sábado, 28 de octubre de 2023

El colmo de un boomer

Sigo pensando que una de nuestras principales obligaciones como padres es la de avergonzar a nuestros hijos. Y la verdad es que no hay que esforzarse mucho para conseguirlo. Hoy hemos estado de comida para celebrar los cumpleaños de octubre. Hemos ido a un lugar céntrico a gusto de los cuatro y que tenía buena fama. Una vez dentro he visto cosas que no me han gustado demasiado. Tenemos una amiga, Concha, madre de uno de los amigos nadadores de nuestro hijo, que tiene la costumbre de hacer reseñas de todos los restaurantes a los que va, algo que nuestro hijo y sus amigos critican siempre sin disimulo y de manera descarnada. Nunca lo he hecho (lo de dejar una reseña) pero ha habido un momento en que he dicho en alto –qué ganas me están dando de imitar a Concha. –Eso es el colmo de un boomer- han respondido nuestros hijos al unísono, lo cual debe de ser muy malo por su tono de voz y por la mirada que me han disparado al hablar.

Una hora después, en la página del restaurante, podía leerse lo siguiente:

Un lugar perfecto si disfrutas esperando mucho, si te gusta que se dirijan a ti con los términos jefe o chico o si prefieres la carne ahumada con petróleo. Hay sitios para ir y hay sitios para volver y yo aquí ya he ido.

Nuestros hijos no me hablan. Algo he hecho bien.

No hay comentarios: