lunes, 6 de noviembre de 2023

Now and then

Han publicado una canción nueva de los Beatles. Y me veo en la obligación de dar mi opinión. ¿Obligación? Sí. Tengo tendencia a arrogarme atribuciones, especialmente con todo lo relacionado con mis aficiones cuando más que aficiones son pasiones. ¿Es absurdo? Sí. No puedo explicarlo. De hecho, me veo desde fuera y es vergonzoso. Pero cuando veo a gente hablando sobre correr, tengo que intervenir. Soy uno de los delegados en la tierra de este deporte y no dudo que mi opinión y mis reflexiones son necesarias en dicha conversación. No siempre intervengo, que conste, ya que mi sentido del ridículo me frena. Pero me cuesta, porque mi naturaleza me lleva a creerme lo que no soy y, aun así, me creo. También me siento embajador de la Behobia San Sebastián en donde esté. ¿Tengo cartas credenciales? No. Da igual. Si me cruzo con alguien que lleva la camiseta de alguna edición, suelo gritar - ¡Aúpa Behobia! - con acento de Rentería. Estoy leyendo lo que escribo y no miento si digo que estoy abochornado. ¿Dejaré de hacerlo? No puedo. Soy el representante de mis pasiones por el mundo. Lo siento así. Es un disparate, ya. Puede parecer que vivo en un delirio, sí. Lo seguiré haciendo. Es inevitable.

También soy delegado de los Beatles en este hemisferio (y en el otro cuando vaya). Y si sacan una canción (como han hecho), mi opinión es trascendental. Fundamental. El mundo la necesita. Y voy a darla. La canción, aparte de mala, es innecesaria. Los Beatles grabaron sus discos y ahí está todo. Y nunca nos terminaremos lo que grabaron entre “Love me do” y “Let it be”. ¿A santo de qué sacar otra canción? ¿Por qué la voracidad de McCartney y su ansia de protagonismo? ¿Hacía falta? ¿Aporta algo? No. Nada. En absoluto. ¿Entonces?

Me manda uno de los corredores el vídeo de la canción, con un mensaje que decía - ¿has visto lo que nos ha regalado la inteligencia artificial? Le contesto gruñendo. Y pulso el enlace para ver el vídeo.

Y me reafirmo en mi opinión. La canción es mala. Innecesaria. Sin sentido. Un disparate.

Pero acaba el vídeo y estoy emocionado.

Y ya empiezo a dudar de mi criterio.

Vaya castaña de delegado.

No hay comentarios: