Decía el otro día Fernando climaterio que Valencia es la comunidad que más salidas ofrece puesto que de aquí se puede salir por tren, por carretera, por mar y por aire. Si esto sigue así aquí no van a quedar más que funcionarios y trabajadores de Mercadona con el ínclito Juan Roig a la cabeza, siempre ávido por dar lecciones éticas (cultura del esfuerzo) y de macroeconomía mientras estruja a sus proveedores hasta el infinito y más allá. Valencia, espejo en el cual toda España debía mirarse. Cómo ha cambiado el cuento.
Dentro de la cámara de salidas está ahora mismo Pérez climaterio. Mañana se va. A Togo. Se va a Togo. Por dos años. Se lo dijeron hace tres semanas. Llevo tres semanas diciéndole que lo vea por el lado bueno, que profesionalmente es una oportunidad y un reto, que personalmente es una vivencia que debe aprovechar, que no pierde nada marchándose porque todo lo que deja aquí no se va a ir, que siempre lo va a tener. Le he contado mis tres semanas gabonesas del derecho y del revés, por si podía servirle. Todos le hemos contado nuestras experiencias africanas. Le hemos hecho una cena de despedida y le hemos nombrado embajador climaterio en Togo, con su marco y todo, dándole plenos poderes. Nos hemos enterado que en Lomé, en la capital, se celebró recientemente la primera edición de su media maratón y ya le hemos dicho que le queremos en el podio en la segunda edición. No sé si habremos conseguido algo, pero voluntad le hemos puesto, aunque a veces me acordaba de cuando Felipe González y unos cuantos fueron a acompañar a Vera y a Barrionuevo a la puerta de la cárcel. Mucho apoyo, muchos ánimos, muchos abrazos, pero dos se quedaron y el resto se volvió para casa. Mañana sale un avión a Lomé por Casablanca y en él irá Ramón y nosotros, ebrios de terapia positiva, no.
Y el caso es que ahora estoy jodido. No es que quiera ser la novia en la boda (bueno, un poco) pero tantos argumentos le di para que lo viese por el lado bueno que no dejé ninguno para mí. Yo, para esto de correr, soy un poco puta, y no es que me junte con cualquiera pero sí que, en función de los intereses o de los objetivos, suelo cambiar de pareja de baile. Y con Pérez he preparado tres maratones, el último en Sevilla a donde fuimos juntos, con todas sus series y todos sus largos. Pérez y yo hemos sido novios los últimos años, siempre citándonos a la misma hora en el mismo sitio. Y ahora se va. Y me quedo triste, sin que se me ocurra nada para menguar dicha tristeza. Ahora se va. Se va para volver, que es irse pero menos. Tampoco me quedo solo, puesto que somos unos cuantos los del río y bastante bien avenidos, por lo que no tendré ningún problema para seguir bailando acompañado. Pero…se va el Pérez. Mañana se va. Y no puedo evitar estar jodido.
lunes, 13 de mayo de 2013
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
4 comentarios:
dos años pasan volando! sigue entrenando para que...
al volver, te encuentre todavía
en el lugar de siempre,en la misma ciudad,y con la misma gente...
Probablemente estés pidiendo demasiado.
Siguiendo por el lado bueno supongo que habrá visita.
Se puede ir vía París o vía Casablanca. Habrá que determinar cuál es el lado bueno.
Publicar un comentario