Volvía aquella vez de una correría por Ribarroja. Iba en coche y estaba entrando ya en Valencia. Sonaba por la radio un programa de nombre “Club Elvis” que hacía Vicente Ahumada (quien hace muy poco abandonó el edificio. Muy buenos ratos me hiciste pasar, Vicente. Muchas gracias por todo). Estaba programando canciones aquel día de un concierto que había dado Elvis en el Madison Square Garden de Nueva York en el año setenta y dos. Tal y como lo iba escuchando tuve la sensación o la revelación de que aquel era el momento y el lugar exacto en el que me hubiese gustado estar. El Elvis crooner, gordo y drogadicto. El Nueva York de “Cowboy de medianoche” y de “Taxi driver”. Elvis en el Madison. I wonder if you’re lonesome tonight.
El grupo de amigos que formamos en el colegio se ha mantenido durante todos estos años y me da que, para lo que nos empieza a quedar, seremos amigos para los restos. Decía la madre de Maroto que éramos una panda de aburridos (ella utilizaba el término semaos). Es probable, pero el caso es que nos hemos reído siempre mucho juntos. Éramos un tanto endogámicos, desde luego. Y lo seguimos siendo. De vez en cuando nos daba por jugar al ¿qué preferirías? Y ahí había que esforzarse. No valía preguntar -¿qué preferirías: carne o pescado, dulce o salado, pasar una noche en la ópera o un día en las carreras? No. Nos teníamos que escurrir las meninges pues lo importante no eran las respuestas sino las preguntas. Y, efectivamente, ver a un grupo de tíos en silencio cavilando no era la juerga padre. Aún así, pues no sé, ¿qué preferirías: salir en la portada del ABC Cultural o en la portada del SuperPop? O ¿qué preferirías: tropezar y caerte en el último obstáculo cuando vas destacado en la final olímpica de ciento diez metros vallas o pasar la Nochebuena junto a la familia Trapp? O ¿qué preferirías: escuchar la discografía completa de los Dire Straits en una habitación cerrada junto a veinte tíos que, con su cinta de hacer aerobic en la cabeza, no paran de tocar sus guitarras imaginarias o lamerle el sobaco a Iñaki Perurena?
Con el tiempo el ¿qué preferirías? cayó en desuso y nos pasamos al a ver si nos vemos algún día, a quedar en el parque con los críos y al futbolín. Pero eso no quita para que, de vez en cuando, entre un mensaje en el móvil y sea G. que pregunta -¿qué preferirías: ver a Elvis en el Madison en el setenta y dos o presenciar las quince primeras ediciones del Festival de San Remo? Y entonces se me remueve el comomolita pretencioso y pedante que llevo dentro (y fuera, me temo) y en la guerra como en la guerra. ¿Por qué no ir a ver a Herb Alpert y a Sergio Mendes y Brasil-66 en cualquier boite con sillones de skay de finales de los sesenta? ¿Y qué tal estar en el café-concert La Fusa de Buenos Aires en julio de mil novecientos setenta viendo a Vinicius de Moraes, Toquinho y María Creuza? ¿Y si nos tomamos unos cocktails o unos combinados cualquier atardecer de finales de los cincuenta en el Shell Bar de Honolulu mientras tocan Martin Denny y su combo? ¿Y pasarnos a ver actuar a The Rat Pack a principios de los sesenta en Las Vegas? Sólo si después nos vamos a ver a Django Reinhardt y a Stephane Grappelli al Hot Club de París a mitad de los años treinta. ¿Y ver a George Harrison en Abbey Road con su guitarra acústica ensayando “Savoy truffle? ¿”Savoy truffle” o “I, me, mine”? “Savoy truffle”, el Blanco siempre será el Blanco. Vale, tú ganas. Y nos vamos a ver a George. Con George no se puede. George siempre gana. Incluso a Elvis.
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14 comentarios:
Hay una película en cartelera que deberías ver porque es precisamente ese jueguecito mental hecho celuloide
Tú lo has dicho: George siempre gana.
¿Y estar en el Royal Albert Hall viendo a los Sir McCartney y Starr junto a los amigos de George tocando Something en el 2002?
Los pelos como escarpias.
Mola vuestro juego!
¿Marisa Monte susurrándote al oído "Bem que se quis" en la playa de Rio, en shortes de banho (en 1988) o Teresa Iturrioz cantándote "Fotos" en el estudio del Pato, con Genís de Astrud al piano (el jueves pasado), tras marcar tu portero el gol del campeonato de futbolín, trazando una perfecta parábola de portería a portería, y estableciendo un récord de 101 bolas sin encajar un gol?
Hay que elegir. Es lo jodido del juego.
¿"Pequeñas mentiras sin importancia"?
Si quieres que te acompañe al Royal Albert Hall te acompaño, pero no te aseguro que no me tire al escenario y estrangule a McCartney.
Iturrioz, Genís, futbolín, ciento un goles, record, gol perfecto, ganar, ganar, ganar, todas las acreditaciones en mi cuello.
carne, salado, un dia en las carreras, superpop, final olimpica, y perurena.
ODIO a los tios que tocan la guitarra imaginaria con sultans of swings!!
De tú aprendí el 'Name-Dropping'. El lanzarlo como arma arrojadiza contra cualquier personaje que comience a resultar pedante, es ya cosa mía.
Lástima que 'Club Elvis' sea un puteche de la carretera que va a Santander.
¿"Midnight in Paris"?
And the sultans played creole.
Álex, me tenías preocupado. Me alegra verte y leerte de nuevo.
Bendito grupo de semaos.
Envidia me dáis ahora que estamos en la era de los grupos de botellón y "chumba chumba".
Qué dure.
La revista SUPERPOP ya no se edita en papel, una gran pérdida.
Todo lo que se diga en brasileño, suena bien, aunque te estén llamando "perrojudío", yo también prefiero a Elvis, y a Diana Ross y su rollerboy.
¿Qué preferirías,que te invitaran a comer fardelejos sobre sus cuerpos las de la portada del Vogue italia de este mes o que Monica Bellucci te hiciera una tarta de manzana?
Eu sei que vou te amar.
Por toda minha vida eu vou te amar.
Em cada despedida eu vou te amar.
Desesperadamente eu sei que vou te amar.
Y Mónica, yo te quiero mucho pero los fardelejos son los fardelejos.
¿SUPERPOP? SUPERLILY con esas portadas de Iván, Pedro Marín...
Estás "tronao" pero me río mucho.
Jaramiel
Es imposible decir Iván sin decir a continuación Pedro Marín. Sin embargo al revés no es así. Curioso.
Vista la película, Sisterboy. Y tal vez sea cierto que cualquier tiempo pasado fue mejor pero nuestro tiempo es éste.
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