martes, 26 de junio de 2012

Marina

Nuestra cría es muy especial. Nuestro crío también lo es, pero él es especial en chico, es decir, que si le repites cien veces el mismo estímulo responde las cien veces igual. Nuestra hija lo es en chica: cien repeticiones del mismo estímulo, cien respuestas distintas. Y ahora está en plena crisis: la crisis de los cinco años. Se llama así. Antes se decía –no sé qué le pasa a esta cría que está insoportable. Ahora no. Ahora está en plena crisis. Cuánto daño han hecho los psicólogos. Con cinco años ya estás en tercero de Infantil. Eres de los mayores. Te sientes muy segura. Los adultos son tus iguales. Y, además, tienes tu fiesta de graduación antes de pasar a Primaria. Porque se llama así: fiesta de graduación. Cuánto daño han hecho los estadounidenses con su way of life, sus teleseries y sus disneicháneles. Birretes con borla rosa. Gaudeamus igitur. Muchos niños. Muchas canciones. Muchas coreografías. Y allí está nuestra hija, tan resuelta y tan mandona en casa; tan tímida y tan introvertida fuera de ella. Es muy especial, ya he dicho. Está deseando relacionarse aunque jamás da el primer paso. Puede jugar sola durante horas. Nunca parece necesitar a nadie, pero se esponja cuando se dirigen a ella. Y allí está junto a sus compañeros en el estrado. Está sonriente. Se la ve contenta. Le gusta sentirse protagonista. Y comienza a sonar la música. Y nuestra hija tímida y apocada se transforma. No es ella. Es Carmen Miranda. La ha poseído. Es una estrella. Una diva. Qué dominio del escenario. Qué tablas. Qué contoneos. Qué expresividad. Ana y yo nos miramos. -¿Es ella? –Sí. -¿Seguro? –Sí. Todo esto con los ojos arrasados en lágrimas, por supuesto. Termina la actuación. Saluda. Nos mira. Nos lanza besos. Carmen Miranda nos está lanzando besos. Chica chica boom chic. Tico-Tico. South American way. Es Carmen Miranda. Nos está lanzando besos. ¿Crisis de los cinco años? No hay tal. Lo que quieras. A tu servicio. Somos los padres de la artista. Tenemos una estrella en casa.

P.D. Muchas gracias, Marina. Muchísimas gracias por estos tres años.

11 comentarios:

Juan Rodríguez Millán dijo...

Hace un par de días, una amiga me mandó las fotos de la fiesta de graduación de mi sobrina postiza, que con semejante calificativo ya imaginarás que no es familia directa. Y aún así se me caía la baba. Ni se me ocurre imaginarme lo que tiene que ser figurar como el padre de la artista. Pero da gusto leer cosas tan bonitas...

Arual dijo...

Ohhhhh no me extraña que babearas!!!!

Slim dijo...

limpiate la barbilla!

Peri Lope dijo...

Pero mira que sois tontos los papás, siempre con las mimas bobadas.

El librero también tiene una renacuaja de cinco años, igualmente pasa a primaria en septiembre e, igualmente, difiere del chico -dos años mayor- en su comportamiento: sobre todo es más independiente. En Olmedo se hace fiesta de graduación ¡en la guardería! Por suerte no en Educación Infantil y por esta vez no he tenido que soportar su orgullo paternal. Sin embargo, no sé por qué, tengo la impresión de que entiendo el tuyo: quizás porque tengo el teclado mojado con tus babas. ¿Eso puede ser? Según Wittgenstein ni siquiera se puede decir. Pero tú a ver si pones más cuidado.

En cualquier caso, hay que ver qué diferencia entre sexos desde pequeñitos, ¿eh?

El Impenitente dijo...

No son babas. Son lágrimas. Yo soy de llorar.

Peri Lope, a ver cuándo me presentas al librero. Mucho me gusta hablar contigo pero creo que con el librero me entendería mejor. Y no te lo tomes a mal, ¿eh?

Y si que hay diferencia, sí. Y es una diferencia muy natural. "Vive la difference" decían antes los franceses. Ahora supongo que estará prohibido.

3'14 dijo...

Di que sí! Ese orgullo de padre! Mi hijo también participó en la exhibición de teatro en final de curso. Y era el protagonista de la obra!!! Vale, eran ejercicios de improvisaciones, pero lo escogieron a él para ser el prota. A Mi hijo! Mi niño también es un artísta! Estos nos retiran! (Y sí, faltan todos los signos de admiración a principio de frase, pero no me lo tengas en cuenta, es la eufória, y la pereza...)

El Impenitente dijo...

Enhorabuena pero, en una obra de teatro de improvisación, ¿cómo se sabe quién es el protagonista?

3'14 dijo...

Si tienes una cuenta dropbox te paso el video y lo ves tú mismo, tranquilo, no dura mucho XD

El Impenitente dijo...

El tiempo que tenía pensado dedicar este año a ver vídeos de niños actuando lo consumí viendo el de una sobrina mía que hace ballet. Lo siento mucho. No te lo tomes a mal. El año que viene tal vez.

SisterBoy dijo...

Lo único que recuerdo de la guardería es cantar el aransansan vestido de conejito. Creo que hay fotos y todo

http://youtu.be/v08P9iI1fOM

El Impenitente dijo...

La existencia del Grupo Encanto legitima la pena de muerte.

En mi colegio cantábamos Eransansan. Esa a debe de ser el hecho diferencial insular.