Previa

Creo que fue el día de San José del año noventa y siete, la noche de la Cremá. Jugó aquel día el Atleti el partido de vuelta de cuartos de final de la Copa de Europa contra el Ajax en el Calderón. En la ida habíamos empatado a uno, con gol de Esnáider en el primer tiempo, con gol de Kluivert en el segundo. Aquel Ajax era un equipazo, que venía de ganar la Champions al Milán en el noventa y cinco y de perder la final por penalties en el noventa y seis contra la Juventus. Empezamos ganando, gol de Kiko. Empató Ronald de Boer. A falta de diez minutos nos pitaron un penalti a favor. Lo tiró Esnáider. Lo paró Van der Saar. A la prórroga. Se pusieron Uno a tres. El tercero lo marcó Dani, que luego fichó por el Atleti cerrando todas las discotecas de Madrid. Le quedaba muy bien la diadema. No sabemos si era diestro o zurdo. Luego marcó Milinko el dos a tres, irónicamente de penalti y ahí se queda nuestro último recuerdo de la Copa de Europa. Aquel año fue campeón el Borusia Dortmund, en cuyo campo habíamos ganado en la primera fase. Superdiós Milinko Pantic fue el máximo goleador de aquella edición.

El año que viene, si superamos la previa, algo que no veo nada claro dado nuestro nulo peso en Europa, que verás como nos toca el Arsenal, volveremos a emocionarnos con la musiquita de Haendel. Esta vez también sonará por nosotros.

Estoy muy contento. ¿Feliz? No tanto. Quieras que no vamos a quedar terceros o cuartos a casi veinte puntos del Madrid. Y a mí, la verdad, me gusta ganar. La temporada del doblete envejecí más de cinco años de tanto sufrir, pero desde entonces tengo una sonrisilla en la boca que no se me cae. Jugar la Champions nos vendrá bien para nuestra autoestima, porque tenemos que estar ahí, porque es una competición preciosa y pensar en mis chicos de rojiblanco jugando un miércoles un partido de alto nivel me estremece y me enorgullece. No sé si estamos preparados para sufrir domingo y miércoles, después de tantos años, así que este verano toca visitar al cardiólogo y fortalecer el sistema cardiovascular. Pero no debiéramos conformarnos con quedar cuartos. Nadie debiera ir a Neptuno por ser cuartos.

Además, desde el año setenta y cuatro la Copa de Europa tiene una deuda con nosotros. Y digo yo que ya va siendo hora de ajustar cuentas. Vamos, que no debiéramos ir a escuchar la musiquita y a ver las estrellitas. Habrá que jugar, y, ya que estamos, pues podríamos ganar. El Atlético de Madrid acaba de proclamarse campeón de la Copa de Europa. No existe frase más hermosa.