Ya me han puesto la primera dosis. Se habían olvidado de mí. Me dijeron que no tenían mi número de teléfono. Ya lo tienen. Me ha tocado con los de la siguiente franja de edad y hay que ver qué mayores son los de la siguiente franja de edad. Relacionado con la edad esto de la vacuna me ha hecho sentir sensaciones extrañas. Nosotros somos cuatro hermanos y yo soy el mayor. Y, por distintas circunstancias, me han vacunado el último. La primogenitura ya se la cedí de facto a mi hermano hace muchos años (y sin necesidad de un plato de lentejas a cambio), pero que mis hermanas también me hayan hecho la envolvente me cuesta más de asimilar. Siempre he sido el hermano mayor y ahora parezco el pequeño. Y no me encuentro.
Me ha tocado una enfermera muy joven y muy amable. Mientras me inoculaba el mejunje (con su microchip (chiz, chis) incorporado y mi obsolescencia programada (aunque nosotros ya estamos obsoletos, ¿verdad, Sanfélix?)) me he sentido en la obligación de defender a los de mi franja de edad legal (aunque ya no sea la mía) y he sido mucho más simpaticón con ella que lo que podrían ser estos cuarentones tan mal envejecidos con los que he coincido. Mis hijos se habrían muerto de vergüenza si me hubiesen visto (aunque avergonzarlos requiera de muy poco esfuerzo). Y eso me ha hecho sentirme todavía más orgulloso de mi actuación. Creo que aún puedo volver a ser el hermano mayor.
4 comentarios:
Sí, obsoleto. Ya no encuentro recambios. Dicen que soy un modelo contaminante y que los nuevos son más respwtuosos con el medio ambiente. Mi sistema operativo ya no permite actualizaciones. He intentado devolverme pero el servicio postventa mira mi código de fabricación y no lo admite. Así vamos. Y si viste mal a la siguiente franja de edad no te costará gran esfuerzo imaginar el espectáculo de la que te corresponde legalmente. Los simpaticones.
La Residencia Ballesol de Benidorm admite residentes a partir de cincuenta y cinco años. Un futuro esplendoroso se abre ante nosotros. El desguace puede esperar.
Venga. Me apunto
Joder, convencidísimo estaba de que eras el segundo. No sé de dónde habré sacado esa impresión.
Me alegro de tu primera dosis.
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