miércoles, 19 de junio de 2013

Casa de citas

A mediados de los ochenta decidimos sacar una revista. Si formábamos ocho el grupo de amigos, cada uno aportó en su medida para sacar la revista adelante (aunque más de uno aportó cero). Con una tirada de ocho ejemplares la revista, titulada “Gentlemen take parotets” (en homenaje a Japan, grupo que tenía mucho tirón entre unos cuantos de nosotros), era un cajón de sastre pues pretendía ser literaria, con poesías y relatos (con títulos fabulosos como “Bela Lugosi is dead, so tarugo”. Los que sobrevivimos a los ochenta debiéramos ser venerados), pero también contenía entrevistas fusiladas de aquí y de allá, ilustraciones varias, fotografías y una sección fija denominada (con gran originalidad) “Casa de citas” en donde recogíamos aforismos de todo tipo, algunos particulares y otros de personajes ya consagrados. He de decir que la revista tuvo una larga vida puesto que llegamos a sacar dos números que nos supieron a poco y por ello, por si alguna vez sacamos un tercero, he decidido abrir aquí una delegación de la “Casa de citas” para hacer acopio y así, llegado el momento, tener ya algo por donde empezar.

Comenzaré con dos citas para no atragantarnos de golpe. La primera es la siguiente:

¿De qué me sirve saber dónde estoy si no me sé el camino?

Esta frase no está pronunciada por ninguno de los habituales, por ninguno de aquellos que siempre andaban con un amanuense detrás dedicados a cincelar cada una de sus ocurrencias y que fueron propagadas hasta la extenuación (pónganles ustedes nombre). Esta frase la dijo un niño de nombre Nobita Nobi, protagonista de los dibujos animados infantiles llamados “Doráemon”. Viendo los dibujos animados que ven mis críos (“Bob Esponja”, “Hora de aventuras” (la Princesa del Espacio Bultos es fabulosa), “Doráemon”) no tengo la menor duda de que serán mucho mejores que nosotros.

La segunda es la siguiente:

Apreciará usted conmigo que beber el vino blanco en copa verde es una horterada incalificable. Yo no soy partidario de la pena de muerte salvo en casos de náusea, y esa costumbre de la copa verde es un caso de náusea.

La cita está extraída de “Los mares del sur” de Manuel Vázquez Montalbán (abro paréntesis para decir que todavía no sé si este libro me gusta o no, pero que, como todos los que he leído en los que la burguesía catalana tiene un papel protagonista (“La verdad sobre el caso Savolta”, “La ciudad de los prodigios”), me resulta fascinante. Cierro paréntesis). Personalmente he de decir que lo del vino blanco y las copas verdes, francamente, me importa un bledo, pero lo de justificar la pena de muerte sólo en casos de náusea…en fin, continuará.

4 comentarios:

3'14 dijo...

El título me ha despistado... yo que venía a leer alguna anécdota sobre burdeles y putas... ¿No te has planteado nunca dedicarte al periodismo?

En cuanto a que los niños de hoy serán sin duda mejor que nosotros no se yo, imagino que sí, por su bien, y les vale. Lo que sí tengo claro es que no necesitan drogas para fliparse.

El Impenitente dijo...

¿Dedicarme al periodismo? Pues no me lo he planteado nunca. Para lo de ganarme la vida soy de ciencias.

cucumber dijo...

Periodista o no, tu te has creado en este blog, tu propia revista,fanzine,periódico o lo que sea.
Puedes estar totalmente satisfecho.

El Impenitente dijo...

Yo más bien diría lo que sea, Cucumber. Y lo que estoy es contento. Satisfecho, a veces.