jueves, 23 de junio de 2011

¿La p con la e? Pedo. Y dale. Pedales

Las excusas que puse siempre para justificar el hecho de no tener bicicleta están relacionadas con el espacio (¿dónde?) y el tiempo (¿cuándo?) pero no son del todo ciertas. A un tío que corre le tiene que gustar la bicicleta. Aunque no lo parezca, es lo mismo: esfuerzo aeróbico y endorfinas. Si quiero completar el catálogo de excusas debiera añadir dos o tres caídas de esas que los ciclistas llaman de chapa y pintura pero que a mí debieron dañarme el cigüeñal que pasa por cerebro y bulbo raquídeo y que me hace sentir escalofríos y mirar hacia otro lado cuando veo los descensos suicidas de los ciclistas, y también cierto trauma de infancia relacionado con mi educación. Mi hermano y yo nos llevamos un año por lo cual siempre estábamos juntos y casi todo nos pasaba juntos. Él siempre tuvo especial habilidad para la mayoría de las cosas mientras que yo era más torpe. Y aunque no viene al caso añadiré que también él fue siempre más maduro y tuvo bastante más sentido común que yo, por lo que podríamos decir que soy el hermano mayor porque nací antes, pero la primogenitura cambió de manos hace ya muchos años y fue por bastante menos que por un plato de lentejas. Cuando llegó el momento de aprender a montar en bicicleta, él se subió y salió atacando. Yo no. Y en vez de dejarlo estar, ahí estuvieron (o estuvo el que estuvo) presionando y apretándome (tu hermano sí y tu no. Todo el mundo sí y tú no. Venga, tienes que, tienes que, pero es que, ¿no te das cuenta? pero, ¿cómo es posible? Parece mentira) hasta que cogí, me bajé, salí corriendo (eso siempre se me dio bien), me encerré y me tiré llorando de rabia y de impotencia entre dos y tres años. Pasado ese tiempo un buen día, sin que nadie me viese, cogí una bicicleta, me subí, le di cuatro vueltas a la manzana, me bajé y pensé: -bueno, ya sé montar en bici. Ahora que os den por el culo a todos.

Mi crío tiene ya siete años y tiene su bicicleta. Le gusta llanear y bajar cuestas con ella. Lo de subir no parece que vaya con él y toca empujarlo. Llevaba antes dos ruedines y últimamente llevaba uno solo. El tío iba comodísimo. Este fin de semana pasado decidí que le iba a quitar el ruedín y que íbamos a probar a ver si se soltaba ya. En el tema de la educación de los críos no siempre sé lo que hay que hacer (afortunadamente Ana sí) pero siempre suelo saber lo que no hay que hacer y lo que tenía claro (en este tema en concreto muchísimo más que claro) era que no le iba a presionar. La bici es para divertirse, no una obligación. Salimos a pasear los cuatro. Le dije al crío que cogiera la bicicleta. No estaba muy convencido de ir sin el ruedín. Le dije que ese día íbamos a poner en práctica la primera lección, que consiste en no poner los pies en los pedales. Simplemente tenía que darse impulso y ver cuánto aguantaba manteniendo el equilibrio sin poner el pie en el suelo. Se impulsó, avanzó tres o cuatro metros, puso los pies en los pedales, comenzó a pedalear, llegó al final de la calle, giró y volvió. Lo recibimos entre aplausos.

-¿Qué tal lo he hecho?
-Muy bien, hijo mío.
-¿Estás orgulloso?
-Mucho. No sabes cuánto.
-¿Y cuál es la segunda lección?
-¿La segunda lección? Ten cuidado con el clembuterol, que es muy malo.

10 comentarios:

Slim dijo...

podias haberme pasado esta entrada para mi blog, que ando un poco escasa de ideas (y bastante vaga, es lo que tiene el calor).

entre sisterboy y sus calzoncillos y tu y la bicicleta con ruedines habeis acabado con todo el glamour de la blogosfera.

cucumber dijo...

yo estaba deseando tener hijos para enseñarles a ir en bicicleta (sin ruedines, claro!). Eso es algo que tiene que pasar de generacion en generacion..como era hace años lo de enseñar a nadar, antes de que a todo padre y madre les entrara la urgencia de apuntar a sus niños quieran o no a los cursos de natación.

el Sr. Skywalker dijo...

Qué linda esta faceta tierna de Cariacontecido-papá. "Me se saltan las lágrimas".
En toda esta historia veo yo falta de palo y tentetieso. A un niño que no sabe montar en bicicleta habría que canearlo. Y, por supuesto, al que se cae intentándolo, también.
Verías tú la de contadores que iba a dar el país.
Si es que con tanta Educación para la Ciudadanía no vamos a ningún sitio.

Juan Rodríguez Millán dijo...

Creo que soy una de las pocas personas en el mundo occidental que puede decir que no sabe montar en bicicleta. Nunca me ha llamado mucho la atención. Nunca he tenido una buena bici (ni la pedía para Reyes) ni tampoco espacio cercano en el que poder practicar, así que pasaban los años y mi conocimiento de la bicicleta seguía en cero. Sigue en cero.

Pero tiene que ser una gozada que el crío coja la bici con tanta naturalidad, ¿eh?. Y, sí, clembuterol malo.

El Impenitente dijo...

Bueno Slim, si quieres la entrada te la presto pagando el porcentaje en beneficios estipulado.

Y mi crío en su bici con ruedines tenía mucho glamour. Glamour rural pero glamour.

Nosotros hemos sido de los de los cursos de natación, más que nada porque en verano fuimos incapaces de enseñarles. Yo este año he estado más bien centrado en lo de -si te quitan dieciséis manzanas y te quedan ocho, ¿cuántas tenías al principio? Las cuatro reglas también tienen que transmitirse de generación en generación.

Skywalker, por muy en el lado oscuro que estés, te veo incapaz de haber enseñado a tus hijos a montar en bici atándoles los pies a los pedales y que se cayesen las veces que fuese necesario.

A mí lo que me gusta es que me hijo haya cogido la bicicleta cuando estaba maduro para cogerla, no antes. Y que la bicicleta sea para el un divertimento. Y Juan, ahora que estoy experimentado, si quieres te enseño. Lo primero es mantener el equilibrio, sin poner los pies en los pedales.

3'14 dijo...

Mi hijo tiene 8 y ahora estamos tratando de que coja seguridad sin los ruedines (yo no soy mucho de ir en bici y no se lo he potenciado...) Cada año a final de curso hacen una bicicletada en el cole, este año, por ser de segundo, el recurrido era más largo que el de otros años, que consistía en ir calle arriba y abajo girando en la plaza que hay al final. Pero este curso, salían ya por carretera una ruta que hay en carril bici. Así es que le tocó ir a pie (no era el único, pero me dió pena)Así es que ahora toca ponerse a fondo para ir durante la quicena de julio hasta al campus de judo al que está apuntado en bici, y es que el segundo jueves ya tienen programada una excursión para todo el día en bici (espero que esta vez pueda ir con el resto...)
En patines en linea va, así que no creo que vaya a tener muchos problemas con el tema del equilibrío...

Y estoy de acuerdo con lo que dices de que ir en bici debe ser por diversión, y no por obligación, pero por lo menos aprender a ir es importante. Yo no soy muy... deportista, pero por lo menos se montar. Y lo de nadar... pues yo como las ranas y sin meter la cabeza, así es que poco le puedo enseñar, pero eso sí que se lo ha enseñado su padre, tambíen fue a un curso de natación el último año de guardería (venía incluído) y este año pasado durante el primer trimestre (había un proyecto entre el ayuntamiento y la escuela de incluir cursillos durante un trimestre en las escuelas públicas)

El Impenitente dijo...

Ahora lo pones a correr, Pi, y tenemos al sucesor de Raña y de Gómez Noya (a quienes supongo admirarás).

3'14 dijo...

jeje.. pues ni idea, pero imagino que son deportistas de triatlon, que eso sí se en que consiste aunque jamás me verás participando en algo así.

Peri Lope dijo...

Emocionante, Impenitente, como otras veces. Haces cosquillas, coño.

El librero quiere que su peque aprenda a andar en bici este verano. Es bastante miedica así que le aconsejaré tu método a pesar de no espero que con ella resulte tan eficaz. Si dice que no sabe andar en bici es que no sabe andar bici y, claro, si no sabe andar en bici cómo va a andar en bici, ¿eh?

El Impenitente dijo...

Me gusta la expresión andar en bicicleta. Y si la hija del librero es tan presumida como la mía bastará con que le diga que estaría guapísima si anduviese en bicicleta para que le diese ocho vueltas a Olmedo sin parar.