lunes, 12 de septiembre de 2011

Wait a minute mister postman

Correo enviado por la Sierpe a El Impenitente el pasado miércoles siete de septiembre.

Desde luego estoy de acuerdo en lo de tu lento, aunque inexorable, deterioro fisico …y mental.

¿Donde esta mi carta?

PD: Mi teclado no tiene tildes.


Respuesta de El Impenitente.

Dónde está mi carta dices mientras clavas en mi pupila tu pupila carmesí. Dónde está mi carta preguntaba en su misérrimo lecho de agonía, a pesar de su vida aparente, Erik Satie a Claire Goll y a su marido Yvan. La carta. La carta. Aquellas cartas que llegaban al buzón. Aquellos tiempos en que cuando rasgabas un sobre dirigido a ti no te encontrabas ni con una factura ni con un extracto bancario sino con unas cuantas líneas manuscritas, tiempos en que se vivía más despacio, en que no todo era inmediato, en los que una carta tardaba una semana y no pasaba nada; tiempos en los que no estábamos localizados permanentemente y vivíamos. Y no vivíamos mal. Tu carta, Sierpe. Tu carta era ya mi único lazo real con aquellos tiempos. Lo demás es memoria.

El folio en blanco, la fecha, el encabezamiento. Ahí estaba tu carta. El resto estaba en mi cabeza. Más o menos era como siempre, como la de todos los años. Tu familia y la mía, las felicitaciones, recordarte que ya estás tan cerca de los treinta como de los sesenta sin olvidar mencionar la próstata y el tacto rectal, las referencias a Van Morrison (lo bueno que es), a Ella Fitzgerald y a George Gershwin (¡Ella es el swing, Zepporro! ¡Ella es el swing!) y a Antonia Font (qué guay, qué guay); mi descubrimiento de iCat fm (efaema como decís en la Catalonia imperial), mis chascarrillos sobre tu Valencia (a ful, a ful), mi renuncia al fútbol y mi conversión al balonmano, ese bello deporte en el cual sólo nos han hecho falta un par de partidos para poner a los culés mirando a Cuenca; la descripción pormenorizada del día a día de la cuadrilla del futbolín (iGoRr y su alternancia entre su proverbial ociosidad y su proverbial estajanovismo estacional, iToRr y su vida adolescente e iPat y la heterosexualidad de sus hijos) sin olvidar a tus muy mejores amigos Maroto (cuánto daño se ha hecho a sí mismo este hombre), Alejo y Ojos terminando, como siempre, con la fecha de mi cumpleaños para ver si alguno de estos años me felicitas tú también aunque eso suponga romper una tradición cuasi centenaria. El folio estaba ahí, Sierpe. El bolígrafo estaba ahí. Tenía tiempo, sí. Y no te escribí. ¿Por qué? No lo sé. Veía el folio. Cogía el bolígrafo. Dejaba el bolígrafo. Mañana. Y mañana. Y mañana. Y mañana. Y mañana no fue. Y sentí tus palpitaciones cuando abrías el buzón y no había carta. Sentí tu desolación. Sentí tu dolor, tu pena (como Mambrú), tu llanto. Sentí tu vacío, tu enorme egolatría herida. Y sentí, sobre todo, mi traición a los viejos tiempos. Sierpe, te he fallado, ya lo sé. Y me he fallado. Lo siento. No volverá a ocurrir. Volveré a escribirte, no te preocupes. Como tributo a nuestra amistad y como tributo a la nostalgia. Trataré de compensar la desfeta regalándote un teclado que tenga tildes. O dos, si son pequeños. Perdóname, Sierpe. Perdóname y me perdonaré.

6 comentarios:

SisterBoy dijo...

Acabo de recordar cierto incidente postal de mi infancia, me pongo a transcribirlo.

3'14 dijo...

El carteo tradicional es algo que no debería perderse nunca.

Arual dijo...

Aissss qué bonito era recibir cartas!!

Alekséi Grigórievich Stajánov dijo...

Perdí mi comentario previo en la red. Así que ahora seré más breve pues, debido a mi proverbial estajanovismo estacional, no tengo ni un minute, mister postman.

Sólo diré que lo vuestro es muy bonito. ¿Raro? quizá. Pero muy bonito.

Pobre Sierpe, su enorme egolatría herida. Se le vinieron abajo todas las tildes. Un abrazo Sierpe inmutable.

Altosybajos dijo...

Si cada vez que olvide o yerre con una tilde voy a recibir una entradita de estas no voy a tener más remedio que tomar medidas.

Y la primera medida va a ser instalar en mi PC el "LázaroCarreterTerminator" versión "ultimate" para profesionales versión 3.0.

Y por cierto. ¿Quién pude explicarme cómo poner tildes en el ipad?

Majoquereschaval.

El Impenitente dijo...

Y siguiendo una costumbre también cuasi centenaria, la Sierpe no hizo acuse de recibo.