sábado, 2 de enero de 2021

Juan Valdés (segunda parte)

Conté, hace ya unos cuantos años, la anécdota (brillante) de cuando estábamos Maroto y yo en un local apoyados en la barra y vimos acercarse a un camarero muerto de risa. -Ahora sí que ya lo he visto todo. Toma nota: bombón descafeinado de máquina, del tiempo tocado de Baileys. (Y, como entonces, enlazo aquí sin venir a cuento “Juan Valdés”, de Los Enemigos, porque sí, porque es una canción que, cogiendo aceituna, siempre por estas fechas, me pasaba el día cantado –currando como un enano, de uno en uno cojo el grano. Pobre Juan Valdés (¡éste sí!), pobre Juan Valdés (¡éste no!)- y porque me apetece más que nunca cantar este año en que no cogeremos aceituna).

Me hubiera gustado ver la cara de aquel camarero cuando, el otro día, tras un almuerzo corredor bien ganado, Paco, siguiendo la estela de la mayoría, se pidió un cremaet. -Pero el mío, por favor, con café descafeinado.

Hablando de camareros. Estábamos en San Sebastián. Llegó la hora de los cafés. Mi turno.

-Querría un bombón. No sé si sabe lo que es.
-Aquí no hacemos guarradas con el café.
-Y un cortado, ¿podría ser?
-Podría.
-Gracias.

No hay comentarios: