martes, 17 de octubre de 2023

Desde la melancolía

Desde la melancolía. Así comenzó el tío Pepe cada brindis. Él se encargó de poner en palabras la añoranza, de nombrar a los que no estaban, algunos (todos) muy presentes. Desde la melancolía. Era un día de emociones. Repito con frecuencia que una de las claves de quererse mucho es verse poco y que entre los sentimientos que más hay que trabajar está el de echarse de menos. Cincuenta y dos nos juntamos. El vínculo, mi apellido materno. Tres generaciones estábamos allí. Crecimos compartiendo muchos veranos. Y las comuniones. Luego ya sólo nos veíamos en las bodas. Ahora, en los funerales. Y decidimos juntarnos. Y lo organizamos. Y la respuesta fue multitudinaria. Nos echábamos de menos. Mucho. Y, tras tanto tiempo, también confirmamos que nos queremos. Y cuánto. Fue un día muy bonito. Desde la melancolía. Desde la alegría. Desde la satisfacción. Desde el orgullo. Desde la felicidad. Lo repetiremos, desde luego. ¿Cuándo? Llegará de nuevo el momento. Y lo sabremos.

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