viernes, 14 de mayo de 2010

Vino blanco y ostras

Mediodía en un templo comomolita madrileño cercano a la Puerta del Sol. Tras una mañana turística por el Madrid turístico saboreamos más que bebemos vino blanco en copa y degustamos más que comemos no viandas ni condumios sino delicatessen. La alineación: Javier, Ana, Mirandita y yo. Nuestra pose es estudiada. Nuestras miradas medidas. Nuestra actitud acorde. Pagamos siempre sin escuchar el precio, sin mirar, sacando un billete grande. Perfectamente mimetizados en el entorno quiero y no puedo conversamos animadamente pero sin perder nunca nuestra pose distinguida, interesante y sofisticada. El hecho de que robemos las copas y las metamos en un bolso podría parecer que delata nuestro carácter garrafón y arrabalero, mas no. Es tal la gracia que nos adorna (y es tal el pedal que llevamos) que hasta secamos las copas antes de guardarlas con cierta desgana. Para qué disimular. Los que somos comomolitas robamos con clase, con elegancia. Es un honor ser robado por nosotros. Un privilegio. Café en la Mallorquina con su napolitana y, después, gin-tonic. ¿Dónde? Nos sentimos rumbosos y nos vamos al Palace. No tiene terraza. Nos vamos al Ritz. En su terraza hay un evento y no se puede pasar. (Pero qué bonita que es la plaza de Neptuno. Pero qué bonita es). No pasa nada. Poderío. Grandeza. Tronío. Acabamos en un hotel de cinco estrellas que hay en la Carrera de San Jerónimo, con nuestros gin-tonics y nuestros combinados. En la página web del hotel se afirma que en su bar se reúne la gente más cool de Madrid. Somos cool. Somos lounge. Somos comomolitas.

10 comentarios:

GARRATY dijo...

Imagino que el fin de semana pasado te dejarías caer por el sarao de caballos y jinetes que te organizó Rita al ladito de casa.

Alex Maladroit dijo...

Exceso de confianza: La gente que se gasta esos pastizábal, son gilipoller, compañero (sí, soy un pobre resentido).

PD: Lo de la Mallorquina es demasiè, es un imperio...

Arual dijo...

Ahí Garraty estaba yo pero caí como despistada turista por casualidad, jeje, ahora sí mi hijo flipó con tanto caballo y yo con tanto pijerío!

Arual dijo...

Por cierto Impenitente, andas por Madrid???

El Impenitente dijo...

Lo de ser comomolita me lo puedo permitir una vez cada mil años, así que me limité a pasear por la zona con los críos.

¿Gilipoller? Bueno, me divertí mucho. Si hice el gilipoller me compensó, desde luego.

No, no he estado por Madrid este fin de semana.

SisterBoy dijo...

Yo estoy gastando dinero como una zorra que acaba de cepillarse a la corte de Bahrein. ¡Ay que cuesta de verano me espera! en fin, voy a por otro vermuth con tosta de chorizo criollo

Paco dijo...

Yo también pasé por ahí alguna vez. Es de esos sitios que mejor ir por la patilla. Es un clásico moderno con su portero de color negro y todo.

http://www.pbase.com/elbe/image/80471606

Por cierto, que alguna vez que vengas por aquí podrías dar un toque, sobre todo si hay un gintonic de por medio...

Mirandita dijo...

Quisimos y pudimos, incluso con las esferas de limón con sorpresa de pimienta. Con ésas también. Y siento discrepar en cuanto a la atribución de carácter garrafón y arrabalero: particularmente, sólo aspiraba a los cien años de perdón. Orgullo comomolita.

Ana dijo...

¡¡Que bien me lo paso contigo Mirandita!!

El Impenitente dijo...

No se gana la Liga todos los días, Sisterboy (bueno, vosotros sí). Y si no aún te queda Dubai, Abu Dabi y Ras al Jaima.

El portero negro vestido de blanco. Todo un clásico, es cierto. Y tienes razón. Te avisaré y a lo mejor no tardo mucho.

Mirandita, orgullo comomolita y con más de quinientos años de perdón acumulados. El comomolismo valenciano circuito urbano Copa del América no desmerece. ¿Para cuándo mil años de perdón?