domingo, 25 de abril de 2021

Conclusiones

Dos, exactamente. Las dos muy obvias. La primera, siempre existió la sospecha de que la estupidez humana era infinita. Y así ha sido hasta este siglo, en el que la llegada de las llamadas redes sociales ha confirmado la sospecha y la ha convertido en axioma. La segunda, corolario de la primera, es que la edad no protege de la estupidez. No sé cómo fue en el pasado. Me miro y miro alrededor y no veo que estemos en el camino de la sabiduría. Todo lo contrario. Nuestro “Consejo de ancianos” estará desierto. Nuestro diablo sabrá por diablo. No seremos venerables. Nuestra opinión será inútil y estéril. Nuestra experiencia, un páramo. Seremos viejos. No seremos sabios.

2 comentarios:

GARRATY dijo...

Si sabemos eso ya sabremos algo.
Las redes sociales también son una fuente de conocimiento, sólo hay que entretenerse un poco separando la paja del grano.

El Impenitente dijo...

En Twiter es donde me mantengo informado de todo lo relacionado con el atletismo. Sí que hay grano, ya lo sé. Aunque el otro día, de manera muy educada en las formas, seguro que con la vena del cuello hinchada, tuvieron una de esas discusiones estériles (y más en atletismo, donde hay velocidad, medio fondo, fondo, saltos, lanzamientos, pista, ruta...): quién es el mejor de todos los tiempos. Y llegué a temer que se saliesen de tono. ¡Vosotros no, por favor! ¡Vosotros, no! Menos mal que la cosa no pasó a mayores. Te doy la razón. Pensaremos que hay por lo menos diez hombres juntos y mantendremos la esperanza.