viernes, 1 de marzo de 2024

En excedencia

Llegué pronto. Me apetecía darme un paseo, despidiéndome de los sitios. Me fui después hacia la piscina. Lo vi secándose. Salí. Le esperé fuera. El día anterior estaba nervioso. No sabía cómo decirlo. Cómo iba a reaccionar Javi, su entrenador. -No creo que le sorprenda- le dije. -Y él está cansado de decir adiós. ¿Cuántos se lo han dejado desde que estás aquí? Me hizo un gesto de ya, pero eso no cambia nada. Salió. - ¿Qué tal? -Mal. Que le daba mucha pena. Que no cierre la puerta. Que siempre la tendré abierta. Pensaba que no iba a ser un día triste pero sí, lo estaba siendo. Empezamos a hablar. Le comenté el regusto que tenía tan amargo del anterior club, en donde pasó diez años. Me contestó que a él le pasaba lo mismo. Después comenzamos a recordar competiciones. Viajes. Días pasados. Días vividos. La gente que ha conocido. Los amigos que ha hecho. Y ahí no había amargura. Ni siquiera tristeza. Todo aquello era real. Era vida. Estaba allí. Había ocurrido. Al llegar a casa me refugié en las entradas escritas sobre su vida nadadora (algunas veces este cuaderno puede ser útil). Pensaba que estaba preparado para este día, pero, a lo mejor, no lo estaba tanto. Me volví a emocionar. Y pensé que lo malo no podía ser más fuerte que lo bueno. No lo pensé realmente. Lo sentí. Lo supe. Y no, no siento tristeza. Han sido un regalo en mi vida todos estos años de piscinas. De horas de espera. De acompañarte. De llevarte y traerte. Ha sido un regalo cada vez que te tiraste al agua. En cada una de tus pruebas. En cada una de tus postas en los relevos. Lo que me has hecho disfrutar. Lo que me has hecho vivir. Lo que me has hecho emocionarme. Sufrir. Sentir. Lo orgulloso que he estado tantas y tantas y tantas veces. Lo que he aprendido contigo. Gracias a ti. No puedo estar triste porque se haya cerrado esta puerta. No puedo consentir que ninguna mancha emborrone lo que he vivido. Porque he sido tan feliz. Me has hecho tan feliz. Ha sido un regalo tan hermoso en mi vida que…gracias, hijo mío. Gracias. Gracias.

2 comentarios:

Fer dijo...

Lo más importante de este viaje no ha sido el destino, sino el camino. Además, siempre está ahí la natación máster ;-)

El Impenitente dijo...

Qué alegría leerte, Fernando. Sí que ha sido un viaje bonito. Y es verdad, siempre hay un lugar para quien quiere hacer deporte.