencia de vascos y catalanes? Sí. ¿Cuántas? No demasiadas, y, en proporción, poquísimas. Tirando muy por lo alto podrían correr esta carrera de manera política unos quinientos. ¿Se puede considerar esta carrera una manifestación proetarra? ¡Venga ya!

La carrera tiene veinte kilómetros. Hay gente animando a lo largo de todo, y cuando digo todo es todo, el recorrido. Por Irún hay bastante gente, en Lezo el gentío es enorme y en San Sebastián son multitudes. ¿Cuánta gente hay animando? Ni idea, pero muchísima. Más que gente corriendo, eso es seguro. ¿Se ve entre el público grupos de gente reivindicando el acercamiento de los presos y la independencia? Se ve. ¿Cuántos? Yo ayer conté cuatro: en Irún, en Lezo, en Mirakruz y junto a la Zurriola. El grupo más numeroso no llegaría a las cincuenta personas. Decir que esta carrera está envuelta en un siniestro carácter reivindicativo es de un cinismo tendencioso que raya el delirio. Vi un par de pancartas denunciando conflictos laborales. También vi a un heavy metal ondeando una ikurriña enorme junto a una bandera pirata. Éste, con su mujer y sus dos hijos repartían gajos de naranja a los corredores mientras que en su furgoneta sonaba a todo meter música satánica acompañada de los berridos de algún cantante con pinzamiento testicular. A mí me pareció un detalle bonito digno de agradecer. No quiero pensar que les hubiera parecido a los periodistas de “El Mundo”.

Me gusta ir a San Sebastián. Me gusta mucho. El viaje puede ser deportivo pero siempre es familiar. La política está muy metida en todo y cuesta acostumbrarse a ver pancartas, carteles y propaganda proetarra por todas partes. Pero paseando por lo Viejo nunca tengo la sensación de estar en una ciudad en conflicto. Ni cuando voy por Gros, o el Antiguo, o Aiete, o Amara o por donde sea. Cuando voy por San Sebastián siempre tengo la sensación de estar en San Sestabién, una ciudad donde se está a gusto, donde la gente vive en la calle en cuanto sale un rayo de sol y llena las tascas, los bares y los restaurantes, una ciudad con una oferta enorme y una gran calidad de vida. Por eso me duele que se escriban artículos tan tendenciosos y miserables como éste.

Y, por cierto, el año pasado no, pero éste la bandera de España estaba en el Ayuntamiento. Lo siento por los periodistas de “El Mundo”. La rabia que da que le quiten a uno argumentos para escandalizarse.

11 comentarios:

SisterBoy dijo...

Practicamente no hay acontecimiento público masivo en el Pais Vasco que no tenga este tipo de subproductos. Recuerdo que en la ceremonia de inauguración del Festival de Cine de San Sebastian también había entre el público un grupo que portaba pancartas de presos y gritaba las consignas habituales mientras el resto de la audiencia les soportaba con la paciencia que se soporta a los mosquitos en verano.

Pero cómo bien dices cada uno ve lo que quiere ver

3'14 dijo...

El artículo que enlazas me parece provocador y maniqueo, pero que se puede esperar, la prensa también parte de sus propias tendencias políticas (y en consecuencia existe una intención de manipular al lector), no hay medio de comunicación parcial. sabiendo esto, pretender estar informado con objetividad (algo difícil de encontrar), lo mejor es leer varios periódicos de diferentes inclinaciones y sacar las propias conclusiones.
Por cierto, por la parte que me toca, a estos periodistas no les va a hacer menos españoles escribir Girona en lugar del anacrónico Gerona. Y que conste en acta que no soy independentista, pero si lo fuera, sería totalmente lícito y NORMAL, esa normalidad imposible que citan en el artículo sería probablemente lo más anormal que podría verse, que, si participo en un acto deportivo, reivindique una selección propia, eso no convierte, no obstante, la carrera en un acto independentista, si no más bien un determinado colectivo (y supongo, como tú dices que en proporción, batante más pequeño del que pretenden describir), que aprovechan para manifestarse. Y de las demás manifestaciones pues oye, que la libertad de expresión existe, quizás algunos de esos mismos que la disfrutan acallen la de otros a través de la violencia, cada cual se retrata por sus actos, en el caso de los periodistas de El Mundo, por sus palabras.

Y vamos ahora a lo que más me importa, lo que realmente me puede interesar más de tu post, decirte que, me alegro de que disfrutases de la carrera y, con la excusa, poder pasear una vez más por Donosti, para mí, una de las ciudades con más encanto que he tenido el placer de visitar.

Anónimo dijo...

¡¡¡¡¡Aupa zepporro!!!!!

Juan Rodríguez Millán dijo...

Sabes que soy donostiarra de nacimiento, aunque nunca haya vivido allí. Disfruto de esa ciudad como poco un par de veces al año. No sé euskera y jamás he tenido problemas por comunicarme o por decir que vengo de Madrid.

Gracias, mil gracias por tu visión de ese vomitivo artículo de El Mundo (me alegra que haya calado mi petición de que no nos callemos ante la injusticia mediática, ante la perversión de la que hace gala la prensa hoy en día).

Hace muchos años se creó el eslogan "Ven y cuéntalo" (lo creó Rosa Díez, entonces consejera del Gobierno vasco) para demostrar que Euskadi era un lugar magnífico para visitar. Eso es lo que has hecho. Has ido y lo has contado. Como lo viste, como fue. Exactamente al revés de lo que hicieron estos 'periodistas'.

Álex dijo...

Es lo bueno de viajar, que uno ve por sí mismo las cosas y no tiene que creerse todo lo que le cuentan. Sobre todo si son barbaridades como las del "artículo" de marras.

¿Qué tiempo hiciste?

Slim dijo...

"el mundo" no es un periodico sino un panfleto y los que trabajan alli no son periodistas, eso es insultar a la profesion.

personalmente me gusta mucho mas tu version de la carrera que contaste en tu otra vida.

y que tal los pinchos?y los chicos guapos?

El Impenitente dijo...

La audiencia que los conoce los soporta como a mosquitos. Los que no los conocen no ven otra cosa.

Si lees varios periódicos de distintas tendencias te das cuenta que son todos una panda de tergiversadores. Al final se trata de leer lo que te gusta leer.

Y no creo que escribir Gerona sea un anacronismo, como no lo es escribir Nápoles, Londres, Pekín o Basilea.

Aupa siempre.

De nada, Juan. Pensé bastante en ti mientras escribía la entrada.

Uno veinte cincuenta y ocho, cuarenta y seis segundos más que el año pasado. Tal vez el calor y la humedad.

Los pinchos, gloriosos, como siempre. Los chicos, muy guapos, por lo visto, especialmente los surferos (unas olas tremendas el sábado en la Zurriola). Las chicas también muy guapas.

Anónimo dijo...

Este puto mundo está cada día más loco.

Anónimo dijo...

La noticia del periódico “El Mundo” en su línea de retaguardia (o “retroguardia”); ¡Vamos, para echar a correr sin ser la de San Silvestre!
Tu comentario: momento para detenerse y al acabar el artículo, un buen Chacolí con almejas rellenas de txangurro con concasse.

¡Salut!

El Impenitente dijo...

Salud.

Por cierto, Marina, por si pasas por aquí, felicidades.

Altosybajos dijo...

A mi si que se me pinzan los testículos de pensar que podría haber estado allí corriendo.
El asunto del artículo merece mi más completa indiferencia.
Aupa