Vuelta a casa. Tranquilamente. Paseando. Es viernes por la tarde. En una esquina un varón habla por teléfono. Es un chaval de unos treinta años, bien parecido, bien vestido. Gesticula mucho. Al llegar a su altura le escucho decir:
-¿Y lo que yo he sufrido? ¿Acaso eso no cuenta?
Y es ése el momento en que lo que realmente te apetece es quedarte y ver en qué termina todo, qué es lo que está pasando y por aquello de la buena educación o del respeto o de que no te llamen la atención o no te partan la cara por quedarte a curiosear te vas dándole vueltas: ¿estaría hablando con una antigua novia? ¿o con su madre? ¿o con un compañero de trabajo? Y al final decides que es con una antigua novia con la que está hablando y le está pidiendo volver y vas a volver porque eres un capullo y la vas a perdonar y te volverá a putear porque te lo mereces y ahora vas a ser tú el que dejes a Marichonchi, con la cual estás tonteando, ella, tan buena chica, que te quiere desde siempre, que se quedará peinando muñecas sentada en una mecedora viendo puestas de sol pensando en ti y besando un relicario con tu foto mientras tú sufres y padeces por esa mala pécora que tan mala vida te ha dado siempre y que te la seguirá dando y tú ahí, aguantando, tragando, ya sin un poso de dignidad, sin un poso de orgullo, sin un poso de vergüenza.
martes, 15 de abril de 2008
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7 comentarios:
¿Y no volviste a pasar a ver si pillabas otra frase para completar la historia?
Seguro que era un amigo mío que es un calzonazos, pero ¿qué hacía allí?
Ayer te leí el primer post y me quedé muy contento,pero problemas domésticos me impidieron comentar.
Daba igual,porque así,tras el prólogo,te comento tu primera huella,alegrandome que siga en la misma linea.Es como ver el primer capitulo de la segunda temporada de una serie a la que estabas enganchado y que terminara de forma extraña y dudabas en su continuacion.
Bienvenido de nuevo.De verdad.
Luego es cuando termina casándose con ella y la buena de Marichonchi, que por entonces ya ha espavilado, se convierte en su amante y se lleva los ratos buenos.
Pues ya se sabe que todo lo que mal empieza peor acaba.
¿Por qué será que casi todos habríamos sacado la conclusión de que estaba hablando con una antigua novia...?
No volví a pasar. Me gustó la historia de Marichonchi y temí que la realidad me la estropease.
Marichonchi es buena, no haría esas cosas, Pi.
J.P., ¿quién no tiene un amigo que es un calzonazos? O incluso dos. O tres. O...
Todos tenemos demasiado sobrevalorado al amor, Juan. Es imposición de la sociedad. Por eso pensamos en lo de la antigua novia. Igual se trataba sólo de un pagaré devuelto.
Sett, muchas gracias. ¿Y ya tienes problemas domésticos? La vida en pareja no es siempre del color de rosa, my friend.
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