Dorando Pietri

No sé si habré cumplido ya la penitencia que me fue impuesta por mis pecados, pero retorno al lugar del crimen después de esta travesía en el desierto que se me ha hecho eterna. Vuelvo con ánimos similares y, espero, con la lección bien aprendida. Si cinco son las facultades mentales: imaginación, fantasía, sentido común, juicio y memoria, sólo poseo la última de las mismas y con ella he de compensar mi carencia en las otras cuatro y será la memoria y el recuerdo de los malos ratos los que, confío, me impidan volver a pecar. Tendrá, por tanto, este blog un ritmo más lento. Sólo podré dedicarle tiempo desde casa y a ver de dónde lo saco, pero ya me organizaré. Se vive muy bien dentro de la blogosfera.

Vuelvo, como he dicho, con ánimos similares. Sólo tengo, después de varias conversaciones mantenidas en este tiempo, intención de cambiar un par de cosas. Algunos de mis lectores más fieles, que no más deseados, manifestaron mi estilo como tedioso y aburrido. Trataré de resultar más ameno. Y otros lectores, también fieles y muy queridos en este caso, me comentaron que mis escritos destilaban un tufillo “has tenido mucha suerte en llegarme a conocer”. Trataré de ser más humilde. Al fin y al cabo "el que sabe ser humilde, en todas partes está bien". Quizá fuese verdad que creé un personaje en mi vida pasada y era él el que escribía. Quisiera ser yo quien escribiese en este blog.

Comenzamos.