Supongo que no dejamos claros los conceptos. Nosotros queríamos quedar para hacer un entrenamiento de montaña. La montaña para los señoritos de la capital de la provincia habituados al asfalto y a correr por el viejo cauce del río Turia consiste en subir y bajar, sí, pero siempre por pistas y sendas amplias donde la pisada esté clara y podamos confiar en ella. Moisés, ilustre climaterio que anda ahora experimentando con los maratones de montaña, se ofreció como maestro de ceremonias y nos preparó una ruta. Dijo que la conocía y que, además, la llevaba en el GPS. Además dejó caer como de pasada Wikiloc y Google Earth y nos quedamos muy impresionados, así que decidimos hacerle caso. Error. Error de los gordos. Vistos los resultados o bien Moisés quiere que le regalemos un GPS porque el que tiene no vale ni como pisapapeles o bien aspira al premio Doctor Mengele del año dos mil once a la mente más perversa. Cada cruce había que pararse y consultar al bicho. Y éste siempre nos mandaba por la senda más estrecha, más retorcida, más abrupta, más empinada, con el firme en peor estado y con mayor espesura. Yo le decía –a mí esto no me encaja. Yo me oriento mal, pero me parece que debiéramos llevar el sol a nuestra izquierda y lo llevamos a nuestra derecha. -El GPS dice que es por aquí. –Pues espera y le explico al sol que se ha colocado mal.
Es conveniente cuando uno va corriendo perdido en mitad del monte hacerse acompañar por un biólogo, sobre todo en esos momentos en que se va al límite, pendiente de ver dónde pisa, apartando y tragándose ramas y sufriendo arañazos de todo tipo en brazos y piernas. Y digo que es conveniente porque incluso cuando uno va ya quemado, cuando no puede más, cuando lleva tal enfado encima que no hay palabra que diga que no vaya acompañada por el adjetivo puto no queda bien ir diciendo –los putos árboles- o –los putos matorrales- sino que, aprovechando la presencia de nuestro biólogo climaterio, vamos aprendiendo y nos expresamos de manera correcta y apropiada: la puta lavanda, los putos pinos, el puto enebro, el puto romero, la puta jara, el puto madroño, el puto tomillo, las putas sabinas. En fin, el puro puto bosque mediterráneo. Todo es cultura. O puta cultura.
Correr acompañado no es ni fundamental ni necesario, pero siempre es agradable, y más cuando te metes palizones como éste. Aunque hay que elegir bien a las compañías y no salir rodeado de cabronazos. En realidad aquí cabrones somos todos pero cuando uno tiene boca para dar tiene que tener estómago para recibir y a mí me tocó esta vez fortalecer el estómago. Yo no subo mal pero bajo fatal. Soy muy cobardón y antes de apoyar el pie medito, sopeso, reflexiono, pruebo y ya, por fin, piso (siempre hay alguno que grita –fijaos en el paisaje, que es precioso. -Pero, ¿cómo quieres que mire el paisaje si no puedo dejar de mirar el suelo? ¡Que me voy a matar, que me voy a partir la pierna por ocho sitios, que me voy a dejar la crisma!). Y así, bajando siempre voy rezagado y de cuando en cuando toca reagruparse y les toca esperarme. Y ahí empiezan las pullas –claro, qué se puede esperar de un tío que es incapaz de bajar de tres horas en Madrid. Si es que ya eres chusma. Eres peor que eso. Eres mediocre. Qué pena. Con lo que tú has sido. Y si a todo eso le acompaña que tu equipo ha perdido en casa cero a tres contra el Málaga, pues ya para qué hablar. Yo me limitaba a mirarlos y a decirles -¿sabéis que tardarían años en encontrar aquí vuestros cadáveres?
Volviendo llegamos a la conclusión de que la montaña es para pasear o para andar pero no para correr. Te da tiempo a ver el paisaje, a respirar, a cansarte, a comer y a disfrutar con frenesí de los enebros y las jaras. Nos hemos cruzado con unos cuantos senderistas (que han sido los que, al final, nos han ayudado a llegar a nuestro destino. No quiero ver un GPS en mi vida) y desde luego llevaban mucha mejor cara que nosotros y seguro que se lo han pasado mejor. Y, así, hemos decidido que no volveremos a correr por montaña. No nos merece la pena. Lo malo es que no nos lo creemos ni nosotros.
lunes, 9 de mayo de 2011
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15 comentarios:
Jajaja!! Te he imaginado jurando en arameo no volver por aquellos andurriales sudoroso y con ganas de volver a correr por el llano y tranquilo antiguo cauce del Turia.
El monte es para las cabras, cabritos, cabrones y demás. Un caballero como usted no debería pisar por el sitio que pisa una bestia, que para eso sus padres le pagaron una carrera. Hagame caso y vuelva a la cinta de correr del gimnasio.
El mundo del GPS no tiene límites...
A mí hace poco me lo regalaron para la bici y he tardado tres meses en hacerme con él. Apenas lo miro porque pasa eso que has descrito a la perfección: si miras el bicho no ves las piedras del camino.
Porque con las cosas de comer no se juega, y los regalos que a uno le hace su mujer se pueden subastar, que si no lo hubiera puesto en venta.
Yo también me oriento mejor con el sol.
Además, en el secarral no necesitamos GPS, casi todos los caminos llevan a donde quieres ir.
Pero bueno, ¿qué es eso de quejarse por la dureza del entrenamiento? Como satélite climaturio no adscrito a ninguna facción mayoritaria afirmo que los de la montaña deben estar partiéndose el pecho con sus quejas y lamentos, señor impenitente. No me lo imaginaba yo a usted como un tirillas de cinta de gimnasio o ¿es que acaso le tiran mas las fuentes del río y su clientela habitual? ¿será esto el principio del fin?
uy, otro plañidero...(parecido razonable con Mou)
Me he sentido muy ofendida con lo de "la puta Jara".
Anda, llorica, que tú puedes con todo ;)
Jara + miel
Pues sí, soy de asfalto. O de caminos o de pistas, pero que estén en condiciones. No me gustan las traileras. Me aburro, no me canso y luego tengo dolor de tobillos durante dos días. Y nunca me he subido a una cinta de correr. Y, salvo que me vaya a vivir al Polo Norte, dudo mucho que la pise alguna vez. No entiendo a la gente que corre sobre cinta de la misma manera que no entiendo a la gente que se pone música para correr.
Efectivamente, mi querido Anónimo, todos los caminos llevan donde quieres ir: Pilón-Maxi-Miguel. Y por cierto, ¿te llevarás el GPS a La Rioja? Porque yo voy. Yo voy, yo voy, yo voy, yo voy. Yo voy, ¿tú vas? Yo voy. Él va. Que voy, copón. Copón que voy.
Garraty, en la Vallesa todavía resuenan tus quejidos y resuellos de cierto día de verano. Y la Vallesa es una pista de atletismo comparado por donde nos llevó Moisés. Y sí, tiene pinta de que el fin ya ha comenzado.
Jaramiel, ¿por qué me comparas con Mourinho? ¿Por qué? ¿Por qué? (el chiste es muy fácil pero no se me ocurría otro). Y lamento la ofensa. He dado órdenes de que retiren las jaras de la flora mediterránea.
Tú no vas
Ana, si te fijas bien en el mapa verás que para ir a Sevilla antes hay que pasar por La Rioja.
No creo que en La Rioja nos haga falta GPS con dos anfitriones como J y JA.
Y además ya sabes, con pan y vino se hace el camino (sobre todo con vino).
Tú no vas.
Ana, si te fijas bien en el mapa verás que para ir a Sevilla primero hay que pasar por La Rioja.
Nosotros gps para la bici no usamos, pero en el coche nos lo hemos puesto dos veces y las dos nos hemos perdido! acabamos con ganas de tirarlo por la ventanilla. donde este el mapa michelin, que se quiten todos los gps.
ah .Yo corro en la cinta y con música. (Y puedes dejar de hablarme si quieres)
Slimeta, tienes Blasco Ibáñez delante. Y la Malvarrosa a dos pasos. Allí, por el paseo, puedes elegir correr sobre tierra o sobre baldosa. Y si no, te puedes ir a correr por la orilla e ir escuchando el mar. ¿Prefieres salir a dar una vuelta en bicicleta por la ruta que quieras o hacer bicicleta estática o sobre rodillos? No te dejaré de hablar, pero te ponía de rodillas mirando a la pared con los brazos en cruz y un par de tomos de la Espasa en cada mano.
jajaja mira acabo de volver de correr y me he ido hasta la malvarrosa, he corrido por ahi y he llegado hasta la Ferradura, que me ha dado una rampa y ya me he parado.(he vuelto a casa en valenbici)
lo de la cinta es solo alguna tarde, que luego nado en la piscina. ya sabes que a mi me gusta el aire libre como a nino bravo.
estas nervioso que hoy es eurovision? yo si. yo voy con serbia este año.
Nervioso no, pero sí con el regustillo éste que te entra. No he escuchado ninguna canción salvo la nuestra que cantan mis críos todo el rato y que no va a ganar porque es imposible que gane. Aún así, ahí estaremos. Además, comenta Íñigo, que es santo de mi devoción (y supongo que de todos los de nuestra generación).
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