martes, 28 de junio de 2016

Y, con ustedes, una nueva lección de estrategia empresarial

Tengo un amigo/conocido en la capital del Secarral, al que llamaremos FD, fiel seguidor de las máximas "a quien madruga, Dios le arruga", "no por mucho amanecer me levanto más temprano" y "no hagas hoy lo que puedas hacer mañana porque igual te libras de hacerlo", a quien se podría definir como un jeta y un vago redomado. El tío es un superviviente nato y, siendo su planteamiento vital una huida permanente hacia delante, la verdad es que resiste sacrificando afectos, cogiendo bajas larguísimas, teniendo accidentes sospechosos, habitualmente remunerados por las aseguradoras, tragándose su orgullo cuando toca y siempre sin pegar un palo al agua. Tuve más trato con él en tiempos y muy poco ahora (como he dicho nunca dudó en sacrificar afectos y en utilizarlos para su interés), y siempre le vi un potencial enorme. En las grandes compañías productoras que se pasan la vida tratando de optimizar sus recursos (es decir, de gastar menos y de hacerlo todo en menos tiempo, es decir, de gastar menos) se pagan buenos sueldos a grandes gurús de la organización empresarial y se contrata, sobre todo, a gente con título y que sea proactiva (no sé qué significa esta palabra pero ahora la repite todo el mundo y, viendo lo a gusto que se quedan cuando la dicen, debe de ser la releche. Me recuerda cuando se puso de moda la palabra “gestión”. Servía para todo). Y no digo que estén equivocados, pero, pensando en FD, creo que nunca se han planteado en que no debieran contratar a gente trabajadora sino a vagos redomados. Porque a alguien como FD le das cualquier puesto de la cadena y seguro que encontraría la forma de hacer su trabajo con el menor esfuerzo. Y eso es tiempo. Y el tiempo es dinero. Y le están pagando a gente por pensar cuando un vago podría ahorrar de manera natural. Por eso digo que a FD le vi siempre un gran potencial puesto que él, siendo él mismo, podría optimizar cualquier puesto en una cadena productiva. Bien es cierto que habría que hacerle contrato de un día o de horas, justo antes de que le empezase a doler la espalda o fuese atropellado por una carretilla elevadora pero, bien orientado y bien cuidado, oye, un fenómeno. Y ahora, pues nada. Un talento desaprovechado. Un superviviente. Sorteando el día a día.

2 comentarios:

Entonoquedo dijo...

Santo Varón

El Impenitente dijo...

To pa ti.