domingo, 17 de marzo de 2013
Yo no tengo la culpa de haber nacido tan listo
Mi hijo escucha en la radio Los Cuarenta Principales. Vuelve a estar desheredado. En mi adolescencia y primera juventud, desde el punto de vista musical existían dos tipos de personas: los listos y los que escuchaban Los Cuarenta. Mucho peor, infinitamente peor que un desengaño amoroso era que las canciones de un grupo o cantante de mi gusto empezasen a sonar en esa emisora. Aquello era una traición. Se ha vendido. Se ha vuelto comercial. Ya no es lo que era. Ya no quiero saber nada. Ha muerto para mí. Una prueba irrefutable de que detrás de Los Cuarenta está el mismísimo diablo es no sólo que en sus emisoras huela a azufre, sino que, un montón de años después, siguen estando vivos y omnipresentes. El Bien no dura cien años. El Mal es imperecedero. Me paso la vida haciendo barridos por el dial buscando emisoras donde pongan canciones decentes. Me gustan las emisoras donde sólo ponen música, donde pueda descubrir canciones y donde me encuentre con viejas amigas. Todas las emisoras que son de mi gusto terminan desapareciendo. Sólo aguanta Radio 3, donde cada vez hablan más. No paran de hablar. Y mi acervo musical se estanca. No es que me preocupe no conocer nada novedoso pues soy de la opinión que la música ya está escrita y no pasaría nada si se prohibiese componer y grabar, pero sí que me gusta que entre cierta brisa que añada algo a mi excelso y portentoso gusto musical. Y cada vez que una emisora me proporciona cierto aire fresco sé que está condenada a muerte. Todas cierran. Los Cuarenta no. Los Cuarenta siempre están ahí. El Mal siempre está ahí. Y mi crío lo escucha. Y, apoyado por su hermana, me obliga a que la sintonice en el coche. Y sigue siendo lo peor. No sé cómo se llaman los grupos o cantantes que allí suenan, pero debieran llamarse Los Nefastos, Los Infumables o Putricia y los Putapénicos. Y sé que como padre soy un blando y siempre acabo cediendo ante mis hijos. Sé que siempre termino mirando con condescendencia todo lo relacionado con ellos. Pero esta vez no, hijos míos. Esta vez no. Los Cuarenta son mis enemigos. Y lo serán siempre porque yo soy un listo. Yo soy un listo. Yo tengo el criterio musical. Y mi criterio, por supuesto, es el bueno. Ésa es vuestra suerte.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
8 comentarios:
Te comprendo perfectamente, yo también soy muy lista. Puedo considerar mi gusto musical como "muy amplio", pero me resisto a compartir ese gusto que tiene mi hijo por la banda sonora de la serie Violeta( de hecho, la serie entera es digna de ser enviada directamente a la hoguera)
Iba a decir que que mal lo vamos a pasar, pero debo rectificar y afirmar con rotundidad y lágrimas en los ojos que QUE MAL LO ESTAMOS PASANDO YA
Violetta (es con dos tes. No sé por qué) también lo sufro. Mi cría canta sus canciones y las baila. Y sí, son dignas de salir en Los Cuarenta. Y sí, qué hemos hecho nosotros para merecer esto.
¡No sean exigentes con sus vastagos prepúberes! A esa edad yo escuchaba a Supertramp. Ya crecerán y moderaran sus gustos.
Yo sigo escuchando a Supertramp. Bueno, el Crime y el Even, como decíamos entonces.
jaja tienes razon Sisterboy, yo también escuchaba los 40...y hasta bastante más mayor que vuestros chavales!
os dejo que me voy...a escuchar a Melendi!
Donde estén Auryn y Efecto Pasillo que se quite Melendi.
Tomo nota.
Te encantan los 40.
Eres un hacha leyendo entre líneas.
Publicar un comentario