jueves, 13 de septiembre de 2012

WH7

Siete es el número. Juan me enlaza en una cadena que consiste en contar siete cosas sobre uno mismo. En principio me puse de lado ante la oferta ya que dos veces participé de esta cadena: la primera antes de cariacontecerme y la segunda, cortesía de SisterBoy, relacionando los siete pecados capitales con la carrera pedestre. Además, en este blog la palabra más usada es yo, por lo que no mucho iba a aportar. El caso es que el siete se me metió en la sesera. Siete enanitos. Siete notas. Siete colores (Mucho Muchacho). Siete días. Rugby a siete. Fútbol siete. Siete maravillas. Y, siendo Juan periodista como es, pues también recordé las siete preguntas que un artículo ha de responder, las famosas cinco w y dos h que dicen los angloparlantes (los periodistas a veces sólo mencionan seis preguntas olvidando la segunda h, el how much, el cuánto, que suele ser la explicación de todo) por lo que, mira, continuaré la cadena planteándome las siete preguntas y relacionándolas con el blog.


¿Qué?

Para mí el blog es un folio en blanco que te llama para que hagas con él lo que quieras. El hecho de que pueda hacerse público y se permita la participación mediante los comentarios le da otras posibilidades, pero lo más importante, lo que de verdad me mueve a tener un blog es emborronar el folio y conseguir no echar de menos el blanco perdido.


¿Quién?

Es El Impenitente quien escribe. Y escribe de lo que sabe. Y sabe por lo que le pasa o por lo que le ha pasado. Y más no se le puede pedir porque no sabe. No tiene imaginación. Sólo tiene memoria. Es un escritor muy limitado.


¿Cómo?

Antes escribía a mano y luego lo pasaba al ordenador. Ahora lo escribo directamente en Word, que tiene un bonito corrector ortográfico. Nunca me siento a escribir a ver qué pasa, a ver si se me ocurre algo. Siempre la entrada está más o menos madura en la cabeza y es entonces cuando empiezo a escribirla. Es éste el mejor momento, cuando siento que todo fluye, cuando, si me quedo atascado, encuentro un camino para salir. Al terminarla, la repaso. Entonces se la leo a Ana. Ella me da su parecer y siempre la hago caso. Tras el visto bueno aún releo unas cuantas veces la entrada puliéndola. Cuando le llega el turno se publica. Y cuando se publica ya es pasado pues suelo estar metido con otra.


¿Dónde?

Tengo en mi cerebro un compartimento habilitado para el blog donde un retén hace guardia veinticuatro horas al día. Suele estar inactivo hasta que deja de estarlo. Entonces empieza a madurar la entrada. Esto puede ocurrir en cualquier sitio. Es más, cuando estoy haciendo algo que quiero narrar, el pensar cómo voy a contarlo es parte de lo que esté haciendo. ¿Obsesivo? Tal vez, pero no mucho. Lo que es escribir la entrada suelo hacerlo en el salón de casa, en el portátil, con la tele puesta y los críos por ahí danzando. Ideal para la concentración.


¿Cuándo?

Como ya he comentado, pensar en la entrada lo hago a cualquier hora. Escribirla, o por la noche o en el fin de semana. Suelo publicar cada cuatro o cinco días salvo que la actualidad deportiva, la única que puede hacerse hueco aquí, lo precise. O salvo que se mueran Sergio Algora o Antonio Vega, que también hicieron parar las máquinas. Si no, el ritmo es el que he indicado.


¿Cuánto?

A nivel económico, este blog presenta un balance equilibrado siempre y cuando desestimemos aquello de que el tiempo es dinero. Si no, palmo hasta la camisa. Soy muy mal vendedor. De hecho, no vendo blog. Promoción nula. Podría hacer ahora otra valoración de tipo personal o emocional y tratar de cuantificarla, pero no lo haré. Bueno, lo haré en la siguiente respuesta.


¿Por qué?

Pues porqué me gusta. Me lo paso muy bien. Me entretiene. Me hace estar despierto, vivo, alerta. Y porque la sensación de haber escrito algo decente, algo redondo, es muy placentera. No niego que el listón de mi autocomplacencia literaria esté bajísimo, pero el motor de este blog es escribir. Es agradable que te lean y te comenten, desde luego. La vanidad, la egolatría y el exhibicionismo son innatos en un bloguero. Por ello es público este blog. Y también son fabulosos todos los lazos afectivos creados en este tiempo. Pero, si nadie me leyese, creo que seguiría escribiendo. El blog forma parte de mi vida. Escribir forma parte de mi vida. Y me gusta.


Por lo demás, pues lo de siempre. Se supone que esto es una cadena. Si a alguien le apetece continuarla, adelante. Tiene mi bendición. Y tendrá cien años de felicidad absoluta. O mil.

9 comentarios:

Juan Rodríguez Millán dijo...

Pues te vas a reír, pero de pura originalidad con respecto a la propuesta original, me han dado ganas a mí de coger el testigo y seguir corriendo...

Me encanta la respuesta a por qué. De verdad que me encanta. ¿Cómo lo hace para vivir su vida la gente que no escribe nada...? El día que no escribo, hasta estoy de mala leche. Y, como a ti, no me hace falta una excesiva concentración. Bondades de haber trabajado seis años en una ruidosa redacción (en la que mi sección era precisamente la más ruidosa con diferencia). Te envidio tener alguien que le dé el visto bueno a lo que escribo. Enhorabuena también a Ana por la parte que sin duda le toca.

Alex Maladroit dijo...

''Es agradable que te lean y te comenten, desde luego. La vanidad, la egolatría y el exhibicionismo son innatos en un bloguero.''

Hombre, también es muy agradable leerte. Que presta, vamos.

Avergonzado reconozco que tengo que buscar la entrada sobre el Tachenko. Que no me había dado cuenta de su existencia, y como últimamente soy muy de perdir perdón, pues perdón. Salú!

El Impenitente dijo...

Pues coge el testigo, Juan. Sería una cadena frontón también conocida como bucle. Y transmitiré tu enhorabuena.

No te sigo, Maladroit (caro eres de leer) con lo de Tachenko. Me quedé en El Niño Gusano como me quedé en los dos metros veinte de bigotes soviéticos junto a Eremin, Mishkin, Belov, Tarakanov y el Sabonis con los tendones enteros.

Alex Maladroit dijo...

Metí la pata terriblemente y me excuso darréu. Quería decir 'Niño Gusano' y dije 'Tachenko' (un grupo aragonés muy cuco).

3'14 dijo...

Del 7 te olvidas mencionar a CR7... pero eso sería demasiado triste, ¿no? (ahora es cuando me río de mi propio chiste, y esto, realmente es muy triste)

Tengo mi blog en coma. No seguiré la cadena. Pero sigo siguiéndote, así que haré la cadena desde aquí y los motivos de mi "seguimiento":

¿Qué? Lo que lees
¿Quien? Pues quien va a ser, yo.
¿Dónde? En casa, que es donde tengo conexión.
¿Cómo? Sentada, normalmente desde el sofá, pero a veces también en un escritorio que tengo en la sala, pero la silla me es más incómoda. (podría tratar de ser original y decir que te sigo mientras practico el pino-puente, pero va a ser que no)
¿Cuándo? En mis ratos libres. ( y como ves son lo suficientemente amplios como para permitirme escribir toda esta chorrada)
¿Cuánto? Pues intento entrar una vez al día a ver si has escrito algo, aunque no siempre comente el mismo día.
¿Por qué? ¿Es necesario? Es obvio. Me gusta como escribes, lo que cuentas y como lo cuentas. Son años de tradición que, mientras continúes actualizando el blog seguiré manteniendo. No por conservadurismo, pero sí, dejando aparte los motivos anteriores, es como estar enganchado a una serie que te gusta y no quieres que termine nunca. Se le toma cariño a los personajes. Pues bien, en tu blog se te toma cariño a ti, a tu familia, tus crónicas de corredor (o runner si te agrada más), tus menciones musicales, literarias, tus anécdotas de juventud (esas que solo hace cuatro días que sucedieron), tus preocupaciones cotidianas, y un largo etc...

El Impenitente dijo...

Pi, el siete es Adrián.

Mientras sacas del coma al blog que sepas que también paso con frecuencia por allí. Por si acaso.

Y muchas gracias. Hablaré con el equipo de guionistas para que procuren que no decaiga el nivel. La audiencia siempre manda. Aunque igual escribo un par de entradas minimalistas sobre el crecimiento de las uñas o algo así. Eso de runner me ha dolido.

Slim dijo...

los grupos zaragozanos son tan buenos todos que se confunden unos con otros :-)
¿te acuerdas de la canción del 7?
el séptimo hijo del rey caimán...

SisterBoy dijo...

Recojo el testigo pero de momento lo guardo en el secreter rococó porque la verdad nunca me ha gustado hablar de mí, pero pensaré a ver si saco algo ingenioso.

El Impenitente dijo...

-Papá, tú lo que necesitas es cariño.

Sí que acuerdo, sí. Y también de la del siete, que era igual que las que iban del uno al doce. Y por cierto, Slim, también tenéis a los Héroes. No todos son tan buenos.

SisterBoy, escribe sobre siete cosas que guardes en tu secreter rococó. No puede haber nada anodino guardado allí.