Bien, recordemos primero aquel dilema que planteó Rousseau que afirmaba –En el más remoto confín de la China vive un mandarín inmensamente rico, al que nunca hemos visto y del cual ni siquiera hemos oído hablar. Si pudiéramos heredar su fortuna, y para hacerle morir bastara con apretar un botón sin que nadie lo supiese… ¿quién de nosotros no apretaría ese botón?- y ahora, con matices, tratemos de relacionarlo con cierto problema laboral.
Imaginemos una empresa en donde se trabaja en cadena. Un proveedor suministra una de las piezas principales en cantidades industriales. Las piezas vienen en lotes y en cada lote viene referenciado el operario que lo ha elaborado. Últimamente bastantes piezas han salido defectuosas y, al ser rechazadas, el proveedor pide que se le indique a qué lote corresponde cada rechazo para que sea localizado el operario negligente. Caben tres opciones: la primera es inspeccionar al principio todas las piezas, con un coste importante en tiempo. La segunda es empezar a fabricar y, con cada pieza que salga defectuosa, parar e identificar a qué lote pertenece, perdiéndose también tiempo de producción. La tercera es fabricar, apartar los defectos y, al final, hacer recuento y asignar por cualquier criterio arbitrario (sorteo, reparto equitativo o similar o a voleo) a qué lote corresponde. Resumiendo (vaya entrada tostón, ya lo sé), si para ahorrarle tiempo y, por tanto, dinero a tu empresa tuvieras que cargarle el mochuelo de manera probablemente injusta a un tío del cual no sabes nada y al que nunca conocerás, ¿lo harías?
jueves, 24 de abril de 2014
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6 comentarios:
En toda empresa siempre está el cansino del Atleti. Sin duda, sería ese.
Este año no. Este año los del Atleti van lote a lote y puede que fallen en uno pero no fallarán en dos. No colaría. Y, además, en caso de ser acusado uno del Atleti injustamente se manda al Mono Burgos y resuelve el malentendido en un santiamén.
Le puedes decir al proveedor que si quiere un departamento de Control de Calidad que se lo pague.
Del Atlético no hablo que soy parte interesada
O eso o pasarle el cargo. Es otra opción.
Un madridista yendo con el Valencia. Si la política hace extraños compañeros de cama, el fútbol ni te cuento.
No olvides las tres frases de Homer Simpson para sobrevivir en el mundo laboral
1. Yo no estaba aquí cuando pasó eso
2. No le digas a nadie que fui yo
3. Buena idea jefe.
Genial la obra de teatro por cierto.
Apuntó las tres frases. Y sí que es buena la obra de teatro, obra que leí por recomendación tuya. No lo olvido.
Y acabo de terminarme "Farenheit 451". Tenemos que comentarla.
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