martes, 26 de enero de 2016

Sociología for parotets

¿Existe la crisis de los cincuenta? Pues ni idea. No sé si está tipificada. La de los cuarenta sí que existe, desde luego, y te ataca por la vanidad de manera inmisericorde (todavía puedo). La de los cincuenta, de existir, no sé por dónde te ataca, aunque he observado ciertas actitudes, que, bueno, a lo mejor son características y que aquí, como adalid de la sociología, vengo a reseñar:

Lo primero sería decir que a la gente, al llegar a los cincuenta, le da por la épica. No es que se pase el día declamando “La Iliada” sino que se busca retos bastante grandilocuentes: un ultramaratón de montaña, un Ironman, recibir el día de tu cumpleaños viendo amanecer desde el monte Fuji. Los cincuenta reclaman algo grandioso (voy a darme prisa, que esto se acaba). En mi caso ando despistado porque no tengo un reto así y empiezo a sentir cierto desasosiego. Es verdad que siempre tuve pendiente hacer el Camino de Santiago, pero tampoco veo esto como un gran reto. No deja de ser darse un paseo. Un paseo muy largo, es cierto, pero con tiempo y buen calzado, fácil.

Lo segundo es que a la gente, al llegar a los cincuenta, le da por juntarse. Hay que localizar a todos los miembros de la quinta y organizar una reunión. Nuestro gran amigo O., quince años pasando de nosotros y el día dos de enero ya había creado un grupo de Whatsapp diciendo que nos echaba mucho de menos y que este año teníamos que juntarnos. Tócame els collons. En la capital del Secarral ya se están moviendo y no sé qué quieren organizar. Aquí tampoco me doy mucho por aludido. Al final siempre estás en contacto con quien quieres estarlo, y a los que has perdido la pista, pues no suele ser por casualidad y esto no se ve afectado porque la cifra de nuestra edad termine en cero. Pero también soy bastante manso y, si organizan algo, iré. Saludaré y luego me sentaré con el Senséi, con Villis, con Palmer y con GV, que son los que son, y el resto, pues si vienen, bien, y si no, también.

Lo tercero es decir que, a los cincuenta, uno pierde su valor absoluto y se convierte en algo relativo. Esto se explica diciendo que, a estas edades, cuando se dirigen a ti se suele añadir la coletilla “para tu edad”. No estás mal para tu edad. Debieras estar orgulloso teniendo en cuenta tu edad. Ya no jugamos en las ligas mayores, sino en las de nuestra categoría. Ya no somos nada per se sino en comparación con los de al lado. Y esto sí que me afecta. Esto me jode más.

Y es todo por ahora. Prometo estar alerta. Continuará, por tanto. O no.

4 comentarios:

elbé dijo...

Compruebo con alegría que sigues por aquí. Y sigues sin escribir nada mal para tu edad. Un placer leerte de nuevo

El Impenitente dijo...

Pues sí, todavía me resisto a abandonar el edificio, aunque somos ya muy pocos vecinos. Me alegra leerte y ver que, para tu edad, estás fenomenal. Un abrazo.

Sierpe dijo...

Nuestro gran amigo O?
Yo no te veo desde hace años y te sigo queriendo

El Impenitente dijo...

Porque tu proverbial inmutabilidad afecta también a tus sentimientos. Y es mutuo el cariño. Y algún año de estos volveremos a vernos.