Hacía tiempo que no me enlazaban en una cadena mortal de esas. Creía que ya se había pasado la moda. Siempre he dicho que estas cosas me suelen gustar pues son entretenidas de resolver y, además, te apañan una entrada. Esta vez, sorprendentemente, quien me enlaza es Sisterboy, el enemigo número uno de estas historias encadenadas. Cosas veredes. Tengo que contar siete cosas sobre mí. Ya me eslaboné a una cadena similar cuando reinaba y gobernaba sobre la madre Rusia, pero Sisterboy resolvió el tema relacionando las oposiciones con los siete pecados capitales y me gustó la idea, así que, evidentemente, haré algo similar con la carrera pedestre. Este blog terminará siendo temático o monotemático.
Bueno, ahora tendría que seguir una liturgia pero me la salto. Supongo que me esperan unos cuantos milenios de mala suerte mas de algo hay que morir.
Procedo:
Soberbia: Aunque no soy tan malo, soy muy malo. Queda tanta gente por delante de mí en cada carrera que si tuviese un comportamiento arrogante sería completamente ridículo. Además, no recuerdo un fondista de élite soberbio. Pasa como con los ciclistas (aunque estos tienen la lacra de Virenque y del americano innombrable que ahora dice que vuelve. Cuánto le gusta una cámara). El primero hace tantos kilómetros como el último en una competición y los entrenamientos son tan brutales que pulverizan cualquier atisbo de soberbia.
Envidia: Mucha. Muchísima. Debe ser envidia sana pues a mí lo que me gustaría es correr tanto como el que más, no que los demás tuviesen todo tipo de percances para que yo pudiese ganar. Y a los que envidio están tan lejos de mí que apenas me reconcome. La llevo muy bien.
Avaricia. Ojalá estuviese ansioso por acaparar premios, trofeos, dinero, portadas pero, mira, no es el caso. En este mundillo, antes que ser avaricioso uno debe poder ser avaricioso. Y me parece que no.
Pereza. Desde luego la pereza es un enemigo terrible para el corredor, casi peor que las lesiones. Es muy complicado engañarla, sortearla. Yo sólo lo consigo fijándome objetivos. Las temporadas que pasé corriendo sólo por vicio, sin competir, si salía tres días a la semana muchos eran. Era como hacer régimen. Siempre empezaba el lunes siguiente.
Ira. Iba una vez corriendo y pasé junto a un banco de adolescentes, chicos y chicas. Uno de ellos, por hacerse el gracioso, se puso a correr conmigo: uno, dos, uno, dos. Le manifesté mi mala suerte, que siempre me tocaba soportar a todos los tontos del pueblo. Él, entonces, mencionó a mi madre. Yo le hice una breve reseña de lo que estaba haciendo su madre en ese mismo instante y con cuantos. Él no dijo más pues ya no le quedaba aliento. Se me pone muy mala leche corriendo. Me vuelvo muy intransigente, demasiado insoportable con todos los que me molestan: perros, ciclistas, coches, etc. Y en carrera abronco a los que se me cruzan o a los que me cierran. Algún día me llevaré un guantazo y supongo que me lo mereceré.
Gula. Estaba estirando antes de una carrera. Tenía a mi lado a un grupo de Játiva que también iba a correr. Recuerdo que uno de ellos decía –yo corro para comer. Yo tengo otros estímulos, pero también corro para comer. Conozco gente, atletas también, que está obsesionada con la dieta y cuentan calorías y esas cosas. Yo no sé qué es un hidrato de carbono ni una proteína ni un lípido. Todo me gusta. Todo me lo como. Y con la excusa de que después lo quemo, pues si hay que repetir se repite.
Lujuria. Pocas chicas corren. Muy pocas. Y dudo mucho que nadie quiera hacer un calendario con las chicas habituales en las carreras. Una buena época es cuando comienza la operación bikini, pues te cruzas con alguna que otra de buen ver. Pero cuando uno va al límite tampoco está para farolillos. De todas formas, conforme voy cumpliendo años noto que poco a poco me estoy convirtiendo en lo que siempre quise llegar a ser: un viejo verde. Y como mi libido la estimula hasta las participantes de cualquier concurso de lanzamiento de peso o disco pues eso, que sí, que me gustan todas, incluso corriendo.
Y ahora viene lo de enlazar o proseguir la cadena, o taguear que se ve que es el término correcto en la jerga. Yo lo dejo abierto a quien quiera relacionar los siete pecados capitales con el heavy metal, con el periodismo, con las bibliotecas, con la fotografía, con la docencia, con los cuñados turolenses o con las rosquilletas. Si alguno se anima, ahí lo tiene.
domingo, 16 de noviembre de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
10 comentarios:
Al menos te libras de entrada de dos pecados capitales como son la soberbia (en el mundo de las carreras el mejor es el que entra el primero y santas pascuas) y la avaricia (porque la avaricia está donde está el dinero). Mmmm ¿Jose Luis Gonzalez no era un poquito soberbio?. Yo es que le tengo algo de mania al hombre.
Y en cuanto a la ira...tienes la ventaja de que puedes arrearle un sopapo a cualquiera y luego salir por patas
González era medio fondista. También entrenan un montón pero chupan mucha cámara. La milla, el mil quinientos, la prueba reina...ya sabes. Se ponen un poco tontitos. Recuerda a Ovett y a Coe y sus polémicas.
Lo de acaparar trofeos es algo que no me explico... ¿Qué se puede hacer luego con ellos?¿Dedicarles un rincón de la casa para exponerlos cuando vienen visitas?Lo que terminan por hacer es, ocupar espacio y acumular polvo... Pero veo que tu no sientes esa avaricia, o no la padeces por esa falta de soberbia que también dices tener, vamos que si fueras bueno, bueno, de los buenos, esos dos pecados no se te resistirían, no?
ñaña.. si es que somos todos unos pecadores!!!
Brillante.
La media de Valencia agotó tus músculos pero no tu mente.
Vayan desde aquí mis mejores deseos a tu espléndida compañera de ojos claros y mirada inquisidora.
Si yo fuese bueno sería el rey de la falsa modestia. Avaro no sé. Creo que me fijaría en Induráin, siendo generoso interesadamente. Como verás, no vas desencaminada.
Las copas suelen ser horrorosas, pero guardo todas las que he ganado (no son demasiadas) en casa de mis padres. Las medallas (éstas sí que son) las tengo diseminadas por veinte mil sitios.
Creo que por mucho que lo intentes no te perdonarán fácilmente lo de mujer madura, mi querido Emilio. Y mis músculos empiezan a volver al sitio.
brillante.
yo podria seguir la cadena (sobre bibliotecas o familia turolense tengo mucho que hablar) pero no tengo tiempo de escribir tanto, ya se nota en mi blog que es un cortapega de noticias que me envian los amigos.
a cambio te recomiendo una peli para tu blog tematico: amateurs
no se de que va, (igual sisterboy nos ayuda), pero el cartel que se ve por la ciudad es de una chica corriendo y un abuelo detras.
Pues no había oido hablar de la pelicula y por lo poco que he podido averiguar no parece como ir corriendo hacia ella (hacia la pelicula)
Joder, oí familia turolense?
Yo soy valenciano pero turolense consorte y si se trata de escribir sobre obra y milagros de la familia turolense puedo colaborar gustosamente.
También me ha llamado la atención el cartel de presentación de la película "amateurs". Espero los comentarios de quien la haya visto para ir a verla.
Tal vez nos quedemos sólo con el cartel.
A mí que lo de amateurs me suena a porno... ¡mente sucia! Pero si encima me dices que se ve a una chica joven corriendo y a un viejo detrás, pues ya no te digo nada :P
Publicar un comentario