jueves, 4 de octubre de 2018

De porqué el despecho es uno de los motores del universo

France Gall, que había ganado Eurovisión en 1965 con “Poupée de cire, poupée de son” (aunque, para mí, será siempre la intérprete de esta canción que dio pie a esta tremenda versión), tuvo una relación sentimental no muy larga (un breve interludio de amor, un romance efímero), con el también cantante Claude François. Cuando terminaron (cuando cortaron), Claude, junto a Jacques Revaux, escribió “Comme d’habitude” (“Como de costumbre”, según el traductor de Google), una canción cuya letra narraba en primera persona lo fría que podía ser la vida en pareja cuando la relación (el interludio) se va a pique.

La canción no tuvo gran éxito. Pero tampoco pasó del todo desapercibida. Ken Pitt, representante de David Bowie, vio posibilidades en ella debidamente traducida al inglés. Habló con su representado, quien, más que traducir, reescribió la letra con un payaso de circo como protagonista. El título, “Even a fool learns to love” (que podíamos traducir como “Aquí hasta el más tonto se enamora”). La canción se grabó, pero no se llegó a publicar. No lo debieron de tener muy claro en la compañía discográfica.

Otro que le vio potencial a la canción fue Paul Anka. Compró los derechos y reescribió la canción. La nueva letra hablaba de un hombre al que le quedan dos Telediarios (en el ocaso de su vida) que hace balance y que saca pecho pues superó todos los obstáculos siendo siempre fiel a si mismo. La tituló “My way” (que podría traducirse al valenciano como “Perque me va a eixir del piu”). Paul Anka vio que, siendo él veinteañero, no resultaba una canción muy creíble en su boca. Y pensó en Frank Sinatra para interpretarla. Sinatra la grabó y la canción, aunque tuvo poca repercusión al principio, terminó convirtiéndose en el himno que es ahora, con la curiosidad de que Sinatra jamás mostró ningún entusiasmo por ella (más bien todo lo contrario) y con la certeza de que la versión de Nina Simone es mucho mejor, dónde va a parar.

Y aquí tenemos a David Bowie herido en su orgullo. Y una herida en el orgullo de Bowie tiene que ser una herida muy grande. ¿Esto iba a quedar así? En absoluto. Venganza. Y Bowie inició lo que iba a ser una parodia de “My way”. Y comenzó a jugar con unos acordes muy similares. Y jugando, jugando…”Life on Mars?”. Porque sí, señores, “Life on Mars?” no es más que el resultado de un ataque de cuernos. “Life on Mars?” nunca habría existido si la vanidad de Bowie no hubiera comenzado a sangrar. Con “Life on Mars?” el ansia de venganza quedó saciada, la hemorragia taponada y la herida cerrada. Y creo que, tal y como se desarrollaron las cosas, todos salimos ganando.

P.D. Esta historia, mejor contada, aquí.

2 comentarios:

Entonoquedo dijo...

Conocía la historia principal con los actores: Claude François, Paul Anka y Frank Sinatra. No sabía que el germen de la canción origen, Comme d'habitude, fue la ruptura con France Gall. Interesante.

Lo de la pataleta de Bowie, bueno, es otra cosa; es una añadido a la historia. Una curiosidad. A Bowie no he sabido apreciarlo más que como actor.

Por cierto, no te has hecho eco de la desaparición de Aznavour. No sé si no te ha sacudido o simplemente me has dejado el hornor a mí. Puedes leerlo en mi blog. Lo he titulado: Que c'est triste Venise.
Las canciones, aparte de lo que cuentan, suelen tener una historia detrás. Me interesa.
Un saludo.

El Impenitente dijo...

Te dejé el honor a ti. Me impresionó su muerte, pero no soy, ni por asomo, tan Aznavourista como tú y pensé que ese derecho no me correspondía. Ya vi que habías escrito (me hubiera sorprendido que no lo hubieses hecho) pero mi francés es el que es, así que pospuse el adentrarme en tu entrada. Pero lo haré, por supuesto.

Un abrazo.